EEUU celebra un año de lazos con Cuba

Estados Unidos cumple un año de relaciones diplomáticas con Cuba convencido de que se están haciendo avances “constantes” incluso en los temas más espinosos, y con la esperanza de consolidar el acercamiento en los próximos meses para que el próximo presidente lo tenga “difícil” para dar marcha atrás.



Un año después de que la embajada cubana en Washington abriera sus puertas y brindara con mojitos por haber podido izar su bandera después de 54 años de enemistad, ambos Gobiernos marcaron con sobriedad el aniversario, destacando los logros conseguidos desde entonces pero reconociendo todo lo que queda por recorrer.



“Estamos satisfechos con los progresos que se han hecho, pero todavía sabemos que nos falta muchísimo y que el camino va a ser largo, que va a estar lleno de altas y bajas”, dijo la secretaria de Estado adjunta en funciones de para Latinoamérica, Mari Carmen Aponte.



El aniversario coincide con la convención republicana en Estados Unidos, un recordatorio de que el presidente Barack Obama deberá ceder el poder en enero y de que el próximo mandatario podría no compartir su entusiasmo por el acercamiento a Cuba.



Consciente de ello, el Gobierno de Obama trata de avanzar lo máximo posible en el proceso de normalización con la esperanza de que los cambios que ha implementado sean “permanentes”, en palabras de Aponte, y al próximo presidente no le interese revertirlos.
“Creo que dados los resultados positivos que (esta política) ha proporcionado a los Estados Unidos y al pueblo cubano, sería difícil (para el próximo presidente) dar marcha atrás”, aseguró otro alto funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato, en una conferencia de prensa telefónica.



Los expertos consultados coinciden en que la respuesta positiva a la política en ambos países y en el resto del mundo la convierten en “irreversible”, sea quien sea el próximo presidente.



“Irónicamente, la siempre polémica política entre EEUU y Cuba es una de las pocas áreas de acuerdo entre Hillary Clinton y Donald Trump, que fue el único aspirante republicano que apoyó el cambio hacia Cuba”, recordó el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter.



Lo mismo opina William LeoGrande, un experto en Cuba en la American University, aunque considera probable que “el ritmo de cambio se ralentice un poco, dado que el nuevo presidente tendrá sus propias prioridades”.



En cualquier caso, “el rápido ritmo” de los cambios actuales demuestra “el profundo compromiso de los presidentes Obama y (Raúl) Castro de hacer los máximos avances posibles cuando todavía están en el poder”, opinó LeoGrande.



En el último año, Estados Unidos ha logrado avances tangibles, como la reanudación del correo directo y el acuerdo para iniciar vuelos directos en otoño a varias ciudades de Cuba.



El Departamento de Transporte planea tomar una decisión “este verano” sobre si esos vuelos llegan también a La Habana, según el funcionario estadounidense que habló con la prensa, para quien esa medida “fortalecerá los lazos” entre los pueblos de ambos países.



Pero la fuente reconoció que es muy complicado avanzar en tres áreas de la nueva relación: el diálogo sobre derechos humanos, los reclamos de compensación económica pendientes de ambas partes desde la Guerra Fría y la cuestión de los fugitivos buscados por la Justicia estadounidense y refugiados supuestamente en Cuba.



“Esos son asuntos complejos y espinosos, pero estamos haciendo avances lentos y constantes”, aseguró el funcionario.



El Departamento de Estado está tratando de acordar una fecha para el inicio formal de su diálogo de derechos humanos con Cuba, que lleva estancado desde una primera reunión preliminar en marzo de 2015, y espera que se produzca en La Habana “antes de que acabe el año”, señaló.



Aunque el Congreso se resiste a levantar el embargo y la prohibición a los estadounidenses de hacer turismo en Cuba, alrededor de 700.000 ciudadanos de este país visitaron el año pasado la isla, “muchos de ellos por primera vez”, según la fuente.



Para LeoGrande, los diez acuerdos bilaterales firmados por ambos Gobiernos en los últimos meses y la docena de diálogos abiertos en distintos temas demuestran que “las relaciones entre Washington y La Habana han avanzado muy rápido en este año, superando el ritmo normal para un cambio diplomático”.