Latinoamericanos brillan pero dopaje eclipsa

Las Grandes Ligas consagraron en 2013 como campeón a otro equipo sorpresa y tuvo de nuevo como protagonistas a varios latinoamericanos, pero las malas noticias de nuevo fueron por cuenta del dopaje.



Los Medias Rojas rompieron los pronósticos al ganar por 4-2 a los Cardenales de San Luis el Clásico de Otoño con la vieja fórmula de que un buen ‘pitcheo’ siempre es garantía de éxito.

Fue el tercer título en la última década (2004, 2007 y 2013) para el equipo de Boston.



Si el ‘pitcheo’ a partir del diestro John Lackey fue letal, igual lo fue el bateo liderado por el dominicano David Ortiz, quien sumó su tercer título en la Serie Mundial y fue proclamado el Jugador Más Valioso (MVP) con una media de .688.



La temporada también resultó fértil para el venezolano Miguel Cabrera, el cubano José Fernández, el dominicano Francisco Liriano, el puertorriqueño Carlos Beltrán.

Y más especial para el panameño Mariano Rivera en su despedida.

Rivera, de 44 años, jugó 19 temporadas, siempre con los Yanquis de Nueva York. Jugó su último partido oficial en el Minute Maid, de Houston y, aunque no lanzó, se fue con ovación por la puerta grande.



Líder de todos los tiempos en salvamentos (652), cinco veces ganador de la Serie Mundial y trece veces llamado al Partido de las Estrellas, destacó también por su poder de recuperación tras sufrir una lesión de ligamentos de la rodilla derecha en el 2012.

Se da por descontado que tiene cupo fijo en el Salón de la Fama.



El venezolano Cabrera por segundo año se aseguró el premio de MVP de la Liga Americana con los Tigres de Detroit, además de los premios Hank Aaron como mejor bateador, y el Bate de Plata.

Cabrera impulsó 44 ‘jonrones’ y quedó a nueve de los de Chris Davis, primera base de los Orioles de Baltimore.



Fernández, de 21 años, representó a la nueva generación de peloteros latinoamericanos al ceñirse el premio de Novato del Año de la Liga Nacional como mejor lanzador de los Marlins de Miami.

Dejó una marca de 12-6 en 28 aperturas, tuvo 2.19 de efectividad y 187 ponches en 172.2 entradas.



El lanzador zurdo dominicano Francisco Liriano, de los Piratas de Pittsburgh, ganó el premio de Regreso del Año, esta vez dentro de la Nacional, y se convirtió en el primero que lo alza dos veces después de haberlo logrado en el 2010 con los Mellizos, en la Americana.



El puertorriqueño Carlos Beltrán, nuevo fichaje de los Yanquis, fue el ganador del premio Roberto Clemente por ser el jugador que tuvo un impacto positivo en su comunidad y en el apartado deportivo.



Otros ocho latinoamericanos, además de Ortiz y Cabrera, también ganaron los premios del Guante de Oro y del Bate de Plata.



Pero el dopaje manchó el desempeño de los latinoamericanos pues doce de ellos fueron suspendidos en el escándalo de la clínica de Miami Biogenesis of America donde, según las investigaciones, se les daba substancias prohibidas para mejorar el rendimiento en el campo.



Componen esa ‘lista negra’ los dominicanos Nelson Cruz, Johnny Peralta, Fernando Martínez, Antonio Bastardo, Jordany Valdespín, César Puello, Faustino De los Santos y Jordan Norberto; así como los venezolanos Francisco Cervelli, Jesús Montero y Sergio Escalona; además del nicaragüense Everth Cabrera.



El tercera base de los Yanquis Alex Rodríguez fue suspendido por 211 partidos, pero apeló la suspensión y antes del fin del año se conocerá el resultado de las audiencias.



El contrato multimillonario de la temporada lo estampó el segundo base dominicano Robinson Canó, quien a sus 31 años se aseguró diez temporadas y 240 millones de dólares con los Marineros de Seattle.



Canó que consigue el cuarto mayor contrato en la historia de las Grandes Ligas, quinto que supera los 200 millones, desdeñó a los Yanquis, su único equipo como profesional, que le ofrecieron siete años a cambio de 175 millones de dólares.