Indocumentados piden reforma para poder ingresar en el Ejército

Jóvenes indocumentados (“dreamers”) que fueron traídos por sus padres de niños y aspiran a ingresar en el Ejército, pidieron en el Congreso una reforma migratoria para cumplir el sueño de servir a su país como militares.



Jóvenes de Kansas, Texas, Illinois, Florida y Colorado formaron fuera del Congreso con gorras de camuflaje y camisetas blancas con el lema #DreamArmy y la bandera estadounidense estampada en color verde en reivindicación, acompañados de varios congresistas.



Los representantes demócratas Luis Gutiérrez y Joaquín Castro, y los republicanos Mike Coffman y Jeff Denham pidieron un esfuerzo bipartidista para lograr una salida que permita a estos jóvenes servir al que consideran su país, con una opción a la ciudadanía.

“Estos jóvenes fueron traídos por sus padres de niños, crecieron aquí, fueron a la escuela, no conocen otro país más que Estados Unidos, deberían tener una oportunidad de servir a este país en las Fuerzas Armadas y ganarse un camino a la ciudadanía”, dijo Coffman.



Michael Nazario, de 25 años, originario de México que fue traído al país con 6 años, contó que se enteró de que era indocumentado cuando trató de entrar en el Ejército.

“Quiero servir a mi país”, aseguró Nazario, un estudiante que ha recibido honores y que actualmente cursa una licenciatura en Ciencias Políticas, que lamentó que “por carecer de esos nueve dígitos del seguro social no pude cumplir mi sueño”.



Las Fuerzas Armadas admiten a ciudadanos estadounidenses o residentes extranjeros (personas que tienen la visa de residencia permanente) que cumplan ciertos requisitos físicos, de edad y formación académica.



Denham presentó una enmienda conocida como ENLIST Act (Ley para el Alistamiento) a la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2015 (NDAA, en inglés), que ofrece el estatus legal a los inmigrantes sin papeles.

El congresista intentó incluir una enmienda similar en el anteproyecto de presupuesto de defensa del año pasado, pero la retiró en deferencia con sus colegas que no querían que el tema, muy polémico entre los conservadores, se sacara a colación.



El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, ya ha advertido que no permitirá una votación sobre el asunto.

En respuesta, el congresista Gutiérrez animó a los republicanos a ser tan “valientes” como Coffman y Denham para confrontar su propio partido y que salga adelante esta iniciativa y una reforma migratoria integral.



“No hay más excusas para que los republicanos rehúsen acometer una reforma migratoria porque está claro que varios están en contra del status quo”, subrayó Gutiérrez, que se mostró convencido de que “todavía tenemos opciones realistas de lograr una legislación para la reforma este año”.



Gutiérrez lamentó que no se permita a estos jóvenes indocumentados que “son estadounidenses en todas las maneras excepto por un pedazo de papel” contribuir plenamente al país.



Por su parte, Castro ha presentado por separado otra enmienda para que los “soñadores” que “están deseando servir al único país que conocen como hogar” puedan asistir a las academias militares.



José Patino, de 25 años, originario de México, estudiante de Ingeniería Mecánica, contó que su familia vino con lo puesto a Estados Unidos y quiere entrar a las Fuerzas Armadas “para demostrar lo agradecido que estoy”.



“El sueño es grande pero no solo por mí”, dijo el estudiante, que aseguró que quiere honrar “los sacrificios que hicieron nuestros padres para tener una vida mejor”.

Entre ellos también estaba el estadounidenses Mathiew Hetz, que quiso apoyar a su amiga María Vazques, originaria de Perú, con quien participó en el programa Junior Reserve Officers’ Training Corps (JROTC), pero una vez finalizada la escuela no ha podido entrar en las Fuerzas Armadas.



Hertz expresó su apoyo a estos inmigrantes que “están dispuestos a dar sus vidas” por el país y no tienen la oportunidad de entrar en la carrera militar.