Congresista intenta eliminar la Acción Diferida

El legislador republicano por California Darrell Issa ha comenzado una recogida de firmas entre sus compañeros de la cámara baja para exigir al presidente Barack Obama que acabe con el programa de Acción Diferida (DACA) y reactive las deportaciones de los conocidos “dreamers”.



La carta, obtenida por el diario The Huffington Post, culpa a Obama de la crisis actual que sufre el país en la frontera sur, debido al flujo de miles de inmigrantes menores de edad que llegan sin compañía para cruzar ilegalmente la frontera.



La misiva pide específicamente que se ponga fin a la excepción promulgada por el presidente en 2012 que permite a los jóvenes inmigrantes indocumentados que llegaron a EE.UU. siendo niños a permanecer en este país para estudiar y trabajar legalmente.



Issa ha contactado con sus colegas para pedirles que firmen el mensaje a Obama y que este pueda ser enviado próximamente.

“La existencia misma del programa contradice las actuales leyes y viola el principio constitucional de la separación de poderes que otorga el derecho primario de la autoridad al Congreso”, escribió Issa.



“El Ejecutivo no puede elegir qué leyes deben aplicarse y cuáles pueden ser ignoradas selectivamente (…). DACA premia a las familias e individuos que han violado nuestras leyes, fomentando aún más a otros a buscar beneficios similares”, agrega el republicano.



Muchos conservadores han apoyado el argumento de que la conocida Acción Diferida ha actuado como efecto llamada para atraer a la avalancha de menores a la frontera sur, aunque la Administración ha reiterado una y otra vez que dicho decreto no aplica para los nuevos inmigrantes ya que según los requisitos tendrían que haber accedido al país antes de 2007.



El Gobierno ha tenido que habilitar nuevas instalaciones ante la falta de recursos para hacer frente a la oleada de pequeños provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, los que en su mayoría se cree que han sido embaucados por el crimen organizado, organizaciones que les prometen “un permiso” de estadía a su llegada a territorio estadounidense.



Según datos de la Administración, más de 52.000 menores no acompañados han cruzado la frontera en los últimos nueve meses y se espera que la cifra roce los 100.000 a final de año.

La Administración también está trabajando conjuntamente con los gobiernos centroamericanos y de México para resolver el problema y llevar a cabo campañas de información que disuadan a los padres y familiares de los pequeños a enviar a los menores a un viaje migratorio de semejante calado.