Tenor latino busca un camino hacia el pueblo

El día que Alejandro Olmedo decidió que se haría tenor, llovía en la calle. Salía de una tienda de discos en Manhatthan, era el año 1987, y había visto los afiches y la portadas de los discos con las fotos del tenor español Plácido Domingo.

“Hijole que este señor si que es famoso,” se dijo Olmedo, nacido en el estado de Guerrero, México, y en ese momento cantante de música popular en el no menos conocido Victor’s Cafe de Manhathan, donde cada noche entretenía al público con rancheras y boleros.

En ese restaurante se le había acercado Plácido Domingo, dos noches atrás, para decirle, en voz baja y con una dicción limpia de asperezas, que le gustaba como cantaba y que le invitaba a su restaurante para que cante alguna vez.

Luego de terminada la actuación y cuando las mesas comenzaban a ser levantadas, lo llamó a un aparte. Allí le dijo que su voz tenía muchas cualidades y lo animó a seguir el camino de la ópera.

Hombre de retos, Olmedo no quiso escuchar dos veces el mismo consejo y abandonó todo para viajar a Verona, Italia, a formarse como tenor, con los maestros más reconocidos de la lírica.

Primero empezó su formación con los tenores Fransisco Cassanova y Gustavo Márquez, y música con Scott Wiles. Luego Plácido Domingo lo conecta con el barítono italiano de renombre internacional Bruno Pola.

Pola se convirtió en maestro y mentor de Alejandro y este decide seguirlo a Verona, Italia, luego a Suiza, Alemania, Finlandia y Suecia durante cinco veranos consecutivos, para continuar con sus estudios vocales.

Luego entrenó con Jeffrey Goldberg (Ópera Metropolitana), James Besser, Aldo di Tullio, y Richard Woitach conductor del Metropolitan Opera.

En 1999, por invitación de Placido Domingo, le cantó a los ex- Reyes de España, Juan Carlos y Sofía.

“Fue un gran momento, si señor, los reyes me aplaudieron” dice emocionado Olmedo. “Quien iba a pensar que un muchacho cantor del estado de Guerrero iba a cantarle a los reyes La Traviatta y El Rey”.

De allí en adelante Olmedo agarró maletas y viajó por 65 países, ofreciendo 642 conciertos, 260 de ellos en Rusia.

También ha actuado en Repertorio Español, en la semana de la zarzuela y en la ópera al aire libre del Central Park, más ahora busca darle un giro de tuerca a su carrera. Quiere darle un espacio en su repertorio de música lírica, para dedicarle un tiempo al bolero y la ranchera

“Efectivamente, hemos cantado en muchos países, pero nos debemos al terruño, por eso es que quiero incursionar en el canto popular, de mi música mexicana, pero esta vez habiendo aprendido más lo que es el canto y la actuación” dice Olmedo.

El nuevo repertorio incluye canciones emblemáticas del cancionero azteca, como Cielito Lindo, El Rey, El día que me quieras, Bésame Mucho, México Lindo y Querido, y Paloma Negra.

Todas ellas las presentará éste próximo 6 de mayo en el Festival del 5 de Mayo de El Barrio, NY, desde las 9 de la mañana en la calle 109, entre la segunda y tercera avenida. Será gratuito.