Tener una vivienda estable mejora la salud de las personas de escasos recursos

Mejorar la estabilidad de la vivienda para las familias de bajos ingresos y ayudarlas a acceder a servicios sociales redujo drásticamente sus problemas de salud, según un estudio de cinco años en el que el 78 % de los participantes era latino.

El estudio de la Fundación Boston llamado “La salud comienza en casa”, que se centró en 137 hogares, encontró que la estabilidad de la vivienda y la salud general de los participantes mejoraron después de un año en el programa, de acuerdo con el Boston Globe.

La iniciativa financió a asociaciones de vivienda y atención médica en el área de Boston y Chelsea dando a cada equipo 200.000 dólares al año para servicios que incluían asistencia legal, asesoramiento financiero, apoyo para la vivienda y atención médica.

Además, la Fundación de Boston obtuvo 50 vales de vivienda del Departamento de Vivienda y Desarrollo Comunitario que se distribuyeron entre los cuatro grupos en proporción a la cantidad de familias a las que servían.

El programa de vales de elección de vivienda es administrado por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, sigla en inglés) que ayuda a pagar viviendas de alquiler a familias de bajos recursos, adultos mayores o personas con una discapacidad.

El objetivo era establecer colaboraciones entre los servicios de vivienda y los proveedores de atención médica para ofrecer un apoyo integral a las familias con niños que tenían dificultades para pagar el alquiler y poner comida en la mesa. 

Los resultados mostraron además que el porcentaje de familias viviendo en sus propios apartamentos también aumentó de 41 a 65 al final de un año, mientras que el número de personas viviendo con amigos o refugios disminuyó drásticamente.

Las visitas de los niños (menores de 13 años) de estas familias a la sala de urgencias también se redujo de 2,3 a 1,3 de media al final del programa.

La mayoría de los hogares participantes tenían al frente a una madre soltera, en casi la mitad de ellos (47 %) esa persona no había terminado la escuela secundaria y en el 66 % de los hogares participantes se hablaba español, según los datos de la Fundación Boston, la más grande de Nueva Inglaterra, que realizó el estudio con las organizaciones sin ánimo de lucro Health Resources in Action y Urban Institute.

“’La salud comienza en casa’ sirvió a muchas, muchas de estas personas. Esas relaciones de confianza y poder hablar en el idioma nativo de la gente fue realmente importante para una población que todavía tiene pocos recursos, que todavía necesita más apoyo”, dijo Heather Nelson, una de las autoras del estudio.

Si bien el estudio corroboró su teoría de que la seguridad de la vivienda y una mejor salud están vinculadas, Soni Gupta, directora de Barrios y Vivienda de la Fundación Boston, y Nelson creen que ningún programa puede llenar el vacío que deja un sistema de vivienda que necesita una reforma seria.