Vice alcaldesa latina de Belleville apuesta por un centro juvenil en su ciudad

La nueva vice alcaldesa de Belleville, Naomy De Peña, está posicionada en un cruce de varios caminos: la empresa, la religión, el trabajo social y la política local. Sólo el futuro sabe hacia dónde la llevará el destino.

A simple vista ha tenido una carrera meteórica en la política de Belleville: tres años como concejal de tiempo completo o at-large que terminarán para ella en el cargo de vicealcalde, elegida por unanimidad por los miembros del concilio, que ha juramentado el reciente 1ero de julio.

Pero terminar es algo muy relativo: es probable que en Junio del 2022, cuando acabe el término del actual alcalde Michael Melham y su equipo de concejales (con el que se eligió Naomy) vayan a la reelección. 

-¿Postulará para alcaldesa algún día?-, preguntamos.

Por el momento no se atreve a hablar del siguiente paso a dar: quiere concentrarse en su proyecto actual: crear un Centro de Ayuda a los jóvenes.

“Un lugar donde los jóvenes tengan la oportunidad de acceder a recursos para obtener un empleo, donde puedan tener personas que los orienten, un lugar donde los jóvenes puedan socializar” dice Naomy.  “Yo, como maestra, sé que en la calle los chicos pueden meterse en problemas, por eso hay que buscarles un lugar donde puedan estar, donde puedan tener mentoría, entre otros servicios, para ayudarles a tener un mejor destino en la vida”.

Además se siente a gusto con el alcalde Michael Melham “quien tiene una clara posición a favor de los inmigrantes”, por eso quiere empezar con la traducción de todos los formularios de la municipalidad en español, y los idiomas que hablan otras comunidades étnicas, para que no tengan obstáculos al usar los servicios de la ciudad.

Vice alcaldesa Naomy De Peña, con sus padres Luis y Teresa Fernández, el día de su juramentación en Belleville. 

“Entiendo mi responsabilidad como latina y oficial y me la tomo muy en serio: debo ser un puente entre las diferentes etnias y la municipalidad,” dice la latina que nació en Jersey City.

No quiere exhibir cifras, para no levantar olas suponemos, pero dice que aún están esquivando los problemas financieros de la administración anterior, sin embargo dice que el impuesto a la propiedad, normalmente un tema que preocupa in extremis al vecindario, solamente aumentará en $30 al año.

Asimismo quiere, con sus colegas del municipio, ayudar a echar a andar a los negocios locales. Anunció, que con cargo a confirmación oficial, posiblemente para el mes de octubre la municipalidad organizará la semana de los restaurantes en Belleville. 

Además impulsará la creación de un capítulo de una cámara de comercio local para “conectar institucionalmente con los negocios para ver cómo los podemos ayudar, si a través de clases de mercadotecnia, conectarlos con las ayudas federales y estatales que existen, entre otros beneficios,” acotó.

Como empresaria tiene junto con su esposo, Allen, la escuela deportiva Zentai Martial Arts, que manejan con una dosis de agresivo emprendimiento y actividades humanitarias. 

Al mismo tiempo que ha abierto una nueva escuela, en plena pandemia de Covid-19, incrementando el número de sucursales en Belleville, North Arlington y Clifton, todos los años entrega becas a los jóvenes más destacados de su ciudad adoptiva.

Por las restricciones del Covid-19 las becas se dieron en clases virtuales. 

Nacida en Estados Unidos, desde muy pequeña vivió en República Dominicana y Puerto Rico, haciendo trabajo ministerial junto a sus padres el reverendo Luis Fernández y su esposa Teresa Fernández, dominicano y puertorriqueña respectivamente, en la iglesia Fuente de Salvación. A los 12 años ya daba clases bíblicas dominicales, y le tocó en suerte educar a un niño sordomudo. 

Allí empezó su vocación por la educación especial que le hizo regresar a Estados Unidos a estudiar la profesión y quizá retornar a Dominicana, pero el destino le dió un esposo, una familia, una ciudad a la que abrazó y se quedó definitivamente en Belleville.