Uno de los sindicatos más grandes de NJ demanda al gobernador Murphy alegando discriminación racial y de género

KATIE SOBKO / Oficina de Trenton/ northjersey.com

El gobernador Phil Murphy está siendo acusado de discriminación racial y de género por uno de los sindicatos laborales más grandes del estado, según una denuncia presentada el miércoles.

Los trabajadores del capítulo local de la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, del Condado y Municipales presentaron una demanda contra Murphy y el estado de Nueva Jersey en el Tribunal Superior del condado de Mercer el miércoles. La demanda alega que Murphy implementó políticas que aumentan la brecha salarial para las mujeres y las personas de color al subir los salarios de los policías correccionales, una agencia predominantemente de hombres blancos, sin ofrecer los mismos aumentos a los trabajadores estatales de AFSCME por trabajar en las mismas condiciones.

“El estado citó como la razón de los aumentos el hecho de que los policías correccionales se presentan a trabajar como verdaderos profesionales, listos para garantizar la seguridad, la protección y el bienestar de todos, a pesar de la pandemia del COVID-19, la escasez de personal, las horas extras obligatorias y las circunstancias relacionados con el clima”, dijo Debbie Parks, vicepresidenta internacional de AFSCME. “Esas mismas condiciones existen para los miembros de AFSCME que trabajan en instalaciones estatales. Nuestros miembros no están menos comprometidos a brindar los mejores servicios a la gente de Nueva Jersey”.

Parks señaló que «la inacción de Murphy es especialmente preocupante y plantea serias preocupaciones sobre la disparidad salarial basada en la raza y el género».

La oficina de Murphy se negó a comentar, alegando que no comenta sobre litigios pendientes.

Los aumentos que precipitaron la demanda incluyen un aumento en el salario inicial de los oficiales correccionales en un 20 % y un aumento adicional del 8 % para los oficiales actualmente en nómina a partir de marzo. El desglose demográfico de los dos grupos es lo que provocó la demanda. Los oficiales de policía correccional del estado son 82% hombres, casi la mitad de ellos blancos, mientras que los trabajadores de AFSCME son 67% mujeres y 82% personas de color.

El aumento de los salarios para los funcionarios correccionales se introdujo por primera vez en la legislación que se convirtió en ley en enero. En dicha legislación se estableció que “el salario inicial de un policía correccional estatal no será menor de $48,000” y que se realizarán ajustes a los escalones restantes de la escala salarial.

El sindicato AFSCME representa a trabajadores de diferentes áreas, incluidos enfermeros, proveedores de cuidado infantil y trabajadores sanitarios, según su sitio web.

Los funcionarios sindicales presentes, incluido Ronald McMullen, presidente del Consejo 63 de AFSCME New Jersey, y Steve Tully, el director ejecutivo del consejo, se apresuraron a señalar que los aumentos recibidos por los funcionarios penitenciarios eran bien merecidos.

McMullen afirmó que es un trabajador del gobierno estatal que ha laborado durante dos años y medio, durante la pandemia, en duras condiciones, durante los cuales vio sufrir a sus colegas y, en algunos casos, algunos pagaron con sus vidas.

“Nos llamaron héroes, pero no nos han tratado como héroes”, resaltó. “Todos nosotros nos sacrificamos. Sufrimos. Nos enfermamos. Comprometimos nuestra seguridad, pero el fenómeno más importante de todo esto es que mantuvimos el bienestar, la seguridad, la estabilidad y los servicios para nuestros clientes y residentes”.

Murphy, quien tiene la reputación de ser un gobernador que apoya a los trabajadores, ya se ha enfrentado a AFSCME este año debido al aumento dramático en las primas de beneficios de salud de los trabajadores públicos. Los miembros de AFSCME, uno de los grupos laborales más grandes del estado, con unos 6,000 miembros, se manifestaron en Trenton el mes pasado antes de la votación de la Comisión Estatal de Beneficios de Salud, pero el plan, que aumenta las tarifas en más del 20% en algunos casos, todavía está para su aprobación.

Esta no es la primera vez que el nombre de Murphy se asocia con el sexismo. Una ex asistente de su campaña electoral, Julie Roginsky, hizo acusaciones de que enfrentó «misoginia flagrante» y represalias.

Roginsky, una pieza clave para Murphy al principio de su candidatura, fue despedida por el comité de campaña de Murphy en 2017. No fue sino hasta que se venció la cláusula de acuerdo de confidencialidad años después, que sus acusaciones contra la campaña estalló a la vista del público.

Murphy nunca fue acusado de mala conducta, pero su campaña o las personas que trabajaron en ella enfrentaron múltiples acusaciones de conducta inapropiada por parte de mujeres, incluida una supuesta agresión sexual, amenazas de violencia y tirar una silla en presencia de un miembro del personal.

El punto que creó un ambiente tóxico de trabajo según Roginsky, fue una discusión que tuvo con el director de campaña Brendan Gill en la que, afirmó, Gill le habló con palabras ofensivas para una mujer. Gill ha negado haber usado esas palabra, pero se disculpó por su «lenguaje y tono».

This translation was provided by Reporte Hispano, in association with the Center for Cooperative Media at Montclair State University and is supported by funding from the NJ Civic Information Consortium. The story was originally written in English by Northjersey.com and is being republished under a special content sharing agreement through the NJ News Commons Spanish Translation News Service.

Esta traducción fue proporcionada por Reporte Hispano, en asociación con el Centro de Medios Cooperativos de la Universidad Estatal de Montclair, y cuenta con el apoyo financiero del Consorcio de Información Cívica de NJ. La historia fue escrita originalmente en inglés por Northjersey.com y se vuelve a publicar en virtud de un acuerdo especial para compartir contenido a través del Servicio de noticias de traducción al español de NJ News Commons.