Mujeres embarazadas comieron bagels de amapola antes de ir al hospital. Fue ahí cuando comenzó el problema

Kaitlyn Kanzler | NorthJersey.com

Justo antes de correr a diferentes hospitales para dar a luz, dos mujeres que no se conocían comieron bagels que contenían semillas de amapola. Ambas se sorprendieron al enterarse que los hospitales les hicieron pruebas de detección de drogas ilícitas y las denunciaron por posible abuso o negligencia, según sus denuncias.

Ambas dieron positivo por uso de drogas debido a las semillas de amapola, según indicaron sus denuncias presentadas ante el estado. Ahora, las dos mujeres de Nueva Jersey buscan influir en los cambios de política sobre cómo los hospitales manejan las pruebas de detección de drogas.

La demanda acusa al Hackensack University Medical Center (Centro Médico de la Universidad de Hackensack) en Hackensack y al Hospital Virtua Voorhees ubicado en el municipio de Voorhees, de realizar pruebas de drogas a las dos mujeres sin su conocimiento o consentimiento cuando llegaron para dar a luz. Afirman que la práctica de los hospitales de realizar pruebas de detección de drogas a las personas embarazadas es una violación de la Ley contra la Discriminación por motivos de sexo y embarazo del estado.

La Unión Estadounidense de Libertades Civiles de Nueva Jersey presentó dos quejas ante la División de Derechos Civiles de Nueva Jersey en nombre de estas mujeres, conocidas solo como Kate y Kaitlin.

Según las denuncias, solo se realizó una prueba a cada mujer, que resultó positiva, y tanto los bebés de Kate como los de Kaitlin dieron negativo para opiáceos. Sin embargo, el Departamento de Protección y Permanencia Infantil los llamó después de que sus pruebas de drogas dieron positivo, denunciándolos por posible abuso o negligencia.

“Las políticas de pruebas discriminatorias como estas alteran lo que debería ser un momento de alegría para las familias y, por lo tanto, a menudo las someten a más traumas e investigaciones injustificadas por parte del estado”, dijo la abogada de ACLU, Molly Linhorst.

Una portavoz de la Oficina del Fiscal General dijo que la División de Derechos Civiles de Nueva Jersey no comenta sobre las investigaciones pendientes. El Centro Médico de la Universidad de Hackensack no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos «rechaza específicamente la práctica en parte debido a las devastadoras consecuencias legales que puede presentar una prueba positiva», dijo la ACLU.

Comer bagels de semillas de amapola puede hacer que las pruebas den resultados positivos para opiáceos como heroína, morfina y codeína en muestras de orina, según un artículo del Hospital Winchester.

El Pentágono emitió una advertencia a su personal militar en servicio activo, advirtiéndoles que algunas variedades de semillas de amapola podrían tener una mayor contaminación con codeína.

«La investigación muestra que la morfina y la codeína a veces se pueden detectar en la orina hasta 48 horas después de la ingestión de semillas de amapola de algunos pasteles, como bagels, muffins y pasteles», declaró declaró la U.S. Anti-Doping Agency, la organización nacional para los deportes olímpicos de EE. UU.

Kate dijo que nunca se dio cuenta de que las semillas de amapola podrían causar una prueba de drogas positiva, mientras que Kaitlin le dijo a su enfermera que había comido un bagel que contenía semillas de amapola, y la enfermera le dijo que eso podría haber causado los resultados positivos, según las quejas.

Linhorst dijo que el trabajo del DCR es investigar la supuesta discriminación y determinar si ocurrió o no. Luego de una investigación, puede presentarse ante un juez de derecho administrativo para dictar sentencia y el director de la División de Derechos Civiles puede afirmarlo, rechazarlo o enmendarlo y devolverlo.

Las mujeres se acercaron a la ACLU con una semana de diferencia poco después de dar a luz, lo que fue alarmante para la organización de derechos civiles, dijo Linhorst.

«Estamos viendo esto como un problema estatal más amplio», dijo Linhorst. «Hemos escuchado de más mujeres con historias muy similares».

Se han presentado casos similares en Nueva York, Pensilvania e Illinois y han resultado en cambios de política y daños monetarios, dijo Linhorst.

Linhorst dijo que más mujeres se acercan y comparten sus historias porque se dan cuenta de que no están solas en su experiencia. Ella dijo que, estadísticamente, es más probable que la discriminación de este tipo les suceda a las madres y los bebés negros.

Kaitlin dijo que más tarde descubrió que el umbral de prueba del laboratorio era «mucho, mucho más bajo que el que usa el gobierno federal».

Linhorst dijo que el objetivo es crear un precedente para que otros hospitales se den cuenta de que «estas prácticas de pruebas de detección de drogas son ilegales y discriminatorias». Ella también quiere que los hospitales reconozcan que también podría ser una discriminación basada en la raza.

«Sentí que los médicos estaban cuestionando mi carácter y mis habilidades como madre», dijo Kate. «Estoy aterrorizada de volver a ir a un hospital; siempre voy a preocuparme de que nuestra familia pueda ser destrozada. Por lo que estamos haciendo todo lo que podemos para evitar que esto le suceda a nadie más.

«Kaitlin y Kate buscan modificar sus registros médicos para que no reflejen las pruebas de drogas positivas. Linhorst dijo que a las mujeres les preocupa que las pruebas puedan usarse para estigmatizarlas o hacer que los proveedores no confíen en ellas.

«Debido a lo que pasó, vivo con miedo a las pruebas médicas y cómo pueden ser utilizadas en mi contra como madre», dijo Kaitlin.

Además de tratar de hacer un cambio duradero, las mujeres buscan daños y perjuicios por el trauma emocional que sufrieron después de las pruebas de drogas. Lindhorst dijo que al menos una de ellas todavía paga «facturas hospitalarias significativas» por la estadía de ella y su bebé.

This translation was provided by Maricarmen Amado and New Jersey Hispano, in association with the Montclair State University Center for Cooperative Media and is financially supported by the NJ Civic Information Consortium. The story was originally written in English by Northjersey.com and is republished under a special content-sharing agreement through the NJ News Commons Spanish Translation News Service.

Esta traducción fue proporcionada por Maricarmen Amado y New Jersey Hispano, en asociación con el Centro de Medios Cooperativos de la Universidad Estatal de Montclair, y cuenta con el apoyo financiero del Consorcio de Información Cívica de NJ. La historia fue escrita originalmente en inglés por Northjersey.com y se vuelve a publicar en virtud de un acuerdo especial para compartir contenido a través del Servicio de noticias de traducción al español de NJ News Commons.