NJ aún no se recupera de Sandy

La costa de Nueva Jersey sigue luchando por salir adelante un año después de que el huracán “Sandy” matara a 38 personas y destruyera o dañara gravemente miles de vehículos y negocios.

El agua subió aquí ocho pies y en cuestión de dos horas perdimos todo: comida, neveras, sillas, equipo electrónico”, explicó el mexicano Juan Marín, que aun no ha podido reabrir su restaurante “Garibaldi”, en la localidad de Newport.



“Sandy”, que golpeó sobre todo Nueva Jersey, donde tocó tierra, y Nueva York el 29 de octubre del año pasado, causó más de un centenar de muertos en todo el país y destruyó o dañó unas 650.000 viviendas.



Para Marín, que también perdió efectos personales y familiares, pues el agua llegó hasta su apartamento en el segundo piso del edificio, un año después todo “sigue siendo una pesadilla”.



Mientras no pueda reabrir su negocio “y empiece a dar dinero para cubrir sus deudas”, las cosas no van a cambiar para este empresario indocumentado radicado en Nueva Jersey en 1999, que calcula sus pérdidas en unos 100.000 dólares.



Su caso es solo uno de muchos en todo el estado y el país.



Según datos de la oficina del gobernador, Chris Christie, unas 189.500 empresas fueron afectadas de diversa manera por el azote de “Sandy” en Nueva Jersey, un 75 % de ellas de pequeño tamaño. Muchos pequeños negocios en Nueva Jersey no han podido reabrir aún sus puertas y otros optaron por cerrar definitivamente.



“Algunos comerciantes tenían seguros que no les pagaron y muchos estaban esperanzados en la ayuda de FEMA (agencia federal para las emergencias), que sólo cubre a residentes legales o ciudadanos”, y otros solo accedieron a préstamos de la Administración de Pequeños Negocios, dijo Luis de la Hoz, director de The Intersect Fund.



Esa entidad sin ánimo de lucro que otorga micropréstamos a pequeñas empresas anunció que amplió a seis meses, y posiblemente hasta un año, el periodo para la concesión de créditos, “porque después de un año muchos comerciantes apenas están recibiendo cartas de la Administración de Pequeños Negocios y de FEMA de que no cualificaron para ayuda”.



Marín está levantando a pulso su negocio ya que no puede acceder a ningún tipo de ayuda por ser indocumentado.


Tras la tormenta alquiló un restaurante en la ciudad de Perth Amboy, que, según dice, no genera lo suficiente para cubrir los gastos de la rehabilitación, por lo que ha tomado dinero prestado.



“Estoy pagando mil dólares mensuales sólo en intereses”, explicó, por lo que ha tenido que recurrir a vender por las casas comida que prepara en el restaurante, con el riesgo de ser multado por la policía.



Marín, que obtuvo un préstamo de The Intersect Fund que usó para abrir el negocio de Perth Amboy y otros 2.000 dólares del consulado mexicano, espera poder abrir en noviembre su negocio.



Cerca de donde Marín trabaja para mantener un restaurante y reabrir otro está el pueblo de Union Beach, una de las zonas de la costa más afectadas por “Sandy”, donde de las 2.336 casas, 300 tuvieron que ser demolidas y un 65 % sufrió diversos daños.



Solares solitarios, escombros de una vivienda que ya no existe, casas en construcción y terrenos delimitados por cintas son ahora parte del paisaje de la zona.



En una caminata por el lugar se ven ladrillos y restos de basura acumulada, así como a un grupo de voluntarios que ha estado trabajando en labores de limpieza.



De acuerdo con datos de la oficina del gobernador Christie, solamente en Nueva Jersey un total de 346.000 viviendas fueron destruidas o dañadas por el huracán, que antes de llegar a la costa noreste de los EE.UU., causó estragos en Haití, Cuba y Jamaica, entre otros países del Caribe.



Sólamente en suelo estadounidense, “Sandy” causó daños por valor de unos 65.000 millones de dólares, lo que le convierte en el segundo huracán más destructor de la historia del país.