Mayoría de las víctimas de la explosión en NY eran hispanos
La tragedia del barrio neoyorquino de Harlem comienza a tener nombres y apellidos un día después de que una explosión de gas derrumbara dos edificios, lo que dejó un trágico balance de ocho muertos, mientras continúa la búsqueda de cuatro desaparecidos y la zona intenta recuperar la calma.
El Departamento de Bomberos anunció a última hora de la tarde que se extrajo un octavo cadáver de entre los escombros.
Hasta ahora han sido identificados cinco fallecidos, el último de ellos un músico de nacionalidad griega llamado Andreas Panagopoulos, que vivía en uno de los apartamentos de los dos edificios de Park Avenue derrumbados.
Las dos primeras víctimas identificadas fueron Griselde Camacho, de 45 años, y Carmen Tanco, de 67 años, ambas de origen boricua, según confirmó la directora de la oficina de Puerto Rico en Nueva York, Brenda Torres, quien añadió que entre los desaparecidos está Jorge Amadeo, también puertorriqueño.
Camacho trabajaba desde hace años como agente de seguridad en la universidad Hunter College, y deja a un hijo adolescente y a su madre, que resultó herida y permanece ingresada en el hospital Monte Sinaí, mientras que Tanco llevaba cuatro décadas viviendo en Nueva York, donde trabajaba como técnico dental.
La tragedia de Harlem también se ha cebado con la comunidad mexicana, ya que otras dos de las víctimas son de ese país, Rosaura Barrios, de 43 años, y su hija Rosaura Hernández Barrios, de 22, mientras que el Consulado reveló que al menos una de las cuarenta personas hospitalizadas también es mexicano.
Por otro lado, se presume que al menos otro de los fallecidos es de origen dominicano, aunque aún no se ha confirmado oficialmente ni se conoce su identidad, según dijo un portavoz del consulado dominicano, mientras que la séptima víctima mortal podría ser de nacionalidad japonesa.
Entre los cuatro desaparecidos se encuentran Chris Jiménez, de 15 años, y otro joven identificado como Jordy Salas, estadounidense de origen ecuatoriano de 22 años que estudia derecho en la universidad pública CUNY y cuya esposa está embarazada de cinco meses, según informan diferentes medios locales.
El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, dijo hoy en conferencia de prensa que las tareas de rescate continuarán los próximos días con la esperanza de encontrar a alguien con vida, y aseguró que cualquier afectado por la tragedia recibirá ayuda «sin importar su estatus migratorio».
Las autoridades tuvieron que evacuar un total de 89 apartamentos y tres establecimientos en la zona de la explosión, en el corazón del Barrio latino de Harlem, aunque ninguno de los edificios tiene problemas estructurales, mientras que 66 personas pasaron la noche en un centro de acogida temporal de la Cruz Roja situado en la calle 125.
Otros vecinos afectados han sido acogidos en casas de familiares y amigos, como el mexicano Julio Bonilla, quien explicó que conocía a la familia Hernández Barrios, que además de haber perdido a Rosaura y a su hija, otros dos de sus integrantes resultaron heridos y permanecen en el hospital.
«Yo trabajo de noche y a esa hora estaba durmiendo cuando sentí que el edificio se estremeció y pensé que era un terremoto (…) Lo primero que hice fue buscar a mi hija de 12 años, pero ya estaba en la escuela, y mi esposa estaba trabajando», dijo Bonilla, quien se encontraba en el apartamento junto a su sobrino.
La tragedia de Harlem ha vuelto a reabrir el debate sobre el mal estado en que se encuentran muchas infraestructuras en la ciudad de Nueva York, ya que al menos uno de los edificios derrumbados tenía decenas de quejas de los vecinos, ya que presentaban grietas en las paredes y problemas en la red de gas.