Mitos sobre la lactancia materna

La lactancia debe ser uno de los procesos más importantes para la unión entre una madre y un hijo. Pero cuando se da a luz, nacen una serie de dudas y son principalmente las madres, amigas, primas y tías que tienen hijos las que dan cientos de consejos diciéndote lo que debes o no hacer.

Pero para que estés más orientada, en conjunto con una enfermera matrona, enumeramos algunos mitos comunes sobre la lactancia.

  1. Amamantar frecuentemente al niño reduce la producción de leche y el fracaso de la lactancia.

La producción de leche está relacionada con la frecuencia de la lactancia y la cantidad de veces que la glándula se vacía. La producción de leche funciona en relación a la demanda, es decir, entre más le pido producir, más leche me da.

  1. Una madre necesita amamantar únicamente de cuatro a seis veces cada 24 horas para mantener una buena cantidad de leche.

Las investigaciones han mostrado que cuando la madre amamanta precozmente (dentro de la primera hora post parto) y frecuentemente (8 a 12 veces en las primeras semanas), la producción de leche aumenta, su hijo incrementa de peso y hay una mayor probabilidad de que su lactancia sea más prolongada.

  1. Los niños obtienen toda la leche que necesitan durante los primeros cinco a diez minutos de lactar.

Mientras que muchos niños mayores pueden obtener la mayor parte de su leche en los primeros cinco a diez minutos, esto no se puede generalizar para todos. Los recién nacidos, que están aprendiendo a lactar y no siempre son eficientes en la succión, a menudo necesitan mucho más tiempo para alimentarse. Aprende a mirar cuando tu hijo dice “ya no quiero más”.

  1. Es la cantidad de leche que el niño consume, no si es leche materna o de fórmula, lo que determina cuánto tiempo aguanta un niño entre dos tomas.

Los niños amamantados tienen tiempos de vaciamiento gástrico más rápido que los alimentados con fórmula –aproximadamente 1.5 horas frente a un máximo de 4 horas– debido al menor tamaño de las moléculas de proteína en la leche humana. Mientras que la cantidad es un factor en la determinación de la frecuencia de alimentación, el tipo de leche es igualmente importante. Los estudios antropológicos de la leche de los mamíferos confirman que los bebés humanos estaban destinados a ser alimentados con frecuencia.

  1. Nunca despiertes al niño que duerme. Aunque la mayoría de los niños harán saber el momento que necesitan comer, en el período de recién nacidos algunos son más flojos y no pueden despertar suficientemente por sí solos. La lactancia poco frecuente puede ser causada por falta de madurez del niño, ictericia, partos traumáticos, medicamentos maternos o sobreuso del bobo o chupete.

  2. El metabolismo del niño se encuentra desorganizado al nacer y requiere que se le imponga una rutina u horario para ayudar a resolver esta desorganización.

Desde el nacimiento los niños tienen patrones de alimentación, sueño y vigilia. No es un comportamiento desorganizado, sino más bien refleja las necesidades específicas de esta etapa de la vida. Con el tiempo los niños van adaptando sus ritmos al ambiente que los rodea sin necesidad de entrenamiento.

  1. Las madres lactantes deben usar siempre ambos pechos en cada toma.

Es más importante dejar que el niño termine el primer pecho primero, incluso si eso significa que él no tome del segundo pecho. La leche no es igual todo el tiempo. Sabemos que la leche inicial es rica en agua y azúcares y al final es más rica en grasas. En la medida que la glándula es drenada se accede gradualmente a esta última leche. Si pasas al segundo pecho antes de terminar con el primero, el niño puede llenarse con la primera leche baja en calorías de los dos senos, en vez de obtener el equilibrio normal de inicio y final, con la consecuente insatisfacción infantil y poco aumento de peso.

  1. Si un niño no aumenta bien de peso, es posible que la leche de su madre sea de baja calidad.

Las leches de baja calidad no existen. Las bajas de peso tienen mucha más relación con una menor producción de leche, por poco frecuencia de lactancia o con una mala técnica de acople del niño al pecho.

  1. Cuando una mujer tiene escasez de leche, generalmente se debe al estrés, la fatiga o el bajo consumo alimenticio y de líquidos.

Las causas más comunes de problemas en la cantidad de leche son las tomas poco frecuentes y/o el mal acople del niño al pecho. El estrés, la fatiga o la desnutrición son raramente causa de la insuficiencia del suministro de leche, porque el cuerpo tiene muy desarrollados mecanismos de supervivencia para proteger al lactante en tiempos de escasez.

  1. Una madre debe tomar leche para producir leche.

Una dieta saludable de verduras, frutas, granos y proteínas es todo lo que una mamá necesita para proporcionar los nutrientes adecuados para producir la leche. El calcio se puede obtener de una variedad de alimentos no lácteos, como las verduras de color verde oscuro, semillas, frutos secos y pescados. No hay ninguna relación en tomar leche de otros mamíferos para aumentar la propia. Procura tener una dieta balanceada y una adecuada hidratación. Las últimas investigaciones muestran que la leche materna tiene un factor protector en la obesidad y por lo tanto disminuye el riesgo de ser obeso en el futuro.

La promoción de la lactancia prolongada es una de las medidas que se aplica para impactar positivamente la salud de los niños en el ámbito de la nutrición.