La derechista que votó por Pedro Castillo

Los simpatizantes de Pedro Castillo y de Keiko Fujimori en el área tri estatal, a la espera que el Jurado Nacional de Elecciones determine quién finalmente es el ganador, llegaron hasta  la ONU: simpatizantes de ambos bandos han llevado a cabo sendas marchas frente a la sede de la organización mundial en Manhattan.

Pero, hace pocos días, Pedro Castillo “estuvo” en el área triestatal: una imagen fotográfica de cuerpo entero fue paseada por sus simpatizantes durante una manifestación en Washington Square. 

Allí estuvo la cantante Lula Valdivia, residente de Nueva Jersey, quien narra a Reporte Hispano como pasó de ser una simpatizante de los partidos de derecha a apoyar a Pedro Castillo, quien representa a partidos de izquierda en Perú

Valdivia es una cantante peruana que ha hecho carrera en Chile, en su Arequipa Natal, en el mismo Perú, hasta que emigró a Estados Unidos hace más de 15 años, y a la que han “terruqueado”, una palabra que se ha generado en la campaña peruana de la segunda vuelta para designar el movimiento de ataque a los opositores a Keiko Fujimori, generado en un oscuro rincón de la desinformación política de las redes sociales.

“Aunque me quede sin amigos he decidido bloquear en mis redes sociales a todos los fujimoristas, que no respetan nada y a nadie con tal de ganar una discusión que solamente debe resolver el Jurado Nacional de Elecciones,” dice Lula.

Valdivia, quien solía ser una cantante habitual de Trumpet Jazz Club de Montclair, NJ, que ha cerrado recientemente, además de haber presentado la primera celebración de la independencia del Perú en la biblioteca de Montclair y que a veces es invitada a cantar los himnos de Perú y EE.UU. en las celebraciones peruanas, se considera de derecha.

Se declara partidaria del libre mercado, de las oportunidades para todos, de la igualdad de todos ante la ley.

En la primera vuelta de la elección presidencial peruana sus candidatos estaban, claro está, en el espectro de la derecha. Sus opciones eran el economista Hernando de Soto, autor de “El Otro Sendero” y “El Misterio del Capital” y Rafael López Aliaga, empresario afiliado a la organización religiosa Opus Dei.

“Finalmente decidí apoyar a López Aliaga porque no tenía pasado de corrupto; sus ideas religiosas, no me importan, porque todo el mundo es libre de profesar la religión que prefiera. Yo quería alguien que haga progresar al país, que creara más trabajo ” acota.

En la segunda vuelta se quedó “sorprendida”: ningún candidato la representaba. Su primera opción fue la de votar nulo, porque al aparecer Pedro Castillo, un señor al que nadie conocía, y Keiko Fujimori como la segunda votación, ninguno de ellos la representaba.

“Yo soy antifujimorista desde hace 25 años, porque he visto lo que le hizo el fujimorismo al país, y en particular a mi gremio, los artistas: cuando en la televisión sólo se contrataba a calatitas que eran pagadas por orden de Vladimiro Montesinos para mantener a la población ignorante y frívola mientras él y Alberto Fujimori saqueaban el país,” dice.

Para Valdivia el punto de inflexión ocurrió durante el debate presidencial entre ambos candidatos.

No lo vio como el personaje de extrema izquierda que estaban pintando los medios de comunicación peruanos, lo vio humilde, con un programa social, sin grandes anuncios que generarían déficit fiscal; como los  3 millones de empleos y regalar el Canon Minero a los pobladores que viven alrededor de las minas, que ofreció  en dicho debate su rival Keiko Fujimori.

“Lo vi como un señor humilde y lo que me gustó fue el símbolo del lápiz y que iba a promover la educación, que es lo único que puede sacarnos de pobres, pese a que vivimos en un país rico,” anotó. “No creo que este señor sea comunista, no creo que quiera hacer otra Venezuela, que los peruanos salgamos a mendigar a otros países”.

Entonces se dedicó a estudiar al candidato Castillo, a ver qué decían los periodistas “serios”, los analistas, los referentes personales de su vida artística, para emitir su voto.

Pero lo que la decidió fue, en sus palabras,  el feroz ataque que sufrió Castillo de las elites peruanas por ser campesino, provinciano, serrano.

“Me terminó de convencer el racismo salvaje que he visto en Perú. El ex-presidente Donald Trump se queda chico frente a lo que le dicen a nuestros compatriotas, que indios salvajes, que cholos, que serranos, que los terrucos,” acotó.

Valdivia no cree que haya habido fraude en el Perú, pero tampoco cree que no hay que darle un cheque en blanco al candidato Pedro Castillo y “ruega a Dios que Castillo no lleve al Perú al comunismo”.