Aplazan actuación en deportaciones
El presidente de EE.UU., Barack Obama, pidió al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, que aplace la publicación del informe de revisión de las políticas de deportaciones para no torpedear la reforma migratoria, estancada en la Cámara de Representantes, informó una fuente oficial.
“El presidente ha hecho esta petición con el objetivo de dar a la Cámara espacio para arreglar nuestro sistema de inmigración que no funciona y para evitar que los republicanos tengan una excusa para la inacción”, explicó un alto funcionario de la Casa Blanca que prefirió mantener el anonimato.
El 14 de marzo, Obama encargó a Johnson un informe sobre deportaciones para estudiar cómo se puede aplicar la normativa de forma “más humana”, pero la oposición republicana le advirtió de que cualquier acción por decreto en este sentido anularía toda posibilidad de que la reforma migratoria vea la luz.
“La prioridad del presidente es dar una solución permanente a los que viven en la sombra y esa solución sólo puede conseguirse con la reforma migratoria. Él cree que aún hay posibilidades de que la Cámara aborde esta medida este verano”, indicó la fuente de la Casa Blanca.
Su política de deportaciones le ha valido a Obama duras críticas de la comunidad hispana, cuyo apoyo ha sido clave en sus dos campañas presidenciales y es vital para los demócratas tanto en las legislativas de noviembre como de cara a la carrera hacia la Casa Blanca de 2016.
Estas críticas se asientan sobre una cifra: los dos millones de deportados que ha sumado la Administración Obama hasta ahora en los dos mandatos y que constituyen una cifra récord en comparación con los gobiernos anteriores.
En este contexto, Obama se planteaba actuar por decreto para aliviar el drama de las deportaciones ante la posibilidad de que la reforma integral del sistema migratorio no vea la luz este año de elecciones legislativas. Pero, ante la amenaza republicana de que una acción unilateral anule toda posibilidad de aprobar la reforma, Obama ha decidido aplazar la publicación del informe de deportaciones -aunque su Administración seguirá trabajando en él- y dar margen a la Cámara de Representantes para que aborde la medida antes del receso de agosto y las elecciones de noviembre.
La semana pasada se cumplió un año de que el Comité Judicial votara a favor de una reforma migratoria que posteriormente aprobó la Cámara alta, y que está estancada en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana.
La aprobación con amplio consenso de la propuesta del conocido como “Grupo de los Ocho” -integrado por cuatro demócratas y cuatro republicanos- fue el primer paso para el proyecto de ley al que posteriormente le dio su respaldo el pleno del Senado. Sin embargo, el proyecto está parado en la Cámara de Representantes porque la mayoría republicana se ha opuesto a analizar el documento del Senado en su totalidad y prefiere un enfoque por partes.
La propuesta del Senado incluye una vía a la ciudadanía para los más de 11 millones de indocumentados que se calcula hay en el país, algo a lo que se oponen los republicanos, y al tiempo recoge medidas para endurecer la seguridad en la frontera.
La celebración de elecciones legislativas en noviembre pone en duda que pueda lograrse un acuerdo antes de fin de año como era el objetivo del presidente Obama.
Los líderes demócratas en el Senado lanzaron recientemente una nueva oferta a los republicanos de la Cámara de Representantes para aprobar la reforma migratoria antes del receso legislativo de verano, pero retrasando su entrada en vigor hasta 2017, cuando el presidente Barack Obama haya dejado la Casa Blanca.
Apenas unos minutos antes de la comparecencia de los demócratas, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, reiteró que su bancada no está dispuesta a considerar un proyecto de ley tan amplio, e indicó que solamente podría abordarse por partes. “Si no aceptan esta oferta -concluyó Reid- entenderemos que para los Republicanos de la Cámara nunca habrá un momento adecuado para aprobar la reforma”.