Presión logra frenar deportación y salva vida de infante en NJ

Para la familia Oliva las leyes de inmigración no sólo podrían separar a sus miembros, sino también poner en peligro de muerte a un pequeño niño de siete meses.

El joven Carlo Oliva Guillen, de 26 años de edad, fue detenido por una ofensa de tránsito el pasado 18 de enero en el Condado de Ocean cuando se dirigía a trabajar. Por no tener documentos fue arrestado y remitido a las autoridades de inmigración, quienes descubrieron que el joven tenía una orden de deportación pendiente por no haberse presentado ante un juez de inmigración, diez años atrás en Texas.

El joven fue detenido en la cárcel de inmigración de Elizabeth. Su pareja Emiliy Navas, mientras tanto luchaba por la salud de su hijo, el infante JenCarlos, quien fue hospitalizado de urgencia en el Hospital de Niños de Filadelfia, por una hipoglicemia, una rara enfermedad que pudiera ser mortal, cuyo tratamiento preciso requiere de exámenes de sangre de ambos progenitores.

Pese a las reiteradas peticiones de que se permita a Carlos Oliva realizarse un examen de sangre para poder hacer el diagnóstico correcto a su hijo, las autoridades de inmigración se negaron y trasladaron al joven hondureño ha un centro de detención en Lousiana, New Orleans, desde donde sería deportado.

De inmediato los abogados del joven, Matthew J. Archambeault y Juliette Gomez, se movilizaron junto a varias organizaciones pro inmigrantes como PICO y NJ Communities United Organizer, para presionar a las autoridades de inmigración para que detenga la deportación.

A pesar de que Carlos Oliva Guillen califica para la orden de discrecionalidad procesal establecida el 17 de junio del 2011, los funcionarios había desestimado esta orden y agilizando la deportación del joven.

Oliva Guillen por ser una persona sin historial criminal, padre de tres niños ciudadanos, con más de diez años viviendo en el país, y con un hijo con graves dificultades médicas, califica como un inmigrante de “baja prioridad” para las autoridades.

La presión ejercida por las organizaciones logró que las autoridades de inmigración en Washington, pidieran detener el inminente proceso de deportación.

Ahora su familia espera que el joven sea devuelto a Nueva Jersey y liberado por las autoridades para que pueda reunirse con ellos y ayudar en los exámenes médicos que requiere su hijo. Al cierre de esta edición aún esperaban por la llegada del joven al centro de detención en Elizabeth.