Aumenta preocupación por crisis migratoria
La proporción de estadounidenses que considera la inmigración como el problema más grande del país subió del 5 % en junio al 17 % en julio, según una encuesta de la firma Gallup.
La proporción de estadounidenses que ahora considera la crisis de inmigración como el asunto más grave es la mayor desde 2006, señaló Gallup, agregando que la “inmigración ahora está virtualmente empatada con el descontento hacia el gobierno, en el 16 %, como el problema que los encuestados ven como mayor para el país”.
De todos modos ésta no es la primera vez que la inmigración salta al centro de la atención para muchos: el asunto concitó la preocupación del 10 % de la población en 2010, en torno a una ley en Arizona, y había inquietado al 15 % de los encuestados en 2006 cuando hubo un debate en el Congreso sobre la reforma migratoria.
Consultados sobre el problema que consideran como mayor para el país, a renglón seguido de la inmigración y los indocumentados (17 %), y el descontento con el gobierno, los políticos y el Congreso (16 %), el 15 % de los encuestados mencionó la situación económica en general, y el 14 % el desempleo, según Gallup.
Por su parte, dos legisladores texanos, un republicano y un demócrata introdujeron un proyecto de ley en el Congreso que aceleraría la deportación de los niños inmigrantes procedentes de Centroamérica que se agolpan en la frontera sur del país.
El texto legislativo, que ya ha sido rechazado públicamente por alguno de los congresistas defensores de una reforma migratoria integral, tiene el objetivo de modificar las leyes actuales para dar el mismo trato a los menores provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador que a los llegados desde México y Canadá, los cuales pueden ser deportados en apenas unas horas tras su entrada ilegal.
El senador republicano John Cornyn y el demócrata Henry Cuéllar pretenden modificar el marco legal actual, que data de 2008, y agilizar las deportaciones de menores, aunque no provengan de países fronterizos.
La medida estipula que los niños que sean elegibles para algún tipo de amparo en Estados Unidos, como el asilo, se presenten ante la corte de inmigración en los siete días posteriores a haber sido examinados por los funcionarios de Salud y Servicios Humanos (HHS). Si el juez decide que un niño puede presentar su reclamación legal, que tendrá que cursar en las 72 horas siguientes a la resolución del magistrado, el menor podrá permanecer en el país con una persona que lo custodie mientras su caso se abre paso a través de los tribunales; de lo contrario, será deportado a su país de origen.
Asimismo, bajo la nueva ley, los niños no acompañados que ya estén viviendo en algún lugar de Estados Unidos bajo el cuidado de un familiar o tutor podrían pasar por el proceso judicial directamente.