Diez años de cárcel por corrupción para el héroe de ‘Katrina’

Esto es ‘regeneración democrática’ en el sentido literal del término: Ray Nagin, el hombre que se convirtió en un héroe nacional en Estados Unidos en 2005, con sus dramáticas llamadas de socorro cuando el huracán destruyó la ciudad de Nueva Orleáns, de la que era alcalde, ha sido condenado a 10 años de cárcel por soborno, falsedad documental y fraude fiscal.

Suena muy serio, pero, si se mira en detalle, se ve que solo la cuantía de los sobornos hace que Nagin no pase de ser un aprendiz en materia de corrupción si se le compara con sus colegas, alcaldes de otros países que, en siglos pasados, tuvieron control sobre la ciudad de Nueva Orleáns: apenas 500.000 dólares (367,500 euros), bajo la forma de tres camiones cargados con granito gratis para su vivienda y viajes en primera clase en avión a Jamaica y a Nueva York. A cambio, Nagin dio contratos para obras públicas y servicios a empresas en la ciudad. Lo dicho: un aprendiz.

Aún así, a Nagin le espera ahora la cárcel, porque el juez ha rechazado su apelación de la sentencia en primera instancia, que había sido emitida en febrero. Lo más que ha logrado es que se le rebaje la pena de 20 a 10 años, ya que la Justicia ha determinado que no presenta riesgo para la seguridad pública. El ex alcalde entrará en prisión en septiembre.

La sentencia pulveriza definitivamente el mito de Nagin, un político que fue capaz de transformar una tragedia que costó 2.000 muertos y destruyó una ciudad en un activo político, pese a que una parte de la responsabilidad de la hecatombe fue suya. Nagin, demócrata, logró dar la vuelta a la tortilla con una serie de declaraciones radiofónicas en las que echó la culpa del desastre de la evacuación de Nueva Orleáns al Gobierno de George W. Bush. Sus frases, pronunciadas con la voz rota, «¡Moved el culo y haced algo!», «Le están dando a la gente propaganda, están manipulando, y la gente se está muriendo», o «¡Necesito tropas, necesito refuerzos, necesito autobuses!», resonaron durante meses en Estados Unidos, un país que se considera el más rico de la Tierra pero que veía, día tras día en televisión, a miles de personas hacinadas en el Estadio de la Superbowl, cometiendo saqueos y luchando por sobrevivir en una de sus ciudades más emblemáticas.

Emblemática, corrupta y racista

Pero Nueva Orleáns no es solo emblemática. También es corrupta. Y racista. En los meses posteriores a ‘Katrina’, Nagin fue un maestro en aprovechar el victimismo de la población negra y en enfrentarla con los inmigrantes latinoamericanos. «Puedo ver en vuestros ojos que querías saber esto: «¿Cómo puedo aprovecharme de esta increíble oportunidad? Cómo puedo evitar que Nueva Orleáns no sea arrasada con inmigrantes mexicanos?» dijo Nagin un mes después de ‘Katrina’.

En realidad, los ‘mexicanos’-una forma despectiva de referirse a todos los hispanohablantes porque no los distingue por nacionalidad-habían ido a Nueva Orleáns a hacer lo que suelen hacer: trabajar como mulas por muy poco salario. Poco después, en 2006, Nagin continuo jugando la baza racial al declarar que «esta ciudad será una ciudad ‘chocolate’. Esta ciudad será mayoritariamente lo afroamericana. Es como Dios quiere que sea».

Todas esas declaraciones solo ocultaron, de forma muy parcial, el desplome de la popularidad de Nagin entre sus vecinos. Mientras el alcalde se convertía en una ‘celebrity’, los habitantes de Nueva Orleáns solían referirse a él empleando epítetos impublicables. En 2006, con dos tercios de la población de la ciudad todavía viviendo refugiada en otras localidades, en algunos casos a miles de kilómetros de Nueva Orleáns, Nagin fue reelegido por la mínima frente al también demócrata Mitch Landrieu, miembro de una de las dinastías que ha controlado la política de Louisiana. El padre de Landrieu había sido alcalde de Nueva Orleáns, su hermana es senadora por Louisiana en Washington y él fue vicegobernador antes de convertirse en alcalde de Nueva Orleáns en 2010.

Cuando Mitch Landrieu tomó posesión del cargo de Nagin, la estrella de este ya estaba en claro declive. El diario ‘New Orleáns Times-Picayune’ ya había denunciado su posible corrupción. En 2013, finalmente, fue formalmente procesado. Un año después fue condenado. Y ahora su apelación ha sido rechazada.

Louisiana en general y Nueva Orleáns en particular tienen una merecida fama de corruptas. Pero con Nagin han demostrado que es capaz de darle lecciones a muchos otros territorios. Y, también, a alguna ex potencia colonial de la zona…