Se estigmatiza a pacientes de ébola

Las cuarentenas y otras políticas sobre el ébola que están adoptando varios estados no tienen base científica y están causado el mismo temor, estigma e indiferencia parecida a los primeros días cuando se respondía a la epidemia del sida, advierte un informe.



El informe “El ébola y el estigma relacionado al VIH, realidades y lecciones aprendidas”, de la Comisión Latina del Sida, realizado por Miriam Y. Vega y Emily Klukas, compara lo ocurrido con ambas enfermedades.



Destaca que desde Thomas Eric Duncan, el primer paciente de ébola diagnosticado en este país, los procedentes de la región oeste de África, especialmente liberianos, han sido blanco de estigmatización y discriminación.



“Este tipo de estigma es fabricado y ampliado por políticos y medios de comunicación, afectando los potenciales esfuerzos para reclutar más trabajadores de salud para responder a esta enfermedad, aquí y afuera del país”, indica el informe.



“El estigma no solo reduce el impacto de nuestro trabajo para combatir esta enfermedad, sino que desprecia aquellos que están sufriendo y experimentado traumáticamente la pérdida de sus seres queridos, reduciéndolo a una sola situación, el origen de la enfermedad. Un esfuerzo coordinado y lo más transparente posible es necesario para generar confianza”, aseguran Vega y Klukas.

Advierten además que luego de más de tres décadas de esfuerzos para frenar al VIH, “podemos aplicar muchas lecciones en los esfuerzos para controlar este nuevo brote del virus del ébola”.



El informe señala además que hasta el pasado 29 de octubre, 32 naciones habían establecido algún tipo de restricción de viajes por el virus de ébola, incluyendo Estados Unidos, y recuerda que la misma acción se tomó con la epidemia del sida.



“Existen consecuencias no intencionadas a las restricciones para viajar, que podrían empeorar las cosas”, dice, y recuerda que uno de los principales retos en brotes pasados de ébola en África fue la falta de equipo protector y recursos básicos en la atención médica.



Menciona como ejemplo que un estudio sobre la epidemia del VIH y sida reveló que las restricciones impuestas a los vuelos fueron “costosas, dañinas, no fueron efectivas y posiblemente discriminatorias”.



“La prevención funcionó mejor que las restricciones para viajar”, concluyeron los autores.



Igualmente, el estudio advierte sobre las consecuencias del estigma y discriminación en la propagación del virus del VIH.



“El estigma asociado con el Sida en la década del 90 pudo causar potencialmente que las personas no ofrecieran tiempo como voluntarios en las organizaciones trabajando con esa enfermedad”, señalan las autoras del informe.



Vega y Klukas señalaron además que los trabajadores de la salud que atienden a pacientes de esta epidemia, que ha causado la muerte a más de 5.000 personas, también son estigmatizados, situación que dicen ha estado presente en tres previos brotes de ébola en África, donde han reportado ostracismo y rechazo de parte de familias y compañeros de trabajo.



Un estudio en EE.UU. mostró cómo enfermeras que trabajaban con pacientes de VIH también fueron víctimas de estigma por sus compañeros de trabajo, indicaron.



Las autoridades sanitarias de Nueva York mantienen bajo observación a 207 personas que no han mostrado ningún síntoma del ébola, como parte de los procesos que se han puesto en marcha como medidas de precaución.