Latino estuvo 20 años preso siendo inocente

El mexicano Ángel González dijo que encara la vida sin rencores, “un paso a la vez” y con planes de estudiar para reintegrarse a la sociedad, después de pasar veinte años en prisión por delitos que no cometió.



“Ahora estoy despertando a la realidad, al mundo que dejé hace muchos años. Todo ha cambiado y tengo mucho que aprender”, dijo en entrevista telefónica. 
Y es que desde que salió el pasado martes por la noche del Centro Correccional Dixon, en el noroeste de Illinois, su vida ha sido un torbellino de “periodistas, abogados y familiares que no conocía”.



González, que tiene 41 años y ha pasado la mitad de su vida en varios establecimientos penitenciarios de Illinois, agradeció a Dios el “estar vivo y libre”, y a todas las personas que le quieren “ayudar a recorrer el buen camino, un paso a la vez”.

A pesar de los años vividos en la cárcel, dijo no sentir rencor por la condena equivocada que lo llevó a prisión, y expresó que “el pasado es el pasado”.



González, que había sido condenado y sentenciado a 55 años de prisión por su participación en la violación y secuestro de una mujer de 35 años, ocurrido en 1994 en la ciudad de Waukegan, Illinois, fue exonerado por la fiscalía del condado de Lake.



La corte declaró improcedente la sentencia, después de que la defensa probara su inocencia con una prueba de ADN, en un caso que demandó varios años de litigio a cargo de abogados del Proyecto Inocencia, una organización nacional que se dedica a la exoneración de personas condenadas injustamente.



La prueba señaló que los fluidos corporales recogidos por la policía en el lugar del crimen pertenecían a dos hombres que no han sido identificados.



Sin embargo, su libertad se demoró un día más porque los abogados tuvieron que obtener además la anulación de tres años de prisión que se habían agregado a la sentencia inicial por la destrucción de un lavabo mientras estaba en confinamiento solitario.



González dijo que a su regreso a Waukegan lo esperaba una celebración familiar, donde participaron sus padres, hermanos, tíos, primos “y muchos sobrinos que todavía no conocía”, con algunos de sus platillos favoritos como chile relleno y pescado.



“Fue una noche muy larga, no conseguí dormir y confieso que todavía me siento un poco incómodo y abrumado”, señaló.



En declaraciones a periodistas, su hermano menor, Saúl, dijo que “aunque confiábamos en su inocencia, siempre temí que nuestros padres no volvieran a verlo libre algún día”.

El jefe de familia, Ángel González padre, de 68, sufrió un derrame cerebral el año pasado y actualmente se desplaza en silla de ruedas.



Mientras estuvo en la prisión, González obtuvo un certificado de equivalencia de enseñanza secundaria y obtuvo conocimientos básicos de electrónica, mecánica y construcción. Como pasatiempo aprendió a pintar.



Según dijo, su próximo paso será ir a un colegio comunitario para especializarse en mecánica y luego seguir estudiando “para ayudar a otros”.



La abogada Lauren Kaeseberg, del Proyecto Inocencia de Illinois, informó a Efe de que el próximo paso a resolver de inmediato es el estatus migratorio de González, quien había iniciado el trámite de residencia permanente en 1994 antes de ser arrestado.

“Toda su familia se ha naturalizado y se solicitará lo mismo para el”, agregó. 



Según el cónsul general de México en Chicago, Carlos Jiménez Macías, la Oficina de Inmigración y Aduanas resolvió no deportar a González, pero mientras se resuelve su estatus se le gestionará una visa humanitaria.