Hondureño pisa fuerte en el sindicalismo
El catracho Héctor Fuentes, Secretario, manager de negocios y tesorero de la Local 55, con sede en Newark, es de aquellos que no se rinden ante las adversidades, uno de los requisitos principales para ser un sindicalista.
Comenzó desde joven como sindicalista en la compañía bananera La Chiquita, con operaciones en la costa norte y en el centro de Honduras, y cree que las ventajas y desventajas entre las diferentes formas de hacer sindicalismo en Honduras y EE.UU no son impedimentos para su desempeño como activista.
“Las leyes son distintas. En Honduras, puede ser más peligroso ser sindicalista, pero allá las leyes son más favorables: tenemos lo que decimos el 12avo y el 14 avo mes, que son dos meses de vacaciones durante el año, y si las trabajan se les paga doble” dice el sindicalista.
Cuando llegó a Nueva York y consiguió, en 1987, un puesto de trabajo en la empresa Coopper Tank, con un sueldo de 4,75 la hora, en esa época el salario mínimo era $5.15, y sólo pensaba en trabajar.
Luego la Local 108 de la Laborers International Union of North America, empezó una campaña para organizar a los trabajadores y decidió incorporarse, pero a la empresa no les gustó la idea y lo despidió, pese a que era uno de sus mejores trabajadores.
“Había accidentes en el trabajo, no teníamos seguro médico, y no podíamos reclamar por nuestra condición de indocumentados. Entonces decidimos organizarnos en un sindicato y, luego de un año y cuatro meses, me despidieron,” dice Fuentes.
Desde ese día volvió a abrazar el sindicalismo. Recibió un entrenamiento de Laborers Eastern Region Fund (LEROF, por sus siglas en inglés) y pese a no hablar inglés se las arregló para recibir asesoría de organizadores bilingües y pudo terminar el curso.
Al año siguiente lo llamaron para una entrevista y le ofrecieron el trabajo de aprendiz de organizador. Después de muchas pruebas y trabajos en el año 2003 lo ascendieron a organizador líder. El 2004 lo nombraron coordinador-organizador, con una radio de acción interestatal.
En el 2009 se decidió crear la Local 55 , en Nueva Jersey, para defender a los trabajadores de la industria residencial y el fue el pilar para crear la organización.
“En el área de la construcción residencial hay una gran cantidad de trabajadores hispanos los cuales no han alcanzado a tener un acceso a las uniones” anota Fuentes “Y tenemos que ser claros: hay que dejar de pedirles documentos a los trabajadores hispanos para poder representarlos”.
El sindicalista dice con un dejo de reproche que los sindicatos deben ponerse la mano al pecho por todos los trabajadores sin distinción “porque nosotros no empleamos a los trabajadores, los representamos en la búsqueda de términos y condiciones favorables a ellos en un contrato colectivo”.
Fuentes asegura que no podría hacer su trabajo como sindicalista y organizador si no tuviera pasión por lo que hace.
“Es un trabajo arduo, muy exigente, sin horario. Pero la satisfacción de hacer algo por las personas que no se saben defender es lo que me paga el arduo trabajo que hacemos a diario,” señala.
En el lado práctico dice que en casos de conflictos laborales y si encuentran mérito para una denuncia la Local 55 paga los honorarios del abogado.
Por otro lado, sostiene que la Local 55 también busca crear un mercado laboral para los trabajadores inscritos en su sindicato y para aquellos que decidan incorporarse. Es así que el último año han proporcionado unos 200 puestos de trabajo mediante contratos con compañías que han solicitado trabajadores a ésta unión.
“Obviamente trabajamos en las dos vías; defendemos a los trabajadores, pero tampoco queremos que los empresarios nos consideren una carga, también podemos ser una avenida para conseguirles negocios para ellos,” acota Fuentes.
Actualmente, el catracho forma parte de la Junta del Essex County Workforce Investment y es organizador de Laborers Eastern Region Fund, en Nueva York, Nueva Jersey, Long Island y Delaware.