Urgen a ex braceros reclamar subsidios
Los antiguos braceros mexicanos que viven en Estados Unidos tienen de plazo hasta el 31 de diciembre para reclamar un subsidio en los consulados de su país, según un llamado urgente de una organización que lucha por defender a estos trabajadores.
La Alianza de Exbraceros del Norte, destacó que hay más de 40.000 braceros que ya se registraron en Estados Unidos pero no han figurado todavía en las listas de pago de la denominada Ayuda Social del gobierno mexicano.
“Los 40.087 braceros que ya se registraron pero no han salido en listas de pago de la Ayuda Social, deben presentarse cuanto antes en un consulado de México con copia de su hoja de registro”, urgió la directora de la Alianza, Rosa Martha Zárate.
La activista, quien señaló que el plazo es para aquellos que ya se registraron y no han aparecido en listas de pago, animó a los exbraceros que todavía no se han podido registrar para que no dejen de intentarlo.
El Programa Bracero fue un permiso dado a obreros y campesinos mexicanos entre 1942 y 1964 para suplir la falta de mano de obra en Estados Unidos generada por la Segunda Guerra Mundial.
Durante la ejecución del programa, el gobierno de México dedujo un 10 % de cada pago de salario para reservarlo en el Fondo de Ahorro Campesino, dinero que se entregaría a los trabajadores mexicanos al regresar a su patria.
Sin embargo, esta devolución nunca se realizó y sólo después de que los trabajadores establecieron una demanda, el gobierno mexicano accedió a pagar 38.000 pesos mexicanos, alrededor de 2.550 dólares, a cada exbracero. La entrega del dinero comenzó a hacerse en México en mayo de 2012. Al finalizar el programa, la mayoría de los trabajadores fueron regresados obligatoriamente a México.
Flora Mendoza, nació en Estados Unidos, de padres braceros y se casó con un bracero mexicano, poco antes de que lo devolvieran a México. “Nos casamos y a los cuatro días se terminó el contrato y se lo llevaron para México, donde las autoridades de aduana le quitaron todos sus documentos”, contó Mendoza.
Antonio Mendoza, que ya tiene 88 años, todavía está en proceso de demostrar que fue un trabajador del Programa y tratar de que le reconozcan -al menos- el subsidio de los 38.000 pesos mexicanos. La esposa de Mendoza, que se considera mexicana, recomienda a otros en su situación que no se desanimen, “que tengan mucha fe y mucha paciencia”. “Mi esposo va a cumplir 88 años, yo tengo 86 y no tenemos mucho tiempo para esperar”, aseveró.