Algunos de los escándalos más sonados en la Copa Libertadores
A lo largo de sus 56 ediciones la Copa Libertadores se ha visto afectada por varios escándalos en los estadios, generados por hinchas e incluso por los mismos jugadores, y en la Bombonera, escenario del más reciente hecho, han sido suspendidos cuatro partidos del torneo continental.
Aparte de los sucesos acontecidos en el partido de octavos entre Boca y River, que obligó a la suspensión del juego por el ataque con una sustancia irritante de algunos fanáticos a jugadores del club rival, en la Bombonera se vivieron otros tres incidentes en la Libertadores.
En la Copa no se suspendía un partido desde el 30 de abril de 2008 en el Boca-Cruzeiro. A un minuto del final ante Cruzeiro al línea Pablo Fandiño le lanzaron cubos de hielo desde los graderíos de la Bombonera y fue herido. La Conmebol suspendió por 30 días el estadio para choques internacionales y el onceno xeneize fue sancionado con 20.000 dólares de multa.
El Boca-Chivas del 14 de junio de 2005 se suspendió a los 79 minutos. El onceno mexicano goleó en la ida por 4-0. Adolfo ‘el Bofo’ Bautista fue relevado y al salir pasó cerca de la banca xeneize y le señaló el número cuatro con su mano, lo que generó de todo: Martín Palermo le reclamó y le dio un codazo; el entrenador boquense de ese entonces, Jorge Benítez, lo escupió y hasta un hincha de Boca saltó de las gradas y le pegó una patada. La Conmebol sancionó a la Bombonera y a Palermo, que fue expulsado, por tres jornadas. Benítez recibió cuatro partidos de castigo y 20.000 dólares de multa.
Pero el primer gran incidente en la casa del club xeneize se dio en 1971, en un compromiso ante el peruano Sporting Cristal. Hubo una gran pelea en el campo que terminó con 19 futbolistas expulsados, varios de ellos detenidos, que fueron liberados horas después.
En Chile, en 2002 se suspendió en el descanso el encuentro entre Cobreloa y Olimpia, que iba 1-1, por un monedazo lanzado al árbitro. Al final, la Conmebol otorgó el triunfo al onceno paraguayo por 0-2.
En México, en el Azteca, en los octavos de final de 2004, hinchas del América invadieron la cancha y agredieron a los jugadores del Sao Caetano brasileño. La Conmebol impuso al América una multa de 50.000 dólares y le prohibió jugar en su estadio por tres fechas. Además, castigó con un año de suspensión al jugador Cuauhtémoc Blanco, considerado como el principal responsable de los incidentes.
Hace muchos años en Brasil también ocurrió algo parecido. El 2 de agosto de 1962 se suspendió al minuto 51 el partido entre Santos y Peñarol, que ganaba por 2-3 el equipo uruguayo. Se jugaron los 39 minutos restantes para calmar al público, pero sin validez oficial.
Incluso, el Santos empató las acciones y el público celebró el tercer gol ya que no sabía de la anulación del compromiso.
En el arranque de la edición 56 de la Libertadores, el 12 de febrero de este año, San Lorenzo, campeón de 2014, fue sancionado por la Conmebol con un partido a puerta cerrada por los incidentes de sus hinchas en la final de la Recopa Sudamericana ante River, cuando una botella plástica impactó contra el línea Juan Pablo Belatti.
El árbitro Néstor Pitana debió parar el partido durante varios minutos debido a la agresión que sufrió Belatti y el ‘Ciclón’ tuvo que recibir al Corinthians en juego del grupo 2 sin sus hinchas en el estadio “Pedro Bidegain”. San Lorenzo también fue sancionado con un partido porque en el choque de vuelta en la final de la Libertadores 2014 ante el Nacional paraguayo, que ganó por 1-0 con gol de penalti de Néstor Ortigoza, sus fanáticos encendieron bengalas y obligaron a la suspensión momentánea del encuentro.