Se inicia una compleja relación entre EEUU y Cuba

La bandera cubana ha vuelto a ondear en Washington por primera vez en 54 años frente a una nueva embajada donde el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, dio por abierta una nueva y “compleja” fase en la relación, marcada por la persistencia del embargo y las diferencias respecto a los derechos humanos.



El secretario de Estado, John Kerry, mantuvo una larga reunión con Rodríguez el mismo día en que se restablecieron de forma oficial las relaciones diplomáticas, rotas en 1961, y aprovechó para anunciar que viajará a La Habana el próximo 14 de agosto para izar la bandera de la nueva embajada estadounidense en Cuba.



Kerry será el primer titular de Exteriores estadounidense que visita Cuba desde 1945, mientras que Rodríguez también hizo historia al convertirse en el primer ministro de Exteriores cubano que visita el Departamento de Estado desde 1958.



Antes de hacer esa visita, Rodríguez encabezó una concurrida ceremonia en la nueva embajada cubana en Washington, la misma que cerró sus puertas en 1961 y que hasta ahora había operado como una limitada Sección de Intereses.



“Hoy se abre la oportunidad de empezar a trabajar para fundar unas relaciones bilaterales nuevas y distintas frente a todo lo anterior”, dijo Rodríguez en un discurso dentro de la nueva embajada, poco después de izar la bandera de Cuba en el jardín de esa mansión.



Unos 500 invitados, entre legisladores estadounidenses, funcionarios de la Administración de Barack Obama, empresarios y artistas, como el actor norteamericano Danny Glover o el cantautor cubano Silvio Rodríguez, presenciaron la alocución del canciller desde la nueva embajada, abarrotada en sus tres pisos.



El discurso de Rodríguez estuvo lleno de referencias al conflictivo pasado entre ambas naciones por la “desmedida apetencia de dominación” de EEUU y al hecho de que, según Cuba, “nunca ha habido relaciones normales” entre los dos países, ni siquiera antes de la ruptura de los lazos diplomáticos en 1961.



“Solo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que estamos viviendo hoy”, subrayó Rodríguez.



Unas horas después, en una conferencia de prensa en el Departamento de Estado, Kerry coincidió en que el proceso de normalización completa de las relaciones será “largo y complejo” e incluirá “momentos de frustración”, pero éste es “un viaje que se ha aplazado demasiado tiempo”.



“Celebramos este día, el 20 de julio, porque hoy empezamos a reparar lo que estaba dañado y a abrir lo que tanto tiempo ha estado cerrado”, afirmó Kerry en unas declaraciones en español.



Respecto al embargo económico que aún pesa sobre la isla, Kerry recordó que únicamente el Congreso puede levantarlo y confió en que a medida que se desarrolla la relación, “en las próximas semanas, meses o años, esperemos que no demasiados años”, quienes se oponen a la nueva política dejen de hacerlo.



En cambio, en cuanto al reclamo cubano sobre el territorio de Guantánamo, Kerry dijo que por ahora “no hay intención” de parte de EEUU “para alterar el tratado de alquiler existente ni otros arreglos relativos a la base naval”.



“Entendemos que Cuba tiene ideas fuertes al respecto. Y no puedo decir lo que pasará en un futuro, pero por el momento, eso no forma parte de la conversación por nuestra parte”, zanjó Kerry.



En su reunión, Kerry y Rodríguez hablaron de varios de los temas pendientes en la recién retomada relación bilateral, como el espinoso diálogo sobre derechos humanos y la cooperación en cuestiones de seguridad, lucha contra el narcotráfico o telecomunicaciones.



También conversaron sobre la actualidad en Latinoamérica, y en particular sobre Venezuela, donde Kerry confió en que el restablecimiento de relaciones con Cuba impulse el proceso de diálogo entre Washington y Caracas para rebajar las tensiones.



La Casa Blanca aseguró hoy que, con la apertura de embajadas en las respectivas capitales, los diplomáticos estadounidenses “tendrán la capacidad de relacionarse de forma más amplia en toda la isla, con el Gobierno cubano, la sociedad civil y cubanos de a pie”, según un comunicado del portavoz de Obama, Josh Earnest.