EEUU ata el levantamiento del embargo a avances de derechos humanos en Cuba

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, advirtió durante su histórica visita a La Habana de que no podrá lograrse el levantamiento del embargo a Cuba si el Gobierno cubano no avanza en derechos humanos, en un intento de impulsar una de las áreas más espinosas de la nueva relación.

El comentario de Kerry, transmitido tanto al Gobierno cubano como a los disidentes con los que se reunió en la isla, refleja una realidad política en Washington, donde el fin del embargo depende de un Congreso poco dispuesto a avanzar en ello, pero es improbable que surta efecto en el Ejecutivo de Raúl Castro, según analistas.

«Tiene que haber algo de avance en el contexto de los derechos humanos, porque no se puede normalizar (la relación) sin eso», dijo Kerry en un encuentro con un grupo de medios.

«De ninguna manera el Congreso va a levantar el embargo si ellos (los cubanos) no se mueven en lo relativo a temas de conciencia», añadió el secretario de Estado durante su breve visita a La Habana, donde asistió al izado de la bandera de su país en la embajada de EE.UU.

En una reunión con diez disidentes cubanos, Kerry repitió esa idea de que «el levantamiento del embargo va a depender de los avances en derechos humanos» en Cuba, según dijo un alto funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato.

El Gobierno de Barack Obama ha instado en varias ocasiones al Congreso a levantar el embargo impuesto a la isla en 1962, un requisito que ambos países consideran necesario para avanzar hacia la normalización completa de las relaciones.

Con su mensaje del viernes, Kerry utiliza el embargo, un reclamo imprescindible para Cuba y cuyo levantamiento está en manos de un Congreso reticente a actuar, para aumentar la presión sobre el Gobierno cubano en un área donde es difícil que haya grandes cambios.

«Creo que (Kerry) estaba siendo pragmático», afirmó la senadora demócrata Amy Klobuchar, uno de los ocho legisladores estadounidenses que acompañaron a Kerry en su visita a Cuba.

«Es verdad que en el Congreso va a llevar un tiempo conseguir (el levantamiento del embargo), pero estamos haciendo avances. Creo que está utilizando eso para conseguir algunos cambios en derechos humanos», añadió Klobuchar, que ha impulsado un proyecto de ley respaldado por 21 senadores para acabar con el embargo.

Para Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, está claro que «si el Gobierno cubano diera pasos hacia la apertura y las reformas políticas, esos movimientos se verían con buenos ojos en Washington y ayudarían a construir apoyos para levantar el embargo».

«Los comentarios de Kerry apuntaron a una clara verdad política, pero es improbable que vayan a ser muy eficaces a la hora de persuadir al Gobierno cubano para que proporcione más libertades civiles y protección de los derechos humanos a sus ciudadanos», indicó Shifter.

«Probablemente, los funcionarios cubanos interpretarán esos comentarios como una condición o un ‘quid pro quo’ («algo a cambio de algo») para levantar el embargo, algo que siempre han rechazado y que nunca han funcionado», agregó el analista.

Durante su conferencia de prensa junto a Kerry, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, defendió que Cuba respeta los derechos humanos y dedicó un buen rato a enumerar los problemas en ese área en Estados Unidos, como la desigualdad racial o la «brutalidad policial».

Shifter recordó, en ese sentido, que el Gobierno cubano «está orgulloso de su sistema político» tal y como está, «y cualquier cambio en los próximos años no se producirá en respuesta a presiones o exhortaciones extranjeras, ni de Estados Unidos ni de nadie más».

«Las declaraciones de Kerry tienen sentido, pero probablemente harán muy poco para empujar al Gobierno cubano a adoptar un enfoque diferente», subrayó Shifter.

Muchos analistas y legisladores reconocen que será prácticamente imposible levantar el embargo al menos hasta 2017, cuando el próximo Congreso tome posesión y haya un nuevo presidente de EE.UU. en el poder, dado que ahora el Capitolio está controlado por una mayoría republicana firmemente opuesta a las grandes iniciativas de Obama.

No obstante, Shifter cree que es probable que, «incluso a corto plazo, el embargo se erosione» con sucesivas medidas que lo vayan desmontando, «siempre que Cuba comience a relajar las restricciones económicas y el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba cobre impulso y avance en otros frentes».