Carlos Rojas, de profesión organizador comunitario
En el último año de Kean University, donde Carlos Rojas estudiaba Ciencias Matemáticas, la asambleísta hispana Annette Quijano, D-Union, lo invitó a Trenton, sede del legislativo de Nueva Jersey, a una audiencia pública para dar su testimonio como estudiante indocumentado que tenía que pagar la matrícula universitaria como si fuera un extranjero.
Se debatía la propuesta de Ley de Igualdad en la Matrícula para todos los residentes del estado, lo que se llamó el In State-Tuition Act, y “Yo ya había hecho pública mi historia que estaba como indocumentado en la universidad.” dice Rojas.
Corría diciembre del año 2009 y aunque no se aprobó inmediatamente la propuesta, la experiencia lo marcó a hierro.
Unos meses después fundó la Coalición de Jóvenes Indocumentados de Nueva Jersey (NJDAC) Desde allí comenzó una carrera como activista comunitario que lo ha llevado a trabajar en favor de la igualdad en la matrícula, el Dream Act; en sendas vigilias y campañas para detener las deportaciones de migrantes latinos, para ayudar a los jóvenes a llenar los formularios para DACA y, últimamente, haciendo cabildeo y presión pública para que se aprueben las licencias de conducir para los “sin papeles” en Nueva Jersey.
En el 2013, ya experimentado como organizador comunitario fue contratado por la organización religiosa Fe en Nueva Jersey (FiNJ), trabajando con 15 congregaciones y mas de 7,000 feligreses en campañas pro-reforma migratoria.
Uno de los momentos más sonados de su trabajo fue el del “Peregrinaje para la Ciudadania”, consistente en una caminata de 9 días cubriendo 135 millas del sur del estado. En el trayecto se tocaron puertas de votantes y congresistas representantes de 4 distritos del congreso de los Estados Unidos pidiéndoles apoyo a la reforma migratoria. Todo eso lo ha puesto en la cumbre del liderazgo de los activistas comunitarios del estado de Nueva Jersey y mas allá.
En nada de eso pensaba cuando llegó del Perú a la edad de 12 años, y recuerda con claridad la fecha más importante de su vida: el 13 de enero del 2001.
Nació en San Juan de Lurigancho, Lima, y emigró con sus padres quienes buscaban para él y su hermano Luis un mejor porvenir. A los seis meses caducaron sus visas de turistas y, ni modo, tuvieron que quedarse sin papeles.
Carlos estudió y creció en Perth Amboy, Condado de Middlesex. Se graduó de la secundaria en el 2006 y se presentó sin pérdida de tiempo a estudiar la universidad.
Pero muy pronto, cuando estaba cursando el segundo año de la universidad, el dinero le quedó corto, porque pagaba matrícula como “estudiante extranjero” y su barco financiero hacía agua por todas partes.
Ya por entonces destacaba como líder latino: se desempeñaba como presidente de la Asociación de Estudiantes Latinoamericanos de la universidad, de manera que, ante tan delicada situación que lo podía poner fuera de los estudios, los estudiantes decidieron ayudarlo.
“Al contarles mi problema surgió la idea de postularme para ser parte de la Junta de gobierno estudiantil. Entonces en el 2008 fui electo como miembro de dicha junta que era rentada, o que era una posición rentada” dijo Rojas.
La comida y la vivienda, por otro lado, se la pagó la universidad como parte de un trabajo que le concedieron el cuál era el de servir como un coordinador de la vivienda estudiantil.
En el 2011, Carlos Rojas obtuvo su residencia estadounidense y su trabajo no cesa. Actualmente está enfocado en la campaña “Manejando Sin Miedo” que busca aprobar una ley que permitiría que mas de 450,000 inmigrantes indocumentados tengan acceso a una licencia para manejar.
La propuesta de ley ya está escrita, ahora va en la fase de perfeccionamiento, cabildeo, y presión pública, de ser aprobada, tendrá que esperar por el próximo gobernador, pero esa historia aún no se puede contar.