Obama impulsa la reintegración de los expresos desde Newark
El presidente Barack Obama anunció en Newark un amplio abanico de medidas para facilitar la reintegración de las más de 600.000 personas que cada año salen de la cárcel en el país, en un intento por romper el círculo que muy a menudo termina nuevamente con ellas en prisión.
“Tenemos que asegurar que los estadounidenses que han pagado su deuda con la sociedad tengan una segunda oportunidad”, dijo Obama al anunciar el plan.
El presidente dijo que va a utilizar sus poderes ejecutivos para dar más fondos a acciones de ayuda a los expresos y para impulsar su entrada en el mercado laboral.
Entre ellas figura un programa de becas de 8 millones de dólares para promover la educación entre los exconvictos, así como un proyecto de formación profesional y empleo en nuevas tecnologías que ya han puesto en práctica 30 entidades locales del país.
Los expresos podrán participar en este programa formativo de nuevas tecnologías en cinco ciudades, entre ellas Nueva Orleans (Luisiana), Memphis (Tennessee) y Washington, ciudad que enseñará nuevas capacitaciones de desarrollo tecnológico a 200 exreos para luego ayudarles a entrar en el mercado de trabajo.
El plan incluye también nuevas directrices para los complejos de vivienda pública sobre el uso del historial de arrestos como uno de los criterios a la hora de asignar plazas. Además, Obama ha ordenado a la agencia federal encargada de gestionar las contrataciones gubernamentales que sólo se pregunte a los candidatos por su historial penal en una fase avanzada del proceso de selección.
La Casa Blanca quiere de esta forma acabar con la práctica de incluir en los formularios de solicitud de empleo una casilla para que los aspirantes digan si han sido condenados alguna vez por un delito, con la que a menudo se descarta directamente a muchos candidatos.
Obama, hasta donde le permiten sus capacidades ejecutivas, se adelanta así al Congreso estadounidense, que está considerando aprobar legislación con ese fin para facilitar la reinserción laboral de los expresos.
Sumando a las autoridades federales a este esfuerzo que ya han iniciado varias grandes empresas y algunos estados, el presidente dijo que espera que esa política se convierta en “un principio básico” en el país.
“No podemos descartar a gente sólo porque cometieron un error en el pasado”, dijo Obama, que dejó claro que los historiales criminales se seguirán teniendo en cuenta, pero no deben utilizarse como una primera criba.
En total, recordó, unos 70 millones de estadounidenses tienen actualmente algún tipo de historial criminal, casi uno de cada cinco habitantes.
“Muchas veces ese historial te impide ser un participante completo en la sociedad. Incluso si ya has pagado tu deuda”, subrayó, recordando que esa situación hace que millones de estadounidenses tengan difícil, simplemente, acercarse a un puesto de trabajo.
El presidente ha convertido la reforma del sistema penal en una de las prioridades de su segundo mandato, en un intento por terminar con los altos niveles de encarcelamiento del país, producto en gran medida de las duras condenas por delitos de drogas impuestas en las últimas décadas.
En un movimiento sin precedentes, EE.UU. está liberando este otoño a más de 6.000 presos que todavía no habían terminado su condena como medida para aliviar la superpoblación de las cárceles y rebajar las penas por delitos no graves. Obama recordó que, con un 5 % de la población mundial, EE.UU. tiene con 2,2 millones al 25 % de los reclusos del mundo.
Antes de hacer su anuncio, el presidente visitó en Newark entre otros lugares un centro de tratamiento de la drogadicción, al que puso como ejemplo de las actividades que deben hacerse en apoyo de los expresos para evitar que vuelvan a caer en el crimen.