Mitad de adultos sienten estrés por discriminación
Casi la mitad los adultos en Estados Unidos, muchos de ellos de minorías como los hispanos, afirma haber sido objeto de algún tipo de discriminación o acto injusto, situación que les ha ocasionado niveles más altos de estrés y problemas de salud, según una encuesta de la Asociación Americana de Psicología (APA).
Los investigadores detallaron en el informe denominado “Stress in America: The Impact of Discrimination” que cerca de 7 de cada 10 adultos dijeron haber experimentado discriminación, y que el 61 por ciento experimenta discriminación de forma cotidiana.
Ser tratado con menos cortesía o respeto, recibir servicios insuficientes en comparación con otros clientes, ser objeto de despido o exclusión de ascensos laborales o ser amenazado o acosado son algunas de las situaciones citadas en la encuesta.
El sondeo, Estrés en América: El impacto de la discriminación, que se llevó a cabo entre 3.361 adultos en agosto del 2015, encontró que la raza es uno de los factores comunes entre minorías como causa de discriminación.
“Encontramos que los adultos negros, hispanos, asiáticos y nativos americanos citaron la raza como la principal causa de discriminación”, indicó en conferencia de prensa Jaime Díaz-Granados, director ejecutivo de educación de APA.
Tres de cada diez adultos hispanos y afroamericanos encuestados aseguraron haber sido víctimas de discriminación al menos una vez por semana y expresaron sentir la necesidad de ser meticulosos en mantener una buena apariencia personal para que se les preste un buen servicio o para evitar acoso.
“En el caso de los adultos hispanos, estos reportan los niveles de estrés más altos en comparación con otros grupos”, dijo el directivo.
De acuerdo con los investigadores de APA, el “estado de vigilancia intensificada” entre quienes experimentan discriminación, los obliga además a ser más cautelosos con lo que dicen y la forma en que lo hacen.
El informe apunta además a una relación entre la discriminación y la salud al resaltar que casi la cuarta parte (23 %) de los adultos que reportan un estado de salud “aceptable” o “malo” experimentan también mayores niveles de estrés en promedio, en comparación con quienes afirman que su estado de salud es “muy bueno” o “excelente”.
“La encuesta de este año demuestra que ciertos subgrupos de nuestra población son menos saludables que otros, y que no están recibiendo el mismo nivel de atención médica como los adultos en general. Es un problema que se debe abordar”, indicó Cynthia Belar, directora ejecutiva interina de APA.
Según la encuesta, los adultos hispanos, son uno de los grupos que reportó mayores niveles de estrés en promedio. “En particular, los hispanos -quienes reportaron los mayores niveles de estrés- mostraron mayor propensión a afirmar que no pueden tener acceso a un médico que les atienda un problema no urgente cuando lo necesitan”, agregó.
Los expertos recomiendan establecer una “red de apoyo” para poder hablar sobre los problemas que les afectan o ayudar a tomar una decisión difícil, que en cierta medida pareciera ayudar a los encuestados a enfrentar el estrés y la ansiedad ocasionada por la discriminación.
De acuerdo con el sondeo, quienes experimentaron discriminación y tenían apoyo emocional eran dos veces más propensos a decir que sobrellevaron “bastante o muy bien” la situación, en comparación con quienes experimentaron discriminación y no tenían apoyo emocional.
El dinero (67 %) y la situación laboral (65 %) fueron las dos fuentes principales de estrés citadas en el reporte, seguidas de las responsabilidades familiares (54 %), las preocupaciones de salud personal (51 %), los problemas de salud que afectan a la familia (50 %), y la economía (50 %).
El informe encontró un ligero aumento en los niveles promedio de estrés reportados en Estados Unidos, de un 4.9 % en 2014 a 5.1 % en 2015 en una escala de 10 puntos, en la que 1 equivale a “escaso o ningún estrés” y 10 a “mucho estrés”.