Clérigos de NJ se unen por inmigrantes

Un centenar de religiosos de diversas iglesias de Nueva Jersey irrumpieron en las calles de Newark para acompañar a Catalino Guerrero, mexicano, y José Estrada guatemalteco, que enfrentan procesos de deportación, pidiendo a viva voz parar las políticas migratorias contra inmigrantes no criminales.

Catalino Guerrero, domiciliado en Unión City, acudió a su cita con funcionarios de ICE en Newark, acompañado de su esposa y dos hijos y lo que se preveía como una última cita resultó en una nueva convocatoria para el 10 de marzo.

El caso de Guerrero tiene un matiz humanitario debido a que padece diabetes, problemas del corazón y no tiene ya familia en México, por lo que en caso de ser deportado no tiene un lugar para vivir.

No tiene récord criminal. Y años atrás un abogado le ofreció una residencia por asilo político echo que le hizo llegar a la situación de hoy.

La activista Catalina Adorno, de la entidad convocante, FAITH-NJ, se mostró sorprendida porque no sabía si era una denegación de la residencia y posterior deportación o una nueva convocatoria para presentar más documentación.

“La abogada de don Catalino presentó en la cita una petición para que lo dejen quedarse, no hubo una respuesta inmediata, sólo le dieron una nueva cita y le dijeron que se presente con su pasaporte” dijo Adorno.

Margarita Guerrero, esposa del mexicano espera que sean buenas noticias pero se mostró preocupada por el rumbo que podría tomar su caso.

Por el momento el colectivo religioso ha prometido estar pendiente del caso y esperan en los próximos días tomar una decisión sobre nuevas acciones.

El reverendo Brent Bates, Rector de la Grace Church de Newark, ofreció luego de la marcha un rezo ecuménico con los sacerdotes asistentes y luego una conferencia de prensa.

Allí se presentó otro Hispano, José Estrada, residente de Fairview quien tiene prevista una cita con ICE para el 27 de febrero próximo.

“Mi familia y mis hijos dependen de mi trabajo, sólo pido una oportunidad para hacer algo por los míos,” aseguró Estrada.

El guatemalteco estuvo un año en una prisión para inmigrantes detenidos en la ciudad de Elizabeth. Su cita estaba prevista para el 30 de diciembre pasado, pero se la cambiaron para el 27 de febrero.

El religioso Archange Antoine vive el problema de los inmigrantes y refugiados por haber pasado por experiencias similares.

Relató que su primo fue muerto huyendo de Haití, su propio padre fue un refugiado y quiere apoyar porque nadie puede ni debe sufrir la experiencia de retornar a su país si lo abandona por problemas políticos o de violencia.

El Imán Masjid Ibrahim, con su indumentaria religiosa, deja bien claro que en su parecer no hay diferencias de color, raza o religión cuando se trata de alzar la voz y la palabra por un inmigrante, sea refugiado o no. “Es la hora de la unión”, dice.

Mientras tanto los religiosos levantan sus carteles, en inglés, español y árabe, con una sentencia que debería estas en la Biblia “No me importa de donde eres, estamos contentos de que seas nuestro vecino”.