Pérdida auditiva relacionada con el ruido no se limita a condición laboral

A menos que se haga una prueba, es muy difícil saber si su audición está dañada. Ese es el mensaje de un estudio reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), según el cual aproximadamente uno de cada cuatro adultos que afirman tener una audición buena o excelente en los Estados Unidos en realidad tiene daño auditivo. Ahora el más reciente informe de Signos Vitales de los CDC muestra que gran parte de ese daño es causado por sonidos fuertes que se escuchan durante las actividades cotidianas en el hogar y en la comunidad.

Los investigadores de los CDC analizaron más de 3500 pruebas de audición realizadas a adultos que participaron en la Encuesta Nacional de Exámenes de Salud y Nutrición en el 2012. Hallaron que el 20 por ciento de las personas que reportaron no estar expuestas al ruido en el trabajo tenían daño auditivo como parte de un patrón que generalmente causa el ruido. Este daño —manifestado por una baja significativa en la capacidad para oír sonidos de alta frecuencia— aparece a una edad tan temprana como los 20 años. Esta investigación fue realizada por los CDC con el apoyo del Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación, de los Institutos Nacionales de la Salud.

Demasiada exposición al ruido en el hogar o en la comunidad —por actividades como el uso de un soplador de hojas o la asistencia a conciertos con volumen alto— puede dañar la audición de una persona tanto como trabajar en un lugar muy ruidoso.

“40 millones de personas en los Estados Unidos presentan algún daño auditivo a causa de los ruidos fuertes, y casi 21 millones de ellos reportan no estar expuestos a ruidos fuertes en el trabajo», dijo la directora interina de los CDC, Dra. Anne Schuchat. “Esto puede ser angustiante para las personas afectadas y sus seres queridos. Esperamos que este informe ayude a crear conciencia sobre el problema y ayude a los médicos a reducir en sus pacientes el riesgo de la pérdida auditiva a una edad temprana”, agregó.

Según el informe:

  • Alrededor del 53 por ciento de los adultos con daño auditivo inducido por el ruido reportaron no estar expuestos a sonidos fuertes en el trabajo. Este daño —manifestado por una baja significativa en la capacidad para oír sonidos de alta frecuencia— aparece a una edad tan temprana como los 20 años.
  • Casi 1 de cada 4 adultos de entre 20 y 69 años que reportaron tener una audición buena o excelente ya presenta algún nivel de pérdida auditiva.
  • Casi 1 de cada 5 adultos que reportaron no estar expuestos al ruido en el trabajo presentó daño auditivo que indica exposición al ruido.
  • La existencia de pérdida auditiva aumentó con la edad, de casi 1 de cada 5 (19 %) entre los adultos jóvenes de 20-29 años a más de 1 de cada 4 (27 %) entre los adultos de 50-59 años de edad.
  • La pérdida auditiva es más común entre los hombres y quienes tienen más de 40 años.

“Es más probable que las personas de mayor edad tengan pérdida auditiva, pero según este estudio, algunos adultos jóvenes ya están perdiendo algo de audición, por lo que esto es motivo de preocupación para todos los grupos de edad”, agregó la Dra. Schuchat. “Preguntarles a los pacientes sobre su audición y darles consejos para reducir la exposición a ruidos fuertes puede ayudarlos a preservar su audición por más tiempo», afirmó.

Algunos estudios recientes han mostrado un aumento en el número de jóvenes expuestos a los sonidos fuertes de dispositivos portátiles y en lugares de entretenimiento. Es necesario investigar más sobre la exposición al ruido en la primera etapa de la vida y su relación con la pérdida auditiva a medida que las personas se hacen mayores.

La dificultad auditiva es la tercera afección crónica más comúnmente notificada en los Estados Unidos. Aproximadamente 40 millones de personas de entre 20 y 69 años en los Estados Unidos tienen pérdida auditiva en uno o ambos oídos, que puede deberse a la exposición al ruido. Los estudios han mostrado que la pérdida auditiva no tratada está asociada a la ansiedad, depresión, soledad y estrés. Además de la pérdida auditiva, la exposición crónica al ruido ha sido asociada a un empeoramiento de la enfermedad cardiaca, un aumento en la presión arterial y varios otros efectos adversos en la salud.

Se proyecta que el costo del primer año de tratamiento de la pérdida auditiva para adultos de 65 años y mayores alcanzará una cantidad estimada de 51 mil millones de dólares en el 2030.

Los proveedores de atención médica pueden ayudar a los pacientes a retrasar el avance de la pérdida auditiva causada por la exposición al ruido. Los CDC alientan a los proveedores de atención médica primaria a que pregunten a los pacientes sobre su exposición al ruido fuerte y la dificultad para oír. Cuando los pacientes presentan o reportan problemas auditivos, los proveedores pueden examinar su audición o derivarlos a un especialista en audición. Durante las visitas médicas de rutina, los proveedores también pueden explicar cómo la exposición al ruido puede dañar la audición de forma permanente y enseñar a los pacientes cómo proteger su audición.

Las personas que estén preocupadas por su audición pueden:

  • Evitar los lugares ruidosos cuando sea posible.
  • Usar tapones para los oídos, orejeras protectoras o auriculares que cancelen el ruido cuando estén cerca de ruidos fuertes.
  • Mantener el volumen bajo cuando miren la televisión, escuchen música y usen audífonos o auriculares.
  • Pedirle al médico que revise su audición.