Estimulación cerebral podría ayudar a combatir depresión

La Universidad de California Los Ángeles (UCLA) está utilizando una técnica de estimulación de centros específicos del cerebro en personas depresivas que no han encontrado alivio en el consumo de medicamentos.

El Instituto Semel para Neurociencia y Comportamiento Humano de UCLA es uno de los pocos centros hospitalarios del país que ha puesto en práctica la llamada Estimulación Magnética Transcraneal (TMS), una alternativa a los tratamientos con antidepresivos, que son efectivos solo en un 60 ó 70 % de los casos.

El doctor Ian Cook, director del Programa de Investigación y Clínica para la Depresión de UCLA, indicó en una comunicación que TMS se fundamenta en la posibilidad “asombrosa de cambio del cerebro”, explicó.

Según señaló, “cada vez que las personas aprenden algo nuevo, hay cambios físicos en la estructura del cerebro que pueden ser detectados”.

En las sesiones de terapia, el paciente, reclinado en una silla similar a las que se usan en los consultorios odontológicos, recibe estimulación magnética en determinadas áreas de la cabeza.

Según explicó Cook, la estimulación se aplica de acuerdo con análisis de las imágenes cerebrales del paciente y cada sesión normalmente dura entre 30 y 60 minutos.

Los resultados han sido rápidos y sustanciales como en el caso de una paciente de 48 años que acudió al método TMS luego de haber tratado sin éxito diferentes medicamentos y terapias, dijo Cook.

Según informó el Instituto, luego de “unas pocas semanas” del tratamiento de estimulación magnética, la paciente primero logró el alivio de un dolor de espalda que experimentaba y seguidamente su depresión comenzó a disminuir.

Según explicó ella misma en un informe presentado por el Instituto, ahora puede reaccionar más “sabiamente” a las dificultades diarias de la vida, se siente más resistente y ha podido hacer muchas más cosas en su propia casa.

Los pacientes reciben el tratamiento varios días a la semana durante seis semanas, pero con los nuevos equipos recientemente aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) se podría acortar ese tiempo, según el Dr. Andrew Leuchter, director de investigación y servicio clínico de TMS en el Instituto Semel.

Los investigadores consideran que basados en los resultados de algunos estudios, TMS también podría ofrecer alivio a pacientes con depresión crónica y ayudar en el tratamiento de otras afecciones como la esquizofrenia, la epilepsia, la Enfermedad de Parkinson o el dolor crónico.

“Estamos empezando a escarbar en la superficie de este tratamiento que puede llegar a ser usado por pacientes con una variedad de enfermedades”, agregó Leuchter, quien resaltó que el método no es invasivo y generalmente es muy bien tolerado por los pacientes.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud el número de personas en el mundo que sufre de depresión aumentó un 18 % entre 2005 y 2015 y afecta actualmente a más de 300 millones de personas.