Educación sexual menos represiva es clave contra la anorgasmia

Zoilo Carrillo / EFE

Una educación sexual represiva y basada en ciertos tabúes constituye el principal factor para la anorgasmia, una disfunción sexual que priva de la posibilidad de alcanzar el orgasmo y que resulta mas frecuente en las mujeres, explicó la sexóloga Irene Moreno.

La anorgasmia es una enfermedad puramente psicológica, y con escasas razones físicas más allá de algunos fármacos o aspectos hormonales, por lo que la educación sexual en la pubertad resulta esencial para detener el desarrollo de tal disfunción.

“La falta de una educación sexual basada en la ciencia, libre de prejuicios y de tabúes,” representa el principal problema de esta disfunción, según la sexóloga.

“Sí tenemos una educación sexual, pero es una educación de represión”, aseguró la experta mientras argumentaba que este tipo de doctrinas derivan en una incapacidad de la mujer para el autoerotismo y el desconocimiento de su propio cuerpo.

“Se ha reprimido tradicionalmente la expresión saludable de la sexualidad femenina”, argumentó.

Una mejor educación sexual permitiría disfrutar del sexo “de una manera informada, planificada, mucho más libre y consciente”.

A su vez, lamentó la desdicha de vivir en un mundo en el que tenemos acceso a muchísima información, “pero no quiere decir que sea buena”.

Las estadísticas arrojarían otros resultados, contó Moreno, si se ejerciera una educación sexual “en donde se tenga suficiente información para vivir la sexualidad”.

Actualmente, a nivel mundial, el 60% de las mujeres tienen problemas para alcanzar el orgasmo.

“En las encuestas se habla de que el 90% tendrán en algún momento un episodio de anorgasmia”, relató.

La sexóloga agregó “que seguimos viviendo en un mundo patriarcal y misógino” que explica que la anorgasmia sea sobretodo un problema femenino.

“La búsqueda natural del placer en la mujer está muy reprimida y muy castigada”, aseveró.

Pese a que “el 89% de las mujeres llega más fácilmente al orgasmo estimulando el clítoris”, éste no presenta ninguna relación con lo reproductivo.

Moreno apela a una mayor consciencia del problema para “poder trabajar con la anorgasmia”.

La publicidad en una sociedad “donde a la mujer se le exigen ciertos patrones estéticos y de comportamiento” también agrava la patología.

Cuando la mujer acata “esa idea publicitaria de que la belleza es el único camino que te conduce al placer” es precisamente cuando se priva de esa posibilidad.

Actualmente, la terapia sexual y la psicoterapias son los medios más comunes para combatir la anorgasmia, sumándose a algunas alternativas terapéuticas como la hipnosis o el psicoanálisis.