El huracán Irma deja al menos una treintena de muertos en el país
La cifra provisional de muertos relacionados con el paso del devastador huracán Irma por el sureste de Estados Unidos alcanza ya la treintena, cuando se sigue sin conocer el balance final de daños y pérdidas materiales, que tardará meses en determinarse.
En los Cayos de Florida (extremo sur del estado), donde el ojo del huracán golpeó el pasado domingo como ciclón de categoría 4, se contabilizan al menos ocho muertos y más de cuarenta heridos, según cifras oficiales.
Otras doce personas murieron en los condados de Broward, Liberty, Duval, Pinellas, Pasco y Marion, en un estado donde todavía 110.000 personas permanecen en refugios, según datos de la Gobernación.
Un buen número de las víctimas falleció por inhalación de monóxido de carbono expulsado por generadores instalados en las viviendas para contrarrestar la falta de suministro eléctrico a causa de Irma.
Otros perdieron la vida en accidentes de tráfico, en los preparativos previos o durante la tormenta y uno por la descarga eléctrica de un cable de alta tensión.
A esta cifra habría que añadir las seis personas fallecidas en un asilo en la localidad de Hollywood (sureste de Florida), en un caso relacionado con la pérdida de electricidad en las instalaciones por el impacto de Irma.
El gobernador del estado, Rick Scott, aseguró que esta noticia le ha “partido el corazón” y exigió respuestas sobre esta “espantosa situación”.
Sin embargo, en Estados Unidos existe disparidad de cifras porque en los medios locales no hay un criterio establecido para relacionar algunas muertes con el huracán que cruzó Florida de norte a sur, para disiparse sobre Alabama.
A los fallecidos en Florida y el Caribe, donde Irma dejó un saldo de al menos 38 víctimas mortales, hay que añadir el fallecimiento de cuatro personas en Carolina del Sur y al menos dos en el estado de Georgia.
En Georgia, unos 548.000 hogares y negocios (el 50 % de los afectados) permanecen todavía sin electricidad, dos días después de que Irma, degradado ya a tormenta tropical, descargará fuertes lluvias a su paso por este estado sureño, según AJC.com.
Las muertes en Georgia y Carolina del Sur se produjeron por la caída de árboles sobre viviendas y vehículos o accidentes de tráfico.
En el condado de Polk, en Florida, los bomberos tuvieron que asistir a varias personas afectadas por la inhalación de monóxido de carbono, aunque se recuperaron de la intoxicación.
Las consecuencias de Irma en Florida lo siguen sintiendo 3,5 millones de clientes de empresas de servicio eléctrico, que representan el 33 % de los usuarios del estado que siguen sin luz días después del paso del huracán.
Las compañías suministradoras confían en que la gran mayoría de sus usuarios haya recuperado el fluido eléctrico antes de que acabe la semana.
En el plano económico y solo en el estado de Florida, las autoridades señalaron que ya se habían destinado cerca de 250 millones de dólares en labores de recuperación y limpieza.
Pero esa cifra será considerablemente más elevada, pues al menos un 25 % de las viviendas de los Cayos quedó destruido, cerca del 65 por ciento de los inmuebles sufrió daños considerables y el 90 % presenta algún tipo de desperfecto, según la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA).
La firma de análisis de catástrofes AIR Worldwide estima que el daño ocasionado por Irma a las propiedades aseguradas en Estados Unidos oscila entre los 20.000 y los 40.000 millones de dólares, con una destrucción en el Caribe de entre 5.000 y 15.000 millones de dólares.
Los huracanes Irma y Harvey, en conjunto, podrían haber causado daños económicos entre 150.000 y 200.000 millones de dólares, costes comparables a los que el Huracán Katrina provocó en Nueva Orleans (EE.UU.) en 2005, según las estimaciones más recientes de Moody’s Analytics.
El huracán Katrina, que golpeó la costa del Golfo en 2005, causó 160.000 millones de dólares en daños, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), por lo que se le considera el desastre natural más costoso en la historia de Estados Unidos.
En Texas, donde a finales de agosto el huracán Harvey dejó cantidades récord de acumulaciones de agua, el empleo se ha visto mermado y las refinerías de energía siguen funcionando con límites, ya que cerca del 13 % de la capacidad del país para convertir petróleo en gasolina permanece sin conexión, según S & P Global Platts, una firma de investigación de energía.
Sin embargo, Zandi aseguró que la reconstrucción de los daños causados por ambas tormentas impulsará la economía de Estados Unidos en el cuarto trimestre de este año y en 2018, y añadió que “el impacto económico a más largo plazo debería ser nulo”.