Diversidad cultural contra el racismo

El próximo domingo María Gabriela Morales Chica, originaria de Pereira conocida como “la ciudad querendona, trasnochadora y morena” en Colombia, cumple años y confiesa que ha recibido su regalo adelantado: la ciudadanía estadounidense.

El miércoles último, junto con otros 44 residentes de 18 nacionalidades recibió la naturalización en una ceremonia en las cataratas de Paterson, con asistencia del congresista Bill Pascrell, el ex-alcalde de Paterson, Lawrance “Pat” Kramer; la alcaldesa de Paterson, June Williamns-Warren y el Superintendente de Parques Nacionales en las Cataratas de Paterson, Darren Bosch.

Mientras María Morales abandona el lugar de la ceremonia, en dirección a la avenida McBride, una guardabosques que estuvo en la ceremonia, rubia, alta y guapa, la reconoce y le dice !Congratulations! , le responde !Thank You!

Llegó a los Estados Unidos hace 16 años con su esposo, Alberto López, y dos hijos, Daniel y María Ana, quienes con el pasar de los años se graduaron en la Montclair University en comunicaciones y biología respectivamente.

María ha sido la última de su familia en naturalizarse estadounidense

“Nosotros nos venimos de Pereira básicamente buscando un mejor futuro para el hijo y la hija, y pues gracias a Dios son profesionales. El propósito se logró, porque éste país nos acogió muy bien y nos ha dado una gran oportunidad,” sostiene.

El proceso del examen para la ciudadanía, anota, le abrió la oportunidad para aprender sobre dos grandes hombres en la vida americana: Martín Luther King, activista de los derechos civiles y Abraham Lincoln, el presidente que libertó a los negros en La Unión Americana, de quienes se confiesa admiradora.

Ahora que es ciudadana sostiene que votará orgullosamente en las elecciones para elegir al próximo presidente así como senadores y congresistas, pero considera que su responsabilidad mayor es vivir y respetar las constitución y las leyes de la nación.

La ceremonia tuvo ribetes de alegría y tristeza para la colombiana porque recibió con orgullo sus credenciales de ciudadana estadounidense pero, a la vez, sus familiares no la pudieron acompañar porque no podían faltar al trabajo. “Así es nuestro país, se trabaja duro y se cumple, yo los apoyo”, anotó.

De los Estados Unidos admira dos cosas, los altos niveles de seguridad que en general existen en sus calles, con notables excepciones, “porque eso es algo que no tenemos en los países de nosotros” y que las leyes son de cumplimiento obligatorio, de arriba a abajo.

Además considera que la diversidad de culturas y naciones que viven en La Unión Americana la ha convertido a ella en una persona más tolerante y respetuosa.

“Una aprende a respetar a las personas de otras culturas, porque aquí uno aprende a convivir con otras formas de vivir, comer, bailar, hablar, adorar, lo que nos convierte en mejores personas y eso es más fuerte que el racismo o la intolerancia que también existe, como en todas las sociedades,” reflexiona.

Confiesa, sin embargo, que recuerda mucho su tierra natal. Y dice que mantendrá las dos ciudadanías, la estadounidense y colombiana.

“Al principio fue muy difícil porque mi mente y mi corazón estaban allá. Con el tiempo aprendí que debía manejarlo porque si seguía con esa mentalidad no iba a poder progresar ni poder hacer nada. Y el deber de los padres es salir adelante, principalmente trabajar duro para ayudar a la familia”.

“Colombia es un paraíso para mi, lamentablemente no se dan las condiciones para vivir allá porque los problemas de corrupción e inseguridad afectan mucho. Uno debería poder vivir en el país de uno, que más felicidad de vivir en su país y salir a conocer otros países y regresar, pero la situación de nuestros países nos obliga a emigrar. Como dice el dicho: por mejoría, mi casa dejaría,” finaliza.

La ceremonia, que fue producto de un trabajo conjunto entre El Servicios Nacional de Ciudadanía e Inmigración (USCIS por su siglas en inglés) y el Servicio de Parques Nacionales (NPS) en lugares emblemáticos como El Gran Cañón, la Isla de Elis, El Lincoln Memorial Reflectiog Pool, entre otros.

A los asistentes se les ofreció comida de los países de origen de los residentes, por ejemplo, dispusieron 300 porciones de Arroz con Pollo y Papa a la Huancaina de un restaurante local peruano.