Fin del TPS sorprende a nicaragüenses en NJ
Tras el anuncio de la Secretaria de Seguridad Interna (Homeland Security), Elaine Duke, que pone punto final al TPS (Temporary Protected Status) para los nicaragüenses, quienes más lo sienten son aquellos que han pasado por esa etapa y ya tienen su “Green Card”.
Una de ellas es Yanira Obregón, residente nicaragüense de North Brunswick. Ella no depende del TPS pero dijo que todos los colectivos centroamericanos deberían unirse para pedir juntos la continuación de éste beneficio migratorio.
“¿Porqué los obligan a regresar, que va a hacer toda la gente que se vaya allá? Debemos hacer algo, tocar puertas, acudir al congreso, a nuestros oficiales latinos. Pero todos debemos estar en esto. Ni los hondureños ni lo salvadoreños están seguros, en la unión está la fuerza,” expresó Obregón.
Oscar Sandoval, nicaragüense y residente de Manhattan, se mostró preocupado porque entre los que tienen TPS ya pasan los 60 o 70 años, y a esa edad en su país no van a encontrar trabajo.
Sin embargo, Sandoval cree que los que van a sufrir doblemente son los hijos, nietos o sobrinos de sus paisanos que “ni siquiera conocen Nicaragua porque han nacido aquí y cuando lleguen con sus padres o abuelos van a sentirse en otro mundo porque ni siquiera van a saber el idioma.
Otro “Nica”, Justiniano Sotomayor, admite que es una potestad legal del gobierno estadounidense dejar sin efecto el TPS, porque es renovable cada dos años y está sujeto a la aprobación del gobierno en turno, pero le preocupa el destino de sus compatriotas y la pasividad que existe en la comunidad latina por el problema de los ‘tepesianos”.
El TPS para los nacionales de Nicaragua, que tiene 5,349 beneficiarios en los Estados Unidos vencía el 5 de enero del 2018, el anuncio de suspensión les concede un año más, que se vence el 5 de enero del 2019 para que hagan sus maletas y arreglen sus asuntos personales y sus obligaciones en territorio estadounidense.
El problema tiene varias aristas, porque no solamente son inmigrantes económicos, que recibieron este beneficio gracias a la administración del ex-presidente Bill Clinton, que luego del paso del huracán “Mitch” (1998), por Nicaragua y Honduras abrió las puertas a los naturales de estas naciones que habían quedado en la ruina económica.
Como lo ha recordado Víctor Domínguez, presidente del Desfile Hispanoamericano de NJ, muchos de los que recibieron el TPS se enfrentaron a Daniel Ortega exponente del sandinismo totalitario, que sigue dirigiendo el país con poderes omnímodos y cuasi dictatoriales con una mascarada democrática, y regresarlos a Nicaragua supondría poner sus vidas en peligro.
“Aunque en Nicaragua no hay Maras como en Honduras o el Salvador, tiene sus peligros, esta vez desde el estado,” enfatizó Domínguez, originario de El Salvador “Aunque no dependen de las remesas como nuestros países, pues tienen familias y necesidades”.
Por último, el TPS se renueva a pedido del gobierno beneficiario pero el gobierno de Nicaragua ha abandonado a sus compatriotas porque no hizo la solicitud de renovación, como si lo han hecho los presidentes y cancilleres de El Salvador y Honduras, aunque la aprobación o desaprobación es de pronóstico reservado dado el clima poco favorable a extender beneficios migratorios en la actual administración.