Notable guitarrista se embarca en proyecto cultural peruano
Con 40 años viviendo en el área triestatal, Rufino Ortiz, una de las mejores guitarras peruanas en Estados Unidos, sino la mejor, añade una nueva faceta a su vida artística y se aboca a proteger al artista peruano y a promover su cultura.
“Tenemos un gran número de notables músicos peruanos en Nueva York, Nueva Jersey, Miami, en muchos lugares de Estados Unidos de los que muchos no saben que existen”, dice Rufino, “Y necesitamos darles apoyo, cuando pasen una situación difícil, cuando enfrentan una enfermedad, porque estamos desprotegidos, además necesitamos enseñar nuestra música a las nuevas generaciones y difundir la cultura peruana en un nivel más elevado”.
En esa intención el músico ha fundado La Casa de la Preservación de Arte y Cultura peruana en EEUU (CAPAC).
La última semana con motivo de la celebración del Día de la Canción Criolla, una festividad peruana creada en 1944 y celebrada en Nueva Jersey desde finales de la década del 70, el músico hizo un tour en Nueva York y Nueva Jersey, junto a otros músicos peruanos, para mostrar la calidad musical peruana y promover CAPAC.
Y fue secundado por sus compañeros de armas, como Félix Fernando Quevedo, guitarrista residente en Paterson, que junto a otros reclama la unión de los artistas de esa nacionalidad.
“CAPAC es importante porque somos un grupo de artistas que estamos acéfalos de una institución, como lo tienen los periodistas, los escritores, los colectivos nacionales de Nueva Jersey, por ejemplo, que nos puedan dar un rumbo claro. Que nos digan estos son nuestros derechos, estos nuestros deberes, esto vamos a hacer como músicos para difundir nuestra música peruana,” apunta Quevedo, en Kearny, NJ, el martes último.
En la institución se están reuniendo distintas generaciones. Allí está Liliana Pérez, con 17 años cantando en Estados Unidos, que en su juventud fue acompañada por la guitarra de Ortiz, en la Feria del Pacífico de Lima, en el año 1975.“Es un músico extraordinario, una guía para las nuevas generaciones, y ahora a su destreza artística une su preocupación por el gremio. Los músicos necesitamos unirnos. Hacer cosas juntos por los artistas peruanos, por la música de nuestro país,” dice Pérez.
Rufino Ortiz, ha tocado junto a notables vocalistas de lo que se conoce como música criolla -que hunde sus raíces en la cultura afroperuana y se hermana a menudo con la polka, la marinera limeña y el vals peruano- como Cecilia Barraza. Eva Ayllon, Lucila Campos, La Limeñita y Ascoy, Eloísa Angulo, Chabuca Granda y otros.
Lo que destaca en el músico es su notable dominio de la guitarra. Fernando Quevedo explica que “como guitarrista es soberbio, en su bagaje tiene -hablando musicalmente-acordes especiales, extensiones de guitarra, usando séptimas, novenas, onceavas, que no hay nadie quien lo pare”.
Poco conocido es que Rufino Ortiz es fundador de la primera peña criolla peruana de Nueva Jersey, entendiendo que una “peña” es un grupo de peruanos que se reúnen en aire de intimidad para cantar música peruana, salpicado de anécdotas o chistes en doble sentido, que se hizo muy popular como sinónimo de jarana peruana, en los años 70.
Esto ocurrió, relata Rufino, hace 30 o 35 años, cuando lo invitan al restaurante “Mi Perú”, ubicado en la Monroe St, en Passaic, propiedad del ex-futbolista Borgoño, de apodo cariñoso “Bigote”, y lo lo hace subir al ático. Allí le pregunta si se podría hacer algo en ese espacio. Al músico se le prende el foco y le responde: aquí podemos hacer una peña. Y ¿que es una peña?, le pregunta Borgoño. Y le explicó lo que era, con puntos y comas.“A la semana -yo ya vivía en Astoria, Queens- me visita y me dice ya lo tengo listo. No lo podía creer. Le había puesto alfombra, lo había pintado, reparado donde había que reparar” recuerda Rufino desde Nueva York “Se volvió un éxito. La gente entraba un viernes, nos daba el sábado y la gente no se quería ir”.