Trump acaba el TPS para Nicaragua y mantiene la amenaza para Honduras
El Gobierno presidido por Donald Trump terminó con el Estatus de Protección Temporal (TPS) para nicaragüenses, dejando en el limbo a más de 5.000 inmigrantes de ese país, y decidió extenderlo durante seis meses para los hondureños, que siguen bajo la amenaza de perder su estatus.
Estados Unidos tenía que anunciar su decisión ya que el TPS para estos dos países expiraba en 60 días, el próximo 5 de enero.
Se trata de un programa migratorio creado en 1990 con el que Estados Unidos concede permisos de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales.
En el caso de Honduras y Nicaragua, EE.UU. concedió el TPS hace casi dos décadas tras el devastador paso del huracán Mitch por Centroamérica en 1998.
En nombre del Gobierno de Trump, la secretaria interina del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Elaine Duke, anunció que las condiciones que llevaron a conceder el TPS para Nicaragua “ya no existen” y que, por lo tanto, “debe darse por terminado”.
También destacó que el Gobierno de Daniel Ortega no solicitó a Estados Unidos una extensión de dicho programa.
La decisión, sin embargo, no será inmediata, ya que se decidió retrasar el fin del TPS un año más, hasta el 5 de enero de 2019, para así “permitir una transición ordenada” de sus 5.349 beneficiarios para que puedan solicitar “un estatus alternativo” o para que “preparen su regreso y reintegración” a su país.
En el caso hondureño la decisión fue un alivio para los más de 86.163 beneficiarios del programa que temían que su futuro fuera similar al de los nicaragüenses, aunque Estados Unidos mantiene la amenaza de ponerle fin en los próximos meses.
Por el momento, el Gobierno de Trump extendió durante seis meses el programa para hondureños, hasta el 5 de julio de 2018, cuando volverá a revisar su vigencia.
Duke justificó esta extensión “por la falta de información definitiva sobre las (actuales) condiciones sobre el terreno comparadas con las de antes del huracán Mitch”.
“No obstante, dada la información de la que se dispone, es posible que la designación de TPS para Honduras termine al final de la extensión automática de seis meses, con su debido retraso”, apuntó el DHS.
En los últimos años, los beneficiarios del TPS han visto cómo su permiso se renovaba de manera automática por periodos de 18 meses, pero ahora el Gobierno de Donald Trump decidió reevaluar las condiciones que justificaron la concesión del programa.
La semana pasada, el Departamento de Estado, al que se había encomendado este análisis, recomendó poner fin al TPStanto para Nicaragua como para Honduras.
También recomendó terminar con el TPS para Haití y para El Salvador, del que se benefician 58.706 y 263.282 inmigrantes, respectivamente, y sobre el que el Gobierno también deberá tomar una decisión en las próximas semanas.
En el caso de los haitianos, a los que se concedió el TPS tras el catastrófico terremoto de 2010, expira el próximo 22 de enero, y en el de los salvadoreños, beneficiados por los sismos de 2001, el 9 de marzo.
En total, 413.500 salvadoreños, hondureños, haitianos y nicaragüenses se benefician del TPS.
Según datos del Centro para los Estudios sobre la Migración, más de la mitad de estos 413.500 inmigrantes llevan más de 20 años en Estados Unidos y durante este tiempo han tenido 273.200 hijos que tienen la ciudadanía de estadounidense.
En la decisión, Duke solicitó al Congreso que promulgue “una solución permanente para este programa temporal” al reconocer “la dificultad que enfrentan los ciudadanos de Nicaragua y potencialmente de otros países”.
Y es que el TPS no abre ninguna vía para la residencia permanente ni ningún otro estatus de regulación migratoria, por lo que sus beneficiarios tendrían que volver a su país de origen o se convertirían en inmigrantes indocumentados y podrían ser deportados de perder el permiso.
Por suparte, congresistas hispanos y grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes criticaron la no renovación del TPS a los nicaragüenses y el aplazamiento por seis meses de la decisión relativa a los hondureños.
El Caucus Hispano del Congreso (CHC, en inglés), formado por representantes demócratas, lamentó la “irresponsable” decisión de la Administración del presidente Donald Trump con relación al TPS.
“Estos inmigrantes han vivido en Estados Unidos durante casi 20 años y han criado niños estadounidenses, contribuido a nuestra economía y a enriquecer nuestras comunidades. La deportación de familias que están contribuyendo al tejido económico y social de nuestra nación no es un liderazgo, es un abuso de poder imprudente e insensible”, consideró el CHC.
Por ello, este grupo de demócratas dijo que ahora es el turno del Congreso de “brindar alivio” a estas familias inmigrantes antes de que se cumpla el plazo, para que puedan quedarse en el país y tener la “oportunidad” de hacerse ciudadanos estadounidenses.
Las críticas también llegaron del lado republicano.
El congresista por Florida Mario Díaz-Balart mostró su “profundo dolor” y su “fuerte desacuerdo” con la decisión de eliminar el TPS a los nicaragüenses, personas que, dijo, tienen “raíces importantes” en el país.
Díaz-Balart dijo estar comprometido para encontrar una solución legislativa permanente e instó a la Casa Blanca a revisar su decisión sobre los nicaragüenses y a extender los TPS para haitianos, hondureños y salvadoreños, que expiran en los próximos meses.
Al igual que Díaz-Balart, el congresista republicano Carlos Curbelo, que presentó la pasada semana un proyecto de ley que busca dar estatus migratorio legal a los amparados por el TPS de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Haití, dijo que espera que se pueda cambiar esta decisión del Gobierno.
“Aunque estoy decepcionado con el anuncio de la Administración, estas prolongaciones continuas a corto plazo han creado ansiedad e incertidumbre (…). El Congreso tiene la oportunidad de cambiar eso”, aseguró el congresista en un comunicado.
Por eso, pidió a los líderes en ambas cámaras que lleven a votación las “múltiples soluciones legislativas” que ya se presentaron sobre los beneficiarios del TPS y los jóvenes indocumentados amparados bajo el programa Acción Diferida (DACA), que protege de la deportación a miles de “soñadores”.
La National Hispanic Leadership Agenda (NHLA), coalición que reúne a 45 de los grandes grupos hispanos de defensa de los derechos de los inmigrantes, consideró que no hay una “razón legítima” para la decisión del Gobierno.
“El Congreso debe tomar medidas para garantizar que no sean desarraigados de nuestras comunidades (los beneficiarios del TPS). Seguiremos luchando por una política de inmigración justa y humana, y debemos colocar la extensión del TPS en la parte superior de estas prioridades”, dijo Héctor Sánchez Barba, presidente de la NHLA.
Por su parte, Cristóbal Alex, presidente de Latino Victory Project, indicó que Trump ha atacado una vez más a las familias inmigrantes con esta decisión y las obliga a elegir entre un “futuro incierto en un país del que huyeron hace dos décadas” o convertirse en indocumentados y correr el riesgo de ser deportados.
Alex recordó que los beneficiarios del TPS tienen propiedades, negocios e hijos y nietos estadounidenses, por lo que separar estas familias supondría un “castigo cruel”.
Centroamericanos con TPS darán la batalla a Trump
Centroamericanos beneficiados con el Estatus de Protección Temporal (TPS) dijeron que lucharán por la estadía legal y permanente en el país después de que el gobierno federal cancelara ese amparo a los nicaragüenses.
Centroamérica es una región con problemas de violencia y “estas personas con TPS” no pueden regresar a “esa violencia”, expresó Martha Arévalo, directora ejecutiva del Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN).
Arévalo aseguró que apoyarán todo esfuerzo de legisladores “para poner presión para impulsar soluciones legislativas permanentes” para estos inmigrantes.
Más de 263.00 salvadoreños acogidos al TPS, según datos oficiales, temen una noticia similar en enero de 2018, unos dos meses antes de que expire ese estatus, en marzo de ese año.
“Los salvadoreños con TPS lo que tenemos que hacer es alzar la voz, no darnos por vencidos, y por su puesto es la residencia permanente lo que nosotros necesitamos”, dijo José Sigüenza, quien emigró a EE.UU. en 1994.
Sigüenza hizo un llamado a sus compatriotas a involucrarse “en las actividades que las organizaciones proinmigrantes están desarrollando, para podernos ayudar”.
El centroamericano aseguró que los beneficiarios de TPS de Honduras, Nicaragua y El Salvador exigirán “la tarjeta verde” de residencia porque se han ganado el derecho de permanecer en Estados Unidos.
La hondureña Sonia Paz, que emigró de su natal San Pedro Sula hace 34 años y es beneficiaria de TPS declaró que los hondureños tienen “esperanza” de adquirir la residencia permanente.
“Vamos a luchar por ello, para que se haga realidad”, aseguró la inmigrante quien además agregó que Estados Unidos “es el país de las oportunidades”, razón por la que los nacionales de Honduras con TPS van “a seguir aquí”.
“Nosotros no estamos pidiendo nada de gratis, entonces seguiremos luchando y aquí vamos a estar”, aseveró.
Los activistas de CARECEN señalaron que apoyan una iniciativa presentada en octubre pasado por el congresista republicano por Florida Carlos Curbelo para beneficiarios de TPS de Honduras, Nicaragua, El Salvador y Haití, para “Extender el Estatus de Protección para Refugiados Elegibles” (ESPERER).
“El Gobierno ayer nos dio una luz roja para despertar y ver el limbo migratorio en que estamos en este momento”, dijo la salvadoreña Evelyn Hernández, beneficiaria de TPS.
“En principio estamos buscando extensión del TPS y una solución más permanente que es la residencia para los beneficiarios del Estatus Temporal”, explicó Hernández, activista de CARECEN.
“Y hacemos un llamado a la comunidad Centroamericana a que luchen, porque si la comunidad no despierta hoy ya no hay un mañana”, concluyó.
Ocho datos clave de EE.UU. sobre el TPS para Honduras y Nicaragua
Estos son los ocho datos clave de la decisión del Gobierno de Donald Trump sobre los beneficiarios del TPS:
- CREADO BAJO EL MANDO DE UN PRESIDENTE REPUBLICANO
Bajo la Presidencia del republicano George H.W. Bush (1989-1993), el Congreso de EE.UU. estableció un procedimiento que permite al Gobierno otorgar, de manera extraordinaria, un permiso temporal de residencia y trabajo a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos, epidemias o desastres naturales.
Ese permiso no abre ninguna vía para la residencia permanente ni ningún otro estatus de regulación migratoria, por lo que si el Gobierno de Estados Unidos decide no prorrogarlo, sus beneficiarios tendrían que volver a su país de origen o se convertirían en inmigrantes indocumentados y podrían ser deportados.
- UNOS 440.000 BENEFICIARIOS DE 13 PAÍSES
En total 439.625 personas de 13 países diferentes contaban con la protección del TPS a finales de 2016, según datos facilitados por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
El grupo más numeroso es el de El Salvador con unos 263.280 beneficiarios y cuyo permiso expira el 9 de marzo, por lo que hasta principios de enero no se producirá una decisión sobre el TPS.
La decisión tomada recientemente por el Gobierno impactará en unos 86.160 nacionales de Honduras y unos 5.350 originarios de Nicaragua, que recibieron el TPS tras el paso del devastador huracán Mitch.
- OBAMA ACABÓ CON EL TPS PARA TRES PAÍSES
El Gobierno del expresidente Barack Obama (2009-2017) anunció en septiembre de 2016 el fin del TPS para Guinea-Conakri, Liberia y Sierra Leona al darse por concluido el brote de ébola que castigó África occidental en 2015 y 2016 y que potenció la declaración como “tepesianos” de los nacionales de esos tres países.
Otro de los casos más significativos es el de Haití, que recibió el TPS por el terremoto que en enero de 2010 asoló el país.
Ya bajo el Gobierno de Trump, el Departamento de Seguridad Nacional extendió el TPS para los 58.000 haitianos que viven en el país por un periodo de solo seis meses, en vez de los 18 habituales, en una muestra de que podría acabar con el programa, un anuncio que se produciría producirse a mediados de este mes.
- TIENEN HIJOS ESTADOUNIDENSES
Los “tepesianos” de El Salvador, Haití y Honduras han tenido unos 273.200 hijos con la ciudadanía de EE.UU., de los que 192.700 nacieron de padres salvadoreños, 53.500 de hondureños y 27.000 de haitianos, según un estudio publicado este año por el Centro para los Estudios sobre la Migración, un centro de pensamiento no partidista.
- LA MAYORÍA HAN VIVIENDO EN EEUU DURANTE 20 AÑOS
Más de la mitad de salvadoreños (un 51 %) y hondureños (63 %) han vivido en Estados Unidos durante al menos 20 años, según el Centro para los Estudios sobre la Migración.
Durante ese tiempo, los “tepesianos” han tenido que superar varios controles de seguridad para renovar su permiso, de manera que por ejemplo los hondureños han tenido que pasar al menos 13 controles de seguridad.
- MÁS DEL 80 % DE LOS “TEPESIANOS” TRABAJAN
Más del 80 % de los “tepesianos” de El Salvador, Honduras y Haití tienen empleo con los salvadoreños a la cabeza con una tasa de ocupación del 88 %, seguidos de los hondureños (85%) y los haitianos (81 %), según el estudio de Centro para los Estudios sobre la Migración.
Unos 27.100 de aquellos empleados son autónomos por lo que han creado trabajo y han dado empleados.
La gran mayoría de los salvadoreños y los hondureños con TPS trabajan en el sector de la construcción, donde aglutinan 50.000 empleados, mientras que los haitianos suelen desempeñarse en restauración y otros servicios relacionados con comida.
- EL 30 % TIENE HIPOTECAS
Los “tepesianos” de El Salvador, Honduras y Haití han formado 205.900 hogares, de los que 61.000 (el 30 %) debe pagar hipotecas, según el Centro para los Estudios sobre la Migración.
De acuerdo con esa fuente, el ingreso medio de esos hogares es de 56.000 dólares al año, de los que más de tres cuartas partes tienen ingresos por encima del nivel de pobreza.
- LA MAYORÍA VIVEN EN CALIFORNIA Y TEXAS
Seis de los 50 estados de EE.UU. concentran un 70 % de los beneficiarios del TPS con California a la cabeza con 55.000 “tepesianos”, seguido por Texas (45.000), Florida (45.000), Nueva York (26.000), Virginia (24.000) y Maryland (23.000).
La mayor parte de los salvadoreños viven en California, Maryland, Virginia, el Distrito de columbia, Texas y Nueva York, mientras que los hondureños se concentran en Texas, Florida, Carolina del Norte y California.
Los haitianos se aglutinan en Florida y Nueva York.