Necesitamos abogados pro-bono en cortes de inmigración de Nueva Jersey
Rosa Santana, de herencia hondureña, es coordinadora de visitas de la organización “New Jersey First Friends” que se dedica a visitar a detenidos en las cáceles de inmigración del estado, y espera que el nuevo gobernador les de una mano a los detenidos. Aquí la entrevista.
¿Que casos te han movido más, interiormente?
-Me acuerdo de un muchacho con un padrastro panameño, que lo adoptó a los dos años, y que después de 40 años de haber resuelto todo lo volvieron a buscar. A los 18 años cometió un crimen. Pagó su delito, estuvo en probatoria. Empezó a trabajar en el estado de Nueva York, se casó, tuvo dos hijos, y un día volvieron por él, por un delito antiguo, le dijeron que tenían que llenar camas (tienen que mantener una cuota de 34,000 personas detenidas al día) y se lo llevaron. Me dio mucha pena, una persona que había hecho su vida aquí, de la noche a la mañana enfrenta deportación.
¿Han aumentado los inmigrantes detenidos desde que asumió el presidente Donald Trump?
-Hemos visto como la gente detenida se ha incrementado, claro que sí. Por ejemplo en Bergen County Jail eran 200. Después en julio último abrieron un dormitorio para mujeres detenidas. Algo que nunca había pasado. Ahora hay nueve dormitorios y contando las mujeres hay unos 400 detenidos. En Hudson County a veces sube a 590 o 600. En Essex, donde están la mayoría de Nueva York, también ha subido. En todos.
¿Que hay de las condiciones de salud?
Han muertos dos personas en las últimas semanas, en Hudson County. Uno dicen que se suicidó y la otra no saben, es algo preocupante. Las dos estuvieron en la misma celda, una tenía problemas mentales. No se dieron cuenta que tenía un cortauñas, si tenía un problema no la debieron dejar un minuto sola.
Recuerdo que había quejas con un dentista muy anciano.
-No hemos oído mas quejas, han mejorado; pero todavía tienen que trabajar muchísimo. Pero no queremos guiarnos solamente por las palabras de las autoridades, vamos a ir a hablar con los presos.
¿Son partidarios del cierre de estos centros de detención?
-Sería lo ideal, pero en estos momentos es irreal porque los que sufrirían serían los detenidos, pues serían traslados más lejos. Aquí por lo menos nosotros, los voluntarios, los familiares, los pueden visitar. Si van mas lejos eso no va a pasar. Lo que peleamos es porque les den un trato más justo, que respeten sus derechos.
¿Que le pedirían al nuevo gobernador Phil Murphy?
-Creemos que él puede hacer mucho por estas personas. Lo primero y más urgente es que les den asistencia legal, con abogados pro-bono o pagados por el estado, como sucede en Nueva York donde tienen una representación universal cuando van a una corte de inmigración y toman su caso.
¿Los ayudan cuando salen libres?
-Sí, después de ser liberados muchos de ellos no tienen donde ir, les ofrecemos un techo temporal, por medio de iglesias, o con SEAFARERS, un programa de la iglesia luterana. Ellos tienen como un hotel donde los alojan usualmente en dos o tres cuartos. También hay una casa en Jersey City por medio de la iglesia episcopal, ahora hay seis personas allí. También trabajamos con Church for Services. Ellos los ayudan por un tiempo mas largo. Los referimos y ellos los ayudan con servicios sociales, cupones alimentos, seguro, asistencia monetaria y una casa.
Háblanos de los voluntarios.
-Tenemos cerca de 200. Les damos entrenamiento el segundo y cuarto viernes de cada mes, durante una hora de entrenamiento. Se les explica que no somos abogados, no somos trabajadores sociales, básicamente vamos a dar compasión y esperanza en nuestras visitas. Nos preocupamos por su salud y bienestar, que las condiciones de reclusión no sean tan malas.
¿Cómo se llevan con las autoridades de los centros de detención?
-Hay buena relación. Cada primer día o a mediados del mes le enviamos una relación de voluntarios que van a visitar a los detenidos.