Soledad como compañía no como tristeza, el ideal de una poeta

Elsa Batista Pimentel es la actual Directora de la Casa de la Cultura Dominicana de Nueva Jersey. Autora de cuatro libros de poemas y uno de cuentos, próxima a publicar un nuevo poemario y una novela ambientada en las escuelas de Paterson, habla a Reporte Hispano sobre la cultura dominicana y su pasión por la palabra escrita.

Dicen que los dominicanos no leen

-Yo pienso que si leen. Me parece que es un rumor establecido. El dominicano lee porque el dominicano escribe. Mientras existan dominicanos que escribimos, van a existir dominicanos que lean.

¿Es un prejuicio?

Así lo creo, porque tenemos, por ejemplo, que somos la minoría latina más grande en las universidades de Nueva York, y vamos por el mismo camino en Nueva Jersey. Lo que pasa es que no decimos que leemos a cada momento. Una prueba es que habemos escritores dominicanos escribiendo desde la diáspora, y, en algunos momentos, mucho más que en la propia República Dominicana. Por demografía los dominicanos somos una fuerza notable y eso se representa en los “collages” y universidades.

Parece haber más mujeres que hombres escritores. ¿Es cierto?

-No. Sí habemos más mujeres escritoras haciendo más trabajo de publicidad. De dejarnos hacer sentir más, de dejarnos ver más donde nos leen y donde nos escuchan, pero si hay muchos  hombres dominicanos escribiendo y haciendo buena literatura.

¿Qué se hace desde la Casa de la Cultura Dominicana en Nueva Jersey por el impulso de la diáspora?

-Somos una organización que no recibe subvención del estado dominicano. Lo que hacemos es promover a los escritores dominicanos en eventos, los asistimos en las presentaciones de sus libros igual que hacemos actividades para promover el folclor latinoamericano, la danza, la música de nuestros países, con esfuerzo propio.

Se ve más poetas mujeres, que hombres.

-Creo que es porque la poesía atrae a la mujer o la mujer atrae a la poesía. Pero también hay dominicanos escribiendo poesía y muy buena. Tenemos a César Sánchez Vera, Juan Matos, José Acosta, Félix García, René Rodríguez Soriano en lo que se llama la diáspora.

El premio Pulitzer que le dieron en 2008 al dominicano Junot Díaz ¿ha impulsado a otros escritores dominicanos?

-No mucho, pienso que lo que ha hecho Junot Díaz nos llena de orgullo, nos ha posicionado en la literatura universal y ha dado a conocer mucho la literatura dominicana. En términos de trabajo personal, nos inspira, nos motiva y nos enorgullece pero yo no pienso que es algo que nos sirva de tanto apoyo. En lo individual, quizá, sentirnos más motivados a escribir. Nada más.

¿Cómo ves la literatura dominicana de la diáspora?

-Incrementando muchísimo, en cantidad y en calidad. Hay escritores dominicanos en la diáspora, ganadores de premios, que son reconocidos, en la poesía, en la narrativa. Mucho más de lo que allá, en República Dominicana, se están dando cuenta. A los que he mencionado puedo sumar los nombres de Yvelise Fanith, Claribel Díaz e Irene Santos, entre otras

¿Qué libros has publicado a la fecha?

-Cuatro de poemas “Puerto del Deseo” (2004), “Cenizas de Ausencias” (2007), “Lasitud del Vuelo” (2011) y “Metáfora de lo Indecible” (2017). Además uno de cuentos “Siempre Odié a los gatos” (2013). Los pueden encontrar en www.lulu.com

En tus poemas hay repetidas alusiones a la soledad, pero no es una soledad triste

-La soledad es la mejor amiga del poeta. Hay que sentir algo de soledad para producir. La escritura es un ejercicio en soledad. Entonces la soledad siempre ha sido mi amiga. Me gusta la soledad, no la soledad que duele, es una soledad que es compañía.

Aún cuando tu poesía no es “social” en “Las Niñas de Guatemala” te sale la rabia. 

-Yo estaba leyendo poesía en un evento que hacemos cada año que se llama “Grito de Mujer” cuando terminé de leer mi poesía alguien del público se paró y me dijo que una de las niñas se estaba muriendo, de las decenas de niñas que en Guatemala estaban en un albergue para ser cuidadas por el sistema, y que eran explotadas sexualmente y que decidieron prender fuego al albergue para denunciar su situación. Yo me dije aquí nosotros leyendo poesía tranquilamente, muy cómodas, en un evento que se supone, como mujeres, estamos expresándonos en contra de la violencia femenina mientras estas niñas, que al final murieron casi 42,pasan por esto. Llegue a casa, me encerré y escribí el poema. Por eso yo digo al final : Hoy no alcanza mi grito para/limpiar/las manchas de tanto silencio.

¿Cuál es tu próximo trabajo?

-Una novela ambientada en las escuelas de Paterson. Habla sobre la inmigración, desde el punto de vista de un joven estudiante, de un “newcomer”, como le dicen a los jóvenes inmigrantes recién llegados en las escuelas. La debo tener terminada para fin de año. También tengo un libro de poemas en camino.