Tribunal Supremo legaliza en NJ las apuestas deportivas

El Tribunal Supremo se posicionó a favor de que Nueva Jersey pueda legalizar las apuestas deportivas en su territorio, lo que abre la puerta a que el resto de estados permitan esas apuestas en sus casinos e hipódromos.

Una mayoría de los nueve jueces del alto tribunal rechazó una ley de 1992 que impedía a los estados beneficiarse de los ingresos obtenidos de las apuestas del deporte profesional y universitario, aunque permitía a las autoridades locales recaudar el dinero procedente de loterías.

La polémica sobre las apuestas deportivas comenzó en 2011 cuando los votantes de Nueva Jersey -bajo la gobernación del republicano Chris Christie- aprobaron una medida que legalizó las apuestas en casinos e hipódromos.

Ésta fue recurrida inmediatamente ante la Justicia por las ligas deportivas a nivel profesional y por la Asociación Nacional Atlética Universitaria (NCAA), una agrupación compuesta por casi 1.300 instituciones deportivas a nivel universitario.

El estado de Nueva Jersey buscó entonces la anulación de esa ley federal de 1992, lo que permitiría a los estados apropiarse de un lucrativo negocio que hasta ahora es ilegal en 46 de los 50 estados de la Unión con la excepción de Montana, Delaware, Oregón y Nevada.

Nevada, donde se encuentra Las Vegas, fue eximido de esa ley y los otros tres estados (Montana, Delaware y Oregón) ya habían establecido leyes para legalizar las apuestas deportivas en el momento en el que se promulgó esa ley federal en 1992, por lo que se les permitió continuar con sus políticas estatales.

Aunque el juego es legal en el país, el Gobierno federal deja libertad a los estados para regular o prohibir esta actividad, por lo que, mientras Nevada es el estados más permisivo, en Hawái y Utah está prohibido todo tipo de juego, incluso la lotería.

El caso afecta a un jugoso mercado, ya que los estadounidenses apuestan de manera ilegal 150.000 millones de dólares cada año, según estima la Asociación Estadounidense del Juego (AGA), un grupo que promueve las apuestas en la industria del entretenimiento.

Conocedor de la trascendencia del caso, el Gobierno federal se había posicionado del lado de las grandes ligas profesionales deportivas, argumentando que la ley federal de 1992 debía de seguir en vigor.

Frente a esto, 18 estados y los gobernadores de otros tres estados se colocaron del lado de Nueva Jersey expresando su apoyo mediante unos escritos conocidos como “amicus curiae” (amigo de la corte), una figura legal por la que un tercero expresa su apoyo a una de las partes en un litigio.

Aunque se trata de un fallo que únicamente afecta a este caso concreto, se prevé que pueda abrir la puerta a que otros estados busquen sus propias regulaciones sobre este ámbito.

“Este es el miedo de cualquier gobernador, estar a la merced del Gobierno federal y que nos hagan pagar por ello”, dijo en diciembre tras una audiencia sobre el caso Chris Christie, quien dejó su puesto en enero de 2018 y fue uno de los asesores más cercanos a Trump en el último periodo de su campaña presidencial de 2016.

El ya exgobernador de Nueva Jersey, que llevó el caso ante el Supremo, consideró que el fallo supone un aval para la autonomía de los estados frente a las extralimitaciones del Gobierno federal.

“Un gran día para los derechos de los estados y para que la gente pueda hacer sus propias decisiones. Los ciudadanos de Nueva Jersey querían que sus apuestas deportivas fueran legalizadas y el Gobierno federal no tenía derecho a decirles que no”, afirmó Christie en su cuenta de Twitter.

El juego es una industria que mueve 240.000 millones de dólares al año en todo el país y emplea a 1,7 millones de personas, según cálculos de la AGA