La muerte sorprendió en Guatemala
Oscar René Oliva / EFE
El 3 de junio de 2018 no fue un domingo cualquiera. La muerte sorprendió a muchas familias guatemaltecas reunidas en sus hogares por ser, normalmente, día de descanso, pues la potente erupción del volcán de Fuego los dejó atrapados en sus viviendas y ya suman oficialmente 84 fallecidos al cierre de esta edición.
La fecha del 3/6/2018 quedará marcada para la historia en la mente de los supervivientes.
Tres días después de la fuerte explosión del coloso ubicado a 50 kilómetros al oeste de la capital, entre los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, aún se desconoce la cifra exacta de los desaparecidos, aunque las autoridades calculan que son 192.
Acostumbrados a vivir bajo el peligro que representa el volcán de Fuego, constantemente activo, centenares de familias tuvieron que salir el domingo corriendo de sus poblados para salvar sus vidas. Otras quedaron atrapadas en sus hogares o en los caminos en su intento por escapar de la furia de la temible montaña.
Pese al riesgo y a la restricción que existe, algunos habitantes aún se adentran a sus comunidades en busca de pertenencias, según las imágenes que se divulgan en la televisión guatemalteca y las redes sociales.
Es el caso de Miltón Perez, de 23 años, originario del caserío El Porvenir, del municipio de San Juan Alotenango (Sacatepéquez), quien caminó unos 8 kilómetros para rescatar a dos de sus cuatro perros.
Localizó con vida a la Chata y a Toffy, pero no a Perla y al Oso. Ellos están desaparecidos.
“Los fui a rescatar porque estaban sin comida”, relató a periodistas cuando salió a la carretera con la Chata entre sus brazos.
Las brigadas de rescate han encontrado aun con vida aves de corral y perros que fueron abandonados por sus dueños durante la fuga para dejar atrás a la muerte.
Los cuerpos de socorro, con sus propias manos, palas y picos, siguen levantando los escombros donde creen que hay casas soterradas. Las imágenes muestran desolación. Destrucción y tristeza. La impotencia de mucha gente que espera encontrar con vida a sus familiares se nota.
El volcán de Fuego sigue activo, con explosiones débiles y moderadas, según alertó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
El ente científico asegura que están en “alerta máxima” porque temen el desprendimiento de avalanchas debido a las lluvias.
La columna de ceniza del coloso se eleva hasta los 4.700 metros de altura y no se descarta que se registren nuevos flujos piroclásticos. “Es probable que los primeros lahares se presenten calientes y transporten material fino similar al cemento, rocas de hasta un metro de diámetro y troncos de árboles que son arrastrados por la corriente afectando a las comunidades ubicadas en las orillas de las barrancas”, advirtió.
Mientras, en su último reporte de hoy, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene en 84 la cifra de muertos y descenas de heridos.
La cifra de evacuados se elevó a 12.089, los afectados son 1.713.436, los desaparecidos 192 y los albergados suman 3.319.
La recuperación y reconstrucción de lo que en horas destruyó el volcán de Fuego no llevará un día ni meses. Quizá años. Algunos tendrán que buscar rehacer sus vidas en otros lugares, lejos de la tierra que les vio nacer.