Redadas masivas ayudan al “show” antiinmigrante de Trump
En las redadas a lugares de trabajo, la Administración Trump encontró la formula perfecta, de imágenes espectaculares y alto número de arrestos, para cumplir con las promesas hechas a su base electoral de combatir la inmigración indocumentada, advierten expertos.
Tras la detención de 114 trabajadores de la compañía de jardinería Corso’s Flower & Garden Center, en las ciudades de Sandusky y Castalia, en Ohio, el Gobierno consolidó su estrategia de ir contra los indocumentados y las empresas que los contratan.
“El espectáculo con helicópteros y decenas de agentes allanando una empresa es el símbolo perfecto del show y el drama para mostrar su poderío y crear miedo que le gusta a esta Administración”, comentó Miguel Tinker Salas, profesor de Historia y Estudios Latinoamericanos en Pomona College, California.
Las autoridades federales ya habían arrestado a comienzos de abril a 97 inmigrantes en una planta de procesamiento de carne en el estado de Tennessee.
En esa oportunidad, las organizaciones pro derechos civiles consideraron la acción como la más grande realizada en una década en un lugar de trabajo. Sin embargo, casi dos meses después la Administración Trump volvió a la carga con un operativo que dejó un saldo mayor en los arrestos y objetó otra vez el uso de documentos falsos por parte de los inmigrantes.
Octavio Pescador, investigador y profesor de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), aseguró que la comunidad inmigrante va a tener que acostumbrarse a esta clase de operativos y acciones mientras Trump esté en el poder.
No obstante, el catedrático llamó la atención sobre la agenda del Fiscal General, Jeff Sessions, que el académico dice ser “más peligrosa”. “Sessions trae un agenda muy estructurada para hacer cambios que pueden impactar por décadas en la inmigración en Estados Unidos”, plantea Pescador.
Desde el año pasado, Sessions ordenó a sus fiscales perseguir por la vía penal a cualquier inmigrante irregular que tenga documentos falsos, una práctica habitual entre los indocumentados para poder conseguir trabajo.
Precisamente, el arresto y acusación por poseer y fabricar documentos falsos con intención de venderlos y robo de identidad, contra de la mexicana Martha Buendía-Chavarría, de 43 años, llevó a las autoridades federales a enfocar la investigación en la empresa de jardinería de Ohio y realizar luego el arresto masivo.
Esta no sería la única investigación que se estaría adelantando. El director del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), Thomas D. Homan, ordenó a los agentes quintuplicar las inspecciones y operaciones en los trabajos este año bajo el argumento de disuadir a los indocumentados que intentan venir al país.
El profesor Salas cree que la “espectacular estrategia” está concebida para aumentar el miedo entre la comunidad indocumentada a que la vigilancia a los empleadores es mayor, e incluso el temor se infunde entre los hispanos que tienen documentos.
El segundo objetivo está dedicado a complacer a sus bases, a las que Trump les ha prometido que protegerá los trabajos que supuestamente le pertenecen a los estadounidenses.
Para Raul Hinojosa, economista y profesor también de UCLA, la Administración Trump seguirá implementando contradicciones, cada vez más, sin pensar en el daño a las finanzas de algunas compañías que se pueden ver obligadas a cerrar.
Los índices de desempleo son muy bajos y se está experimentando una escasez de mano de obra en trabajos que no quieren los estadounidenses.
“Es obvio que traerá un impacto económico negativo, pero como a corto plazo no se puede observar, Trump seguirá con su retórica en contra de los indocumentados”, resalta Hinojosa.
Si bien el impacto económico de la falta de mano de obra en ciertos sectores no afectará al actual gobierno, la Administración tampoco espera un efecto negativo en el terreno político, explica por su parte Pescador.
“El mapa electoral está tan bien repartido, que Trump se puede dar el lujo de soportar críticas negativas con respecto a inmigración y las redadas no le afectarán”.
Incluso, si las críticas sobre las redadas llegaran de conservadores moderados, el panorama se ve oscuro para los indocumentados.
“Esta administración está dispuesta a llevar adelante su agenda y demostrar que el mundo no se va a acabar; no les interesa negociar”, sostuvo Pescador.