Senadores aumentan la presión sobre Trump para ampliar DACA y TPS

Tres senadores demócratas pidieron al Gobierno del presidente Donald Trump que extienda los permisos de trabajo de cientos de miles de extranjeros amparados por la Acción Diferida (DACA) o bajo protección temporaria (TPS) en unos momentos en el que muchos de ellos trabajan en la primera línea de la lucha contra el COVID-19 como médicos, enfermeras y otros numerosos roles laborales esenciales.

“Millones de inmigrantes están poniendo sus vidas en riesgo con su trabajo en el sistema de salud y en empleos esenciales”, afirmó en una conferencia de prensa el jefe de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, de Nueva York.

“Desafortunadamente, Trump usa a los inmigrantes como chivo expiatorio. Es algo despreciable”, agregó Schumer. “Trump anunció (la semana pasada) restricciones ficticias a la inmigración para distraer la atención de sus fallas” en la respuesta a la pandemia de COVID-19.

Fue el propio Trump en el que, como parte de su dura política migratoria, anuló en 2017 el decreto de su predecesor, Barack Obama, que creó DACA, que protegió a casi 800.000 personas nacidas en otros países y traídas ilegalmente a Estados Unidos cuando eran menores de edad.

El presidente exigió que el Congreso, por entonces con mayoría republicana en ambas cámaras, legislase definitivamente sobre estas personas. La decisión de Trump levantó querellas legales que aguardan resolución en el Tribunal Supremo de Justicia antes de fin de junio.

Según la Oficina de Investigaciones del Congreso, el Estatus de Protección Temporal (TPS) incluye a unas 411.000 personas que han llegado huyendo de conflictos armados o desastres naturales. 

Actualmente los programas TPS cubren a ciudadanos de Nicaragua, Haití, El Salvador y Honduras, entre otros países, que obtienen permisos para trabajar legalmente en Estados Unidos, pero que tras el vencimiento de esos permisos podrían ser deportados. 

La Cámara de Representantes, con mayoría demócrata, aprobó en junio de 2019 una ley destinada a sustituir el decreto de Obama con una legislación definitiva. Pero jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch Connell, de Kentucky no ha puesto la medida a debate ni a votación en la cámara alta del Congreso.

El senador Dick Durbin, demócrata de Illinois, indicó que “Trump no cree que ésta sea una nación de inmigrantes, no cree que los inmigrantes nos fortalecen”.

“Uno de cada seis trabajadores de la salud es un inmigrante”, añadió Durbin. “Hay 3,2 millones de inmigrantes entre los trabajadores de la salud. ¿Cuál sería el panorama de esta crisis sanitaria si no contásemos con los inmigrantes?”

“Trump, con su mente llena de odio, trata de poner a los estadounidenses contra los inmigrantes”, añadió el senador quien prometió que cuando el Senado retorne a sesiones la semana próxima, en la consideración de otro conjunto de medidas para paliar la crisis se incluirán ayudas para el personal sanitario y los inmigrantes.

“El sector de la salud requiere la labor de todos para salvar vidas”, dijo por su parte el senador Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey. “Y esto incluye a los amparados por DACA y por TPS que están trabajando en la primera línea de batalla como médicos, enfermeras, técnicos, preparando las comidas y haciendo las limpiezas”. 

José Aguiluz, amparado por el programa DACA, dijo que como enfermero en salas de emergencia de hospitales en el área metropolitana de Washington DC, pasó a licencia sin sueldo semanas atrás cuando se suspendieron las cirugías electivas, y desde entonces ha estado trabajando como voluntario en el cuidado de la salud.

“He visto a muchos inmigrantes que siguen trabajando con riesgo para su salud y sus vidas”, dijo. “A mis pacientes no les importa cuál es mi estatus de inmigración, pero si el Tribunal Supremo falla contra DACA yo no podré seguir dando los servicios que he estado haciendo por este país”.

En la misma conferencia de prensa Denisse Rojas, quien llegó a EEUU en 1990, explicó que vivió bajo el temor de deportación hasta que DACA le permitió obtener una licencia de manejo, un número del Seguro Social y la oportunidad para matricularse en la universidad donde ahora se aproxima a su graduación como médico de sala de emergencia.

“Pero mi DACA puede terminarse y la decisión del Supremo pondrá fin a mi carrera”, agregó. “No podré cuidar a mis pacientes. Las repercusiones serán enormes si a toda esta gente no se le permite seguir en sus labores cuidando alimentando y limpiando en sus comunidades”.

Karen Reyes, una maestra de educación especial en Austin, capital de Texas, y también amparada por DACA, dijo que la experiencia de su madre, quien no sabía inglés cuando vino a Estados Unidos, y su propio trabajo con niños sordomudos, le han dado una percepción intensa de las barreras que encaran grupos con discapacidades o menos ingresos.

En los esfuerzos de las escuelas por continuar la educación infantil vía internet durante la pandemia “hemos visto las desigualdades en el acceso”, añadió Reyes. “Por semanas hemos abogado para que mis alumnos consigan computadoras”.“Si no se extienden los permisos de trabajo el impacto nos afectará a mí, a mi madre, y a todos esos niños”, agregó