Jornaleros la ven más negras con el Covid-19

Un jornalero no tiene ayuda de la oficina del desempleo, tampoco recibe la ayuda económica federal, ni cupones de alimentos y muchos de ellos han pagado impuestos en los últimos años con la esperanza de la legalidad migratoria, tal el caso de los jornaleros que trabajan en la avenida Dayton, en Passaic.

José Arellano, nacido en Veracuz, México, lleva cinco semanas sin poder completar para la renta y apenas tiene para su comida. Lo que más le preocupa es enviar dinero para su familia que dejó en México, hace semanas que no les deposita ni un solo dólar.

Desde hace tres años acude todos los días al parqueadero de Home Depot, en Daytona Ave, Passaic, una plaza donde a menudo se busca trabajo en construcción pero en las últimas cuatro semanas se las ha pasado “en blanco”.

De repente se acerca una camioneta, el conductor hace una seña, mostrando dos dedos de la mano, indicando que necesita dos trabajadores y de repente aparecen otros cuatro jornaleros.

“Muy de rato en rato aparece alguien pidiendo trabajadores, muchos de mis compañeros vienen a diario y terminan el día sin llevarse nada,” dice Arellano.

Ya son las cinco de a tarde del 5 de mayo, Día de la Batalla de Puebla, sin embargo para Arellano no hay nada que celebrar. Se irá a dormir sin haber conseguido trabajo, y no sabe si mañana habrá algo para él.

El guatemalteco Manuel -no ofreció su nombre verdadero- tiene mascarillas y guantes a la espera que alguna “troca” lo levante para darle trabajo, para él que sabe un poco de todo, desde poner pisos, pintar, hasta poner puertas, un día de trabajo le podía significar 180 dólares diarios, hoy en día si tiene dos jornadas de trabajo a la semana ya es mucha suerte.

“No conseguimos nada y encima la policía nos pone multas por estar aquí. De rato en rato tenemos que estar escondiéndonos,” dice.

Para José García, originario de Puebla, México y ex vicepresidente de la Asociación de jornaleros de Passaic, en ese punto de trabajo existen alrededor de 200 jornaleros que consiguen el sustento diario, pero ahora están desprotegidos.

“Nosotros no recibimos ninguna ayuda, mis compañeros van al Home Depot y se pasan días sin que nadie los contrate además con el peligro de contagiarse del coronavirus, dijo José García.

Advirtió que los jornaleros son la fuerza laboral más desprotegida del estado, por lo tanto si así como se alimenta mal, como no tiene acceso a recursos de salud y vive en soledad sin una red de amistades o familiares para ayudarlos en una emergencia no van a tardar en enfermarse o contagiarse del Covid-19 y hasta puede que aparezcan moribundos en las calles, como ha sucedió en el Ecuador.

García enfatizó por otro lado que la policía tiene que actuar si ve que las personas no guardan el distanciamiento social obligatorio.

De esa manera justificó las multas que la policía local les impone “Si encima que no consiguen trabajo no respetan su distancia los multan. Bajo esas condiciones no vale la pena salir a buscar chamba” dijo el poblano.Finalmente dijo que son muy remotas las posibilidades que vuelva a funcionar la Asociación de Jornaleros de Passaic, que años atrás tuvo su “Casa del Jornalero” en la ciudad, a pocos metros del Home Depot de Passaic, y fue cerrada después de dos años de funcionamiento, por falta de interés de los propios trabajadores.