Dos vacunas se acercan al éxito, pero su acceso sigue en el aire

Las candidatas a vacunas contra la covid-19 de Pfizer y Moderna avanzan hacia su aprobación y distribución masiva a nivel internacional tras presentar resultados preliminares muy positivos, pero persisten las dudas sobre su coste, su accesibilidad y su aceptación.

Hace una semana, Pfizer fue la primera farmacéutica estadounidense en mostrar las primeras conclusiones de los ensayos clínico de su vacuna contra la covid-19 en la tercera fase de pruebas y ahora se le sumó la también estadounidense Moderna.

La fase 3, la más avanzada en el desarrollo de una vacuna, se está realizando en ambas farmacéuticas entre al menos 30.000 voluntarios a los que se les administra la vacuna o un placebo, para contratar la respuesta inmunológica en caso de infección.

Estas son las características de las dos vacunas: 

-Tecnología:

Ambas vacunas utilizan la novedosa técnica del ARN mensajero, que introduce cadenas de ARN para que las propias células humanas decodifiquen y produzcan las proteínas que promueven la respuesta inmunológica del organismo al SARS-CoV-2.

-Eficacia:

La eficacia de la vacuna es la capacidad de prevenir la enfermedad en la población frente a la respuesta al virus de una población no vacunada. La vacuna de Moderna tiene una eficacia preliminar del 94,5 %, mientras que la de Pfizer llega al 90 %. Este índice de eficacia es alto y comparable a otras vacunas altamente efectivas como las del tétanos o la polio. La vacuna de la gripe común suele tener una efectividad del 45 %, aunque depende del año.

-Seguridad:

La vacuna de Moderna no ha mostrado problemas de seguridad reseñables, según la farmacéutica. Los efectos más adversos fueron “moderados” y solo en un 2,7 % provocaron dolor, en un 4,5 % dolor de cabeza y en cerca del 10 % fatiga.

En el caso de Pfizer, algunos voluntarios experimentaron lo que describieron como una “fuerte resaca”, según entrevistas realizadas por el canal Fox News. Mientras que la farmacéutica sostiene que los efectos secundarios son moderados y se pasan a los pocos días.

Este tipo de datos son claves para favorecer la aceptación de la vacuna, que debido a su rápido desarrollo y pese a que los responsables y reguladores estadounidenses aseguran que cumplen todos los estándares de seguridad, podría levantar suspicacias entre la población.

-Coste:

Ambas farmacéuticas están probando la respuesta inmunológica con dos dosis de la vacuna separadas en el tiempo y miden la reducción de los niveles de anticuerpos con el paso del tiempo. Estos datos podrían ser decisivos a la hora de determinar si la nueva vacuna de la covid-19 deberá administrarse cada año, como la de la gripe, así como su coste. Tanto Pfizer como Moderna cotizan en bolsa y los inversores están muy pendientes de conocer datos de coste e ingresos para determinar el beneficio que traerá a los resultados de sendas empresas y su impacto en los precios de la acción.

-Conservación:

La vacuna de Pfizer requiere avanzados congeladores ultra-fríos, que mantiene los viales a 70 grados bajo cero, mientras que la vacuna de Moderna puede almacenarse a temperaturas que pueden mantenerse en congeladores convencionales.

Esta variables es clave a la hora de abaratar el transporte y almacenaje de las dosis de la vacuna, especialmente en economías en desarrollo y zonas rurales o de difícil acceso.

-Accesibilidad:

Anthony Fauci, el principal epidemiólogo y líder en la lucha contra la pandemia en el país, aseguró en entrevista con NBC que los primeros en recibir la posible vacuna serán las poblaciones de riesgo, seguramente personal sanitario y hogares de la tercera edad.

El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que trabajan en coordinación con Moderna y otras farmacéuticas, consideró que para finales de diciembre “habrá dosis de vacuna disponible para personas en las categorías de alto riesgo en las dos compañías”, señaló Fauci. 

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se ha enfrentado con el presidente estadounidense, Donald Trump, porque considera que el plan de la Casa Blanca prioriza el plano comercial y la distribución en zonas de altos ingresos y ha pedido autonomía para asegurarse de que las vacunas llegan a las comunidades más vulnerables al virus, como los hispanos o afroamericanos.