Enfermos graves de coronavirus luchan por camas en cuidados intensivos
Beatriz Limón / EFE News
Cuando Gerardo Gómez, infectado con la covid-19, vio que la neumonía que padecía empeoraba se fue a un hospital de Phoenix, donde, en una camilla puesta de forma improvisada en un pasillo y conectado a un tanque de oxígeno, esperó durante días hasta poder pasar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La situación de Gómez es similar a la de muchos otros en Arizona, un estado que ha visto un repunte de casos del virus y que ha puesto a los hospitales de este sureño estado al borde del colapso, con cifras récords de ocupación de camas.
Por segunda vez durante la pandemia, Arizona encabeza la lista de lugares con el promedio semanal de contagios más altos. De acuerdo a 91-divoc.com, un sitio que utiliza datos de la Universidad John Hopkins, el estado tiene actualmente la tasa per cápita de infecciones más alta de todas las regiones del mundo.
Hasta el domingo, el 93 % de todas las camas para afectados con coronavirus y el 92% de todas las camas para pacientes hospitalizados en Arizona estaban ocupadas.
Los criterios para elegir a las personas que requieren de una cama en cuidados intensivos han cambiado, según aseguró a Efe Erika Hernández, especialista cardiopulmonar que trabaja en hospitales de Phoenix y señala que se da prioridad a los pacientes más graves.
«Son demasiadas personas en los hospitales y hay enfermos que los tenemos que dejar por días en el área de emergencias esperando por un cuarto o una cama», reveló.
«CAMILLAS AMONTONADAS EN LOS PASILLOS»
Esta es la situación que vivió el mexicano Gómez, de 43 años, quien recuerda que antes de ir a la sala de emergencias del Hospital Banner fue traslado a una antesala, a la que llaman «zona morada» y donde colocan a todos los enfermos de coronavirus que esperan una cama en la UCI.
«Se ve tanta gente tan vulnerable, tosiendo, tapándose la cara, con los ojos irritados, algunos inmediatamente les ponen el tanque de oxígeno como fue mi caso. Duré tres días en esa antesala esperando una cama. Puedes ver las camillas amontonadas en los pasillos, porque no hay camas y no te pueden pasar a piso», relató a Efe.
Debido a que su oxigenación iba en descenso logró un cuarto en cuidados intensivos, pero durante su espera notó que el flujo de afectados en la «zona morada» iba en incremento.
«Alrededor de diez personas llegaban por hora, y se quedaban en espera de una cama en ese cuarto donde solo hay sillas, solo se escucha la tos intensa de los enfermos», señaló.
«Cuando me pasaron a una cama iba muy mal, deliraba, me pusieron un antiviral para ver si respondía porque mi oxígeno era muy bajo. Me quisieron intubar, pero me resistí», rememoró.
«Los doctores se basan en la respiración para asignarte una cama. Una oxigenación por debajo de 80 es una emergencia. Recuerdo que llegó un anciano e inmediatamente lo subieron, se veía muy mal», agregó.
LOS HOSPITALES AL BORDE
En Arizona, las camas para pacientes hospitalizados, las camas para cuidados intensivos y los ventiladores utilizados por los pacientes con covid-19 están cerca de su ocupación total.
El domingo, cuando las autoridades sanitarias reportaron 17.200 nuevos casos registrados en las últimas 24 horas, una cifra récord desde el inicio de la pandemia, habían disponibles 131 camas en las UCI y 667 para pacientes regulares en todo el estado.
La semana pasada, los hospitales de Phoenix debieron empezar a detener de forma temporal los traslados de emergencia y hospitalarios debido al abrumador número de pacientes que registran.
Rogelio Mejía, doctor que atiende a pacientes con coronavirus en un hospital de Arizona, dijo que el criterio para los traslados a urgencias es a discreción del personal que trabaja ahí. «Es obvio que si tienes niveles de oxígeno más bajo te pasan primero», resaltó.
Gómez, que logró salir la semana pasada tras más de diez días en cuidados intensivos, alertó: «Si vas a emergencia no hay garantía que vas a recibir atención inmediata».
«Están saturados los hospitales y a muchos enfermos los regresan a sus casas para que sigan su tratamiento en casa», añadió.