Urge que los estados reporten data detallada sobre quienes reciben las vacunas y aborden la desconfianza en las minorías
Kleibéel Marcano / Reporte Hispano
A pesar de que en las últimas semanas ha mejorado notablemente el proceso de vacunación contra el Covid-19 en todo el país, es alarmante la inequidad en la distribución de las vacunas, señalaron varios expertos durante una teleconferencia de prensa realizada por la organización Ethnic Media Services (EMS).
Actualmente, sólo 20 estados de los 50 de la nación, están reportando y compartiendo las estadísticas de vacunación desglosada por raza y etnicidad, afirmó el doctor Daniel Turner-Llovera, miembro fundador de la Coalición Latinas contra el COVID-19.
En estas estadísticas se observa una disparidad enorme entre las personas que han recibido las vacunas y los miembros de la población más afectados por la pandemia. “En los 20 estados el porcentaje de afroamericanos que han recibido la vacuna es la mitad o menos de la mitad de la proporción de afroamericanos contagiados con el COVID-19”, resaltó el galeno.
Como ejemplo menciono los estados Delaware donde el 6% de los vacunados son afroamericanos vs. 24% del total de los casos de contagio; Louisiana, 13% de los vacunados vs. 34% de los infectados y; Missisipi, 17% de los vacunados vs. 38% de los contagiados. “Esta situación se repite en casi todos los estados”, afirmó Turner-Llovera.
En Nueva Jersey, el portal de información estatalsobre el proceso de vacunación muestra actualmente grandes disparidades en la composición racial y étnica de las personas vacunadas: de aquellos de quienes se conocía su raza o etnia, hasta la primera semana de febrero, casi el 60% eran blancos, el 7% asiáticos, el 6% hispanos y el 4% afroamericanos.
Para solucionar esta disparidad, en primer lugar, Turner-Llovera afirma que es fundamental que todos los estados reporten la data sobre la raza y etnicidad de las personas que reciben las vacunas. “Sin esta información no se puede cuantificar la disparidad y es difícil encontrar soluciones”, resaltó.
En segundo lugar, el galeno señaló que es importante que tanto el gobierno federal, estatal y local comiencen a abordar la desconfianza existente entre los grupos minoritarios hacia las vacunas.
“Aún no hemos visto las repercusiones de la desconfianza a la vacuna porque hay muy pocas y mucha gente que las quiere. Pero cuando aumente la disponibilidad de las vacunas se observarán los efectos de la desconfianza de grupos minoritarios hacia la vacuna. Esto es algo que queremos evitar”, dijo.
Para ello, señaló que es importante que a través de organizaciones comunitarias, lideres locales, instituciones de religiosas, y otros, se lleve el mensaje a cada vecindario sobre la seguridad de la vacuna en reuniones abiertas (con un lenguaje comprensivo y respetando las cuestiones culturales de la comunidad), en donde las personas puedan exponer abiertamente sus miedos y preocupaciones y obtener respuestas verídicas que disipen los temores.
Abordar la disparidad en la atención médica
La pandemia ha puesto en evidencia la dificultada para acceder a la atención médica de las grupos minoritarios y personas de escasos recursos, así como la disparidad en la calidad de la atención médica.
“La disparidad en la atención médica y la calidad de la misma es algo tan definitorio en la sistema de salud de los Estados Unidos que se considera normal, cuando no debería ser así. Esto es algo muy injusto, no es normal ni debería serlo. Esto es antiético e inhumano”, afirmó el doctor David Carlisle, presidente y director ejecutivo de la Universidad de Ciencias y Medicina Charles R. Drew en Los Ángeles, California.
Un ejemplo de las consecuencias en la disparidad en el acceso y atención médica son las cifras de contagio y muertes a causa del COVID en comunidades como los indígenas y nativos de Alaska.
Virginia Hedrick, Directora Ejecutiva del Consorcio de California para la Salud Urbana de los Indígenas, señaló que en los territorios indígenas del país los niveles de contagio del COVID-19 es 3.5 mayor que los porcentajes en los blancos no hispanos; las hospitalizaciones 4 y 5 veces mayor que los porcentajes en los blancos no hispanos y; las muertes 1.8 veces más altas.
Adam Carbullido, Director de Política y Defensa, Asociación Asia Pacífico de
Organizaciones comunitarias de salud, resaltó también la disparidad en la atención médica y en el número de vacunas que se están aplicando a los asiáticos.
En su opinión, además de mejorarse la recolección de data sobre las vacunas, considera fundamental que el Congreso apruebe un nuevo paquete de estímulo fiscal que se enfoque en las pruebas del virus, tratamiento y las vacunas. Asimismo, que otorgue fondos a los estados y condados para la labores relacionadas en la lucha con el Covid-19, incluyendo educar y crear confianza en los grupos minoritarios sobre la vacuna.
De igual modo, considera fundamental que el gobierno, fundaciones y corporaciones privadas, otorguen apoyo a los Centros de Salud Comunitarios y organizaciones de salud comunicarías, por ser las principales instituciones que prestan servicios de salud a los grupos más desfavorecidos de la sociedad y pueden jugar un papel muy importante en la distribución de la vacuna.
Por último, el doctor Daniel Turner-Llovera señaló que es importante que las autoridades estatales y locales tomen en cuenta la situación de los grupos minoritarios al momento de tomar decisiones relacionadas con la reapertura de la economía y la campaña de vacunación.
“Los que están en la línea de al frente, los llamados trabajadores esenciales, en su mayoría son negros y latinos. Estas son las personas que estarán en un mayor riesgo de contagio al tomarse decisiones de reapertura (por ende) deben dárseles prioridad en la vacunación”, afirmó.