A medida que se propaga la variante delta, también aumenta el riesgo para los trabajadores

MONSY ALVARADO | NJ Spotlight

Empleadores multados por fallas en las medidas de seguridad contra el COVID-19 y los defensores advierten de un número creciente de muertes en los lugares de trabajo

Cecelia Gilligan Leto a menudo recibe llamadas de trabajadores preocupados por su seguridad mientras realizan su trabajo.

Como director de proyectos de New Jersey Work Environment Council, Leto ha capacitado a personal en seguridad laboral durante años. Por ende, cuando el virus del coronavirus comenzó a extenderse el año pasado, los trabajadores de la atención médica, de comercio minorista, de almacenes y otras ocupaciones recurrieron a ella.

“Estaba esta cosa invisible en el lugar de trabajo; la gente simplemente no sabía qué hacer en esta situación, y había mucho que aprender al principio», dijo. «COVID era un nuevo peligro, en febrero y marzo recibíamos constantemente llamadas, la gente tenía miedo, estaban asustadas».

Más de un año después, cuando se ha expandido la propagación de la nueva variante delta de COVID-19, altamente contagiosa, que ha provocado un aumento en los nuevos contagios y las hospitalizaciones en Nueva Jersey, Leto afirma que está recibiendo llamadas nuevamente.

“Ese miedo todavía está entre nosotros; ahora hay preocupación por quienes están vacunados y quienes no”, dijo.

Las infecciones por COVID-19 ocurrieron en diferentes lugares de trabajo el año pasado durante el apogeo de la pandemia, lo que llevó a que se realizaran inspecciones federales en diferentes sitios de trabajo. Morir de COVID-19 por una infección en el trabajo sigue siendo una amenaza, ya que el año pasado se reportaron más muertes en los sitios de trabajo que en años recientes.

Inspecciones de OSHA

En lo que va de 2021, las oficinas de Nueva Jersey de la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA por sus siglas en inglés) han realizado 32 inspecciones de fatalidades y catástrofes relacionadas con COVID-19, según Joanna Hawkins, portavoz de la agencia.

El año pasado, OSHA realizó 180 inspecciones de fatalidades relacionadas con COVID-19 en Nueva Jersey. Además, OSHA inició dos inspecciones solicitadas por empleadores en el Estado Jardín en respuesta a reportes de hospitalizaciones relacionados con COVID-19.

Las inspecciones que realizó la agencia entre el 1 de febrero de 2020 y el 31 de diciembre de 2020 dieron lugar a sanciones propuestas para las empresas por un total de $ 342,424, dijo Hawkins.

El lunes, en medio de la creciente preocupación por los trabajadores no vacunados, el gobernador Phil Murphy ordenó que todos los trabajadores en la mayoría de las instalaciones de atención médica estatales y privadas deben estar vacunados, incluidos los centros de cuidado de ancianos y otras instalaciones de atención a largo plazo, así como los centros correccionales.

El mes pasado, OSHA multó a Avantor Fluid Handling, una compañía farmacéutica en el condado de Monmouth, con $ 13,653 alegando que no impuso el uso de máscaras o el distanciamiento social entre los empleados. La agencia federal destacó que 30 de los 50 empleados de la empresa dieron positivo por el virus. En noviembre de 2020, cuatro empleados de la empresa requirieron hospitalización y, en enero, dos de los trabajadores, que eran pareja, murieron debido a complicaciones relacionadas con el virus. Los otros trabajadores se recuperaron.

No se pudo contactar a un portavoz de Avantor el lunes para obtener un comentario, pero un vocero de la compañía le dijo a Asbury Park Press el mes pasado que la instalación durante varios años ha funcionado como un ambiente estéril y limpio donde los empleados usan habitualmente máscaras, batas y otros equipos de protección.

«No se tomaron las precauciones necesarias»

«Dos trabajadores perdieron la vida y otros se enfermaron porque su empleador no tomó las precauciones necesarias para mantenerlos a salvo», dijo en un comunicado la directora de área de OSHA, con sede en Marlton, Paula Dixon-Roderick. «Trágicamente, este caso debería recordar a todos los empleadores la importancia de implementar completamente las medidas de prevención del coronavirus».

Semanas más tarde, OSHA anunció que había descubierto que Oaks Integrated Care Inc., un proveedor de atención médica con sede en Mount Holly, no implementó un programa de prevención de coronavirus requerido en dos de sus ubicaciones para mitigar la propagación del virus después de los brotes en sus sedes en Howell y en Lumberton.

La compañía no identificó ni aisló a los clientes sospechosos de tener el coronavirus que vivían en hogares grupales y no informó adecuadamente al personal sobre los riesgos asociados, dijo OSHA en un comunicado. La agencia afirmó que, como resultado, dos trabajadores estuvieron expuestos al virus y luego murieron.

OSHA citó a la compañía por violaciones, incluida la cláusula de deber general que requiere que los empleadores se aseguren de que los lugares de trabajo estén libres de peligros reconocidos que puedan causar la muerte o daños físicos graves. La empresa enfrenta una multa de $27.306 dólares. Una llamada a Oaks Integrated Care para obtener su declaración no fue respondida de inmediato el lunes.

Las continuas multas y la cantidad de trabajadores que han muerto no sorprenden a Leto y Louis Kimmel, director ejecutivo de New Labor, quienes organizan un evento anual para recordar a los trabajadores que murieron debido a lesiones en el lugar de trabajo. En abril, obtuvieron una lista de alrededor de 250 muertes en los lugares de trabajo que ameritaron inspecciones de OSHA. Había muchos más nombres en esa lista que en años anteriores, afirmaron. Y esta vez, COVID-19 figuraba junto a la mayoría de los nombres.

Muchos en hospitales y hogares de cuidado de ancianos

«En el espacio sobre de la causa de la muerte, puedes observar que COVID está en toda esta lista», dijo Kimmel.

Casi 200 de los incluidos en la lista murieron luego de contraer COVID-19. Muchos eran empleados de hospitales y hogares de cuidado de ancianos y otras instalaciones relacionadas con la atención de la salud.

«COVID ha sido el mayor peligro para la salud y la seguridad que ha afectado a la fuerza laboral, y ha sido un peligro invisible», dijo Leto. “Cuando ves estos números, son terribles, pero creo que las cifras son mucho más altas que esto; hay muchas personas que no saben dónde se contagiaron, probablemente en sus lugares de trabajo».

En el sitio web donde OSHA publica las muertes por COVID-19 que investigó, la agencia señala que los fallecimientos de los trabajadores fueron reportadas por empleadores que las designaron como relacionadas con COVID-19. La lista incluye casos en los que no se llegó a una conclusión de que el trabajador contrajo COVID-19 por exposición ocupacional, señala la agencia. Y aunque estas fatalidades fueron reportadas por los patrones, la agencia resalta que no necesariamente significa que se violó alguna norma de OSHA.

Aún así, las cifras enumeradas por OSHA para el primer año de COVID-19 son más altas que las muertes en el lugar de trabajo que ocurrieron en años anteriores.

En 2018, hubo 83 muertes reportadas y, 74 muertes contabilizadas en los lugares de trabajo en  el 2017 en Nueva Jersey por la Oficina de Estadísticas Laborales. La oficina cuenta las muertes relacionadas con lesiones fatales en la fuerza laboral, dijo Martin Kohli, economista regional jefe de la Oficina de Estadísticas Laborales en Nueva York.

«Nuestros datos de muertes son solo por lesiones y no enfermedades, por lo que no contamos a personas que contrajeron COVID o murieron a causa de COVID en el trabajo», aclaró.

Padre de un adolescente

Entre los que murieron de COVID-19 al principio de la pandemia se encontraba John Cofrancesco, de Bergenfield, de 52 años, padre de un hijo adolescente y administrador de un hogar de cuidado de ancianos en Montclair. Cofrancesco luchó contra la enfermedad durante unas semanas en casa antes de ir al Hospital de Englewood, donde dio positivo por COVID-19. Murió el 19 de marzo de 2020 pocos días después de llegar al hospital, dijo su esposa Angela Cofrancesco.

Angela Cofrancesco, quien también contrajo COVID-19, dijo que le dijeron que su esposo estaba entre la primera docena de casos confirmados en el estado. Los representantes de OSHA la contactaron a su momento con respecto a la muerte de su esposo, afirmó. También dijo que la infección de su marido fue rastreada hasta el hogar de cuidado de ancianos.

“Creo que fue a finales de febrero cuando estrechó la mano de alguien; un visitante del hogar de cuidados de ancianos», comentó. “Eso es lo que me dijeron, pero quién sabe realmente qué pasó. Estábamos en una pandemia».

Debbie White, presidenta del sindicato de Profesionales de la Salud y Empleados Afines, señaló que el sindicato presentó 26 quejas ante OSHA basándose en informes de que sus miembros no estaban recibiendo equipo de protección personal al comienzo de la pandemia. Afirmó que aunque las quejas de OSHA tardaron un tiempo en resolverse, llevaron a citaciones y eventuales cambios que tienen como objetivo ayudar a los trabajadores a mantenerse seguros.

«A los empleadores se les ordenó elaborar planes de corrección para abordar este problema, y hemos visto cambios en nuestro entorno de trabajo», dijo White. «Hemos visto a los empleadores volver a las pruebas de ajuste regulares [de los respiradores] … las reservas de equipos han vuelto a su nivel estatal y de empleadores, y hemos visto muchos de nuestros problemas abordados y corregidos».

Pero, dijo White, la variante delta hace que sea aún más importante que los empleadores tomen medidas para garantizar la seguridad de sus trabajadores. Considera que Nueva Jersey debe restablecer el mandato de usar máscaras.

«Tenemos que volver a esta estrategia, tenemos que volver a usar las máscaras, tenemos que volver a exigirle al público que si va a mi lugar de trabajo, use una máscara», dijo White. «Es como si hubiéramos descartado todas esas precauciones que nos ayudarían a reducir la propagación del virus».

Esta traducción fue proporcionada por Reporte Hispano en asociación con el Centro de Medios Cooperativos de la Universidad Estatal de Montclair, y cuenta con el apoyo de la Fundación Geraldine R. Dodge. La historia fue escrita originalmente en inglés por NJ Spotlight y se está republicando bajo un acuerdo especial de intercambio de contenido de NJ News Commons relacionado con la cobertura COVID-19. Para leer más, visite njspotlight.com/espanol.