Las muertes por sobredosis de drogas en EEUU superan 100.000 por primera vez
Las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos fueron superiores a 100.000 en el período de 12 meses que finalizó en abril pasado, lo que constituye una cifra sin precedentes, según datos oficiales.
De acuerdo a los datos provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), se estima que hubo 100.306 muertes por sobredosis en todo el país durante esos 12 meses, en comparación con las 78.056 reportadas durante el mismo período el año anterior, lo que supone un aumento del 28,5 %.
Los opiáceos sintéticos, especialmente el fentanilo, continuaron siendo el motivo principal de fallecimientos por sobredosis, ya que causaron casi dos tercios (64 %) de todos esos decesos, lo que significa un incremento del 49 % comparado con el año anterior.
Los CDC indican que el fentanilo es cincuenta veces más fuerte que la morfina y la heroína, y a menudo se vende ilegalmente por tener unos efectos similares a los de la heroína.
Estas cifras muestran que las muertes por sobredosis de metanfetamina y otros psicoestimulantes también crecieron significativamente, un 48% más en el año que terminó en abril de 2021 en comparación con el año anterior.
Los fallecimientos por cocaína y analgésicos recetados también subieron respecto al año anterior, pero no tan drásticamente.
Tras conocer esos datos, el presidente estadounidense, Joe Biden, se comprometió en un comunicado a “hacer todo lo que esté al alcance para abordar las adicciones y poner fin a la epidemia de sobredosis por drogas”.
“Estamos fortaleciendo la prevención, promoviendo la reducción de daños, ampliando el tratamiento y apoyando a las personas en recuperación, así como reduciendo el suministro de sustancias nocivas en nuestras comunidades. Y no nos detendremos”, aseguró Biden.
En esa nota, el mandatario subrayó que su Administración ha asignado 4.000 millones de dólares a través del Plan de Rescate Estadounidense -el paquete de estímulo de 1,9 billones aprobado por el Congreso en marzo pasado- para fortalecer y expandir los servicios para el trastorno por uso de sustancias y la salud mental.