Propietarios latinos de casas amenazados con embargo
El fantasma del embargo de la casa (foreclosure) para muchos latinos del estado de Nueva Jersey está a la vuelta de la esquina cuando finalicen el 31 de diciembre las ayudas para el pago, o la suspensión temporal, de las hipotecas para los propietarios de casas.
Hasta inicios del mes de octubre, con la publicación de la data del tercer trimestre del año, Nueva Jersey era un de los cinco estados de la nación con mayores casos de ejecución de hipotecas (2,169), siendo Atlantic City la más afectada, de acuerdo a la firma ATTOM, una de las dos que se encargan de recopilar datos.
Pero, como sostiene Cristina Tona, consultora de finanzas de CT Global, las minorías como la latina son las más afectadas porque no tienen información a la mano, no entienden el idioma, muchas veces no entienden o no hacen caso de las notificaciones y no saben cómo funcionan los programas o se dejan llevar por los rumores.
“No tenemos una data exacta, porque los bancos no saben si el acreedor es latino o no, pero que hay muchos latinos que pueden perder su casa los hay, aunque cada caso es distinto muchas veces hay soluciones,” dice Tone, que al cierre de ésta edición se preparaba para ofrecer el seminario “Conozca los recursos básicos para evitar perder su Casa”, en el consulado peruano de Nueva Jersey.
Sin embargo, adelantó que muchos propietarios latinos están en problemas porque han dejado de pagar sus hipotecas, debido a que muchas de las ayudas federales se referían a los préstamos garantizados por el gobierno no para los préstamos cien por ciento privados.
Ahora que terminan muchos programas federales de ayuda por la pandemia se va a destapar la olla y muchos entrarán en falta de pago.
“Considero que es una situación muy seria, pero creo que los bancos, con la experiencia del 2008 (con la crisis hipotecaria que ocasionó una fuerte recesión) están preparados y van a ser más flexibles, pero todos los que tengan hipotecas en peligro deben tener respaldo documentario para poder enfrentar a los bancos con éxito,” agregó.
El problema tiene los mismos riesgos que una enfermedad, todo depende del estado físico del paciente, en finanzas todo depende de la “radiografía” de las cuentas del deudor.
El principio de todo, sostiene, es comenzar por sincerar sus finanzas personales. Esto es saber cuánto ingreso y cuánto gasto tienen. “Muchas veces los latinos no queremos mostrar nuestras cuentas y eso no nos beneficia con el banco,” acota.
Luego hay que incrementar los ingresos: si hay que rentar un cuarto hay que hacerlo. Si están en trámite de divorcio, pararlo; porque un divorcio ocasiona gastos y erosiona la economía familiar. O, tal vez, pedir ayuda a los hijos con algunas cuentas.
Al momento de negociar con el banco hay que ver opciones: tal vez se puede negociar con la entidad un plan de pagos o esperar qué salida ofrece como solución la financiera. Pero, insiste, todo debe estar documentado, que el juez como el banco no acepta historias, quiere ver documentación que sustente el caso. En todos los casos la consultora recomienda buscar ayuda especializada, de un abogado, de un contador, de un consultor o de una persona con experiencia en el tema, en suma una persona que ya conoce cómo “tomar el toro por los cuernos”.