Estufas de gas pueden ser tan contaminantes como el humo de tabaco 

Un solo fogón de una estufa de gas puesto en alto puede elevar los niveles de benceno por encima de los niveles del humo de tabaco de segunda mano y exponer a las personas a sufrir cáncer, encontró un estudio de la Universidad de Stanford.

Los investigadores de la universidad californiana y la organización sin fines de lucro PSE Healthy Energy precisaron que solo se necesitan 45 minutos de un solo fogón de gas o un horno de gas a 350 grados Fahrenheit (176 Celsius) para emitir de 10 a 50 veces más benceno que las estufas eléctricas.

El benceno también se desplaza por toda la casa y permanece durante horas en el aire, según el artículo publicado en la revista especializada Environmental Science & Technology.

Las tasas de benceno emitidas durante la combustión de los fogones fueron cientos de veces más altas que las tasas de emisión de benceno identificadas en otros estudios recientes de fugas de gas sin quemar en los hogares, detalla el reporte. 

El profesor de la Escuela de Sostenibilidad y autor del estudio, Rob Jackson, explicó que el benceno se forma en las llamas y otros entornos de alta temperatura, como aquellas que se encuentran en los campos petroleros y las refinerías.

Sin embargo, el estudio mostró que también se forma en las llamas de las estufas de gas de los hogares, expresó Jackson en un comunicado.

La exposición al benceno podría aumentar el riesgo de padecer leucemia y otras enfermedades de la sangre, según el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. 

Jackson explicó que aunque una buena ventilación ayuda a reducir las concentraciones de contaminantes, descubrieron “que los extractores de aire a menudo no eran efectivos para eliminar la exposición al benceno”.

Los investigadores obtuvieron los alarmantes datos al observar las estufas de gas de 87 hogares en California y Colorado.

El estudio es el primero que se enfocó en analizar las emisiones de benceno cuando se usa una estufa o un horno, pues investigaciones anteriores se centraron en las fugas cuando están apagadas.

Una investigación de PSE Healthy Energy reveló en octubre pasado que las fugas de gas de bajo nivel cuando las estufas están apagadas pueden generar concentraciones peligrosas de benceno de hasta siete veces el límite recomendado de exposición.

Otro estudio dirigido por Stanford mostró que las estufas que queman gas dentro de los hogares de EE.UU. pierden metano con un impacto climático comparable a las emisiones de dióxido de carbono de aproximadamente 500.000 automóviles a gasolina.